10 de Febrero de 2010. Un estudio realizado por la Unidad de Psicosis e Investigación de Benito Menni CASM de Sant Boi de Llobregat, que forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), ha identificado anomalías en la corteza frontal media. La investigación ha utilizado tres técnicas diferentes y el hallazgo ha demostrado una convergencia de evidencia fuerte hacia esta parte del cerebro. Los autores consideran que esta zona puede ser el lugar indicado para concentrar los esfuerzos de investigación en el futuro.
Este trabajo, que ha sido publicado en el último número de la revista Molecular Psychiatry, tiene especial importancia porque no existía ningún trabajo anterior sobre esta enfermedad y que hubiera encontrado anomalías cerebrales estructurales y funcionales localizadas en la misma parte del cerebro.
El equipo liderado por Edith Pomarol-Clotet ha realizado este estudio examinando y comparando el cerebro de 32 pacientes con esquizofrenia con el de 32 personas sanas, mediante tres técnicas de resonancia diferentes. Una de estas técnicas mide el volumen de materia gris del cerebro; una segunda examina las conexiones de la sustancia blanca subyacente y, finalmente, una tercera técnica registra el patrón de actividad en diferentes partes del cerebro mientras los sujetos realizan un test de cognición.
El resultado es que las tres técnicas han identificado la misma región cerebral -la corteza frontal media- como anormal en los pacientes. Esta área está incluida en los lóbulos frontales situados en la parte anterior del cerebro y ya implicados en la patofisiología de la esquizofrenia por muchos estudios.
La corteza frontal media forma parte de una red de regiones cerebrales, denominada Default Mode Network (o red neuronal por defecto). Dicha red, que ha sido descubierta recientemente, parece tener un papel crucial en la creación y elaboración de los pensamientos que todos tenemos cuando no estamos ocupados en ninguna tarea mental concreta. A parte de la esquizofrenia, la Default Mode Network también ha sido relacionada con otras enfermedades como el alzheimer a la depresión.
Según Peter McKenna, investigador principal del CIBER de Salud Mental y uno de los autores del artículo, “estos resultados son potencialmente importantes, porque la convergencia de los hallazgos cerebrales, estructurales y funcionales sugiere que la corteza frontal medial puede ser un lugar indicado para concentrar los esfuerzos de investigación en el futuro. Puede ser una pista para encontrar las causas de la esquizofrenia”.
Uno de los aspectos que esta investigación no llega a revelar es el origen de dichos cambios en la corteza frontal medial. La doctora Edith Pomarol-Clotet explica que “éste será, precisamente, el siguiente paso a dar, ya que estamos empezando a planificar un estudio neuropatológico, que confiamos en que, en un futuro, nos revele nuevos datos en este sentido”.
En este estudio, liderado por Benito Menni CASM-CIBERSAM, también han participado miembros del Grupo de Investigación en Aplicaciones Biomédicas de la Resonancia Magnética Nuclear de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), perteneciente al CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), en el que colabora el investigador Antonio Capdevilla desde hace más de 10 años; la Fundació Sant Joan de Déu de Barcelona y el Departamento de Neuroimagen del Centro de Neurociencia de Cuba.
La esquizofrenia es un trastorno mental crónico y grave que, en España, afecta a unas 400.000 personas. Esta enfermedad se caracteriza por una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas y a una significativa disfunción social. Así, una persona con este diagnóstico, por lo general, muestra un pensamiento desorganizado, delirios, alucinaciones, alteraciones afectivas en el ánimo y las emociones, del lenguaje y conductuales.
Se trata de una enfermedad cuyos síntomas suelen aparecer en adultos jóvenes. En el caso de los hombres se hace visible entre los 18 y los 25 años, mientras que entre las mujeres se retrasa al período de entre 23 y 35 años. (CIBERSAM)
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