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sábado, 26 de febrero de 2011

Cuándo y cómo se pierde la versatilidad propia de las células madre

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Las células madre son las progenitoras de cada célula de nuestro cuerpo. Algunas de estas células incomparablemente versátiles mantienen esta notable plasticidad a lo largo de la vida de un animal, preparadas para reaccionar y hacer su trabajo en cuanto se las necesite, por ejemplo para reparar los daños causados por una lesión. Otras se diferencian en células especializadas, regeneran tejidos o intervienen en algún otro proceso antes de morir.

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Un folículo piloso. (Foto: Rockefeller University)
Una reciente investigación define el punto en el cual las células madre del folículo piloso abandonan su versatilidad, al dejar su nicho para producir cabellos. También muestra cómo estas descendientes de las células madre regulan entonces la actividad de sus predecesoras.

El equipo de Elaine Fuchs, Jefa del Laboratorio de Desarrollo y Biología Celular en Mamíferos de la Universidad de Rockefeller, y Ya-Chieh Hsu, del mismo laboratorio, se centró en los folículos pilosos de ratón, sometidos a procesos que requerían la activación natural de las células madre.

Las células madre acostumbran a estar inactivas, pero cuando se activan, proliferan, y en este caso conducen al surgimiento de nuevos cabellos.

Los investigadores analizaron a fondo este ciclo, identificando el punto en el que las células madre activadas se convierten de manera irreversible en células especializadas para el crecimiento del pelo.

Los investigadores han comprobado que las primeras células madre descendientes pueden heredar y retener su capacidad de ser células madre, y regresar a ese estado cuando se detiene el crecimiento capilar.

Más información en:

Scitech News

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El Efecto Rejuvenecedor del Ejercicio Físico


29 de Diciembre de 2010. Foto: TAUEl ejercicio físico puede hacernos perder los kilos de más, pero tiene otros efectos, para la musculatura, que hasta ahora eran esencialmente desconocidos. Una nueva investigación ha desvelado que los ejercicios físicos de resistencia, como correr durante un buen rato, pueden hacernos parecer más jóvenes. La clave es que el ejercicio moviliza a las células madre de nuestros músculos.
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El equipo de Dafna Benayahu y Gabi Shefer, de la Escuela Sackler de Medicina en la Universidad de Tel Aviv, cree que sus hallazgos explican por primera vez por qué las personas mayores que han hecho mucho ejercicio físico durante toda su vida se conservan mejor en cuanto a movilidad y fortaleza físicas.

Benayahu y sus colegas han descubierto cómo los ejercicios de resistencia física aumentan el número de células madre musculares y refuerzan su capacidad para rejuvenecer a los músculos viejos. Eso brinda esperanzas de que sea posible desarrollar un nuevo fármaco para ayudar a restaurar con mayor rapidez un grado de funcionalidad aceptable en los músculos de los ancianos con problemas de movilidad.

Los músculos y el esqueleto en nuestro cuerpo trabajan juntos. Cuando envejecemos, experimentamos sarcopenia, una disminución de la masa y la funcionalidad musculares, y osteopenia, un fenómeno similar pero que afecta a los huesos. Como resultado de todo ello, nuestro sistema musculoesquelético es más susceptible al desgaste por las actividades cotidianas, lo que también explica el aumento del riesgo de caídas en los ancianos.

Al comparar el estado de salud musculoesquelética de unas ratas de edades y sexos diferentes, el equipo de investigación descubrió que el número de células satélite (células madre musculares) se incrementaba después de que las ratas corriesen sobre una cinta móvil durante 20 minutos al día en un período de 13 semanas. Las ratas más jóvenes mostraron un aumento del 20 al 35 por ciento en el número promedio de células madre por fibra muscular conservada. Y las ratas más viejas se beneficiaron aún más significativamente, mostrando un incremento del 33 al 47 por ciento de células madre.

El hallazgo demuestra que el ejercicio físico incrementó el número de células satélite, una cantidad que normalmente disminuye con el envejecimiento. Los investigadores creen que un descenso en el número de estas células y en su funcionalidad puede impedir el mantenimiento adecuado de la masa muscular y obstaculizar la capacidad de los músculos para repararse a sí mismos, dando lugar al deterioro muscular.

Información adicional en:

Scitech New

lunes, 6 de diciembre de 2010

La Potente Acción Terapéutica de los Factores de Crecimiento Provenientes de Células Madre


26 de Noviembre de 2010. Foto: U. BuffaloUna clase de factores de crecimiento que estimulan a las células madre de médula ósea a reparar tejido cardíaco y a revertir ciertos problemas cardiacos, ha sido identificada por un equipo de investigadores en el Centro para la Investigación en Medicina Cardiovascular de la Universidad en Buffalo (Universidad Estatal de Nueva York).
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Este grupo de Techung Lee ya demostró anteriormente, por vez primera, que inyectar células madre mesenquimales dentro de músculo esquelético en un modelo animal duplicaba la producción de miocitos, un tipo de célula muscular cardíaca.

En el nuevo estudio del grupo, se han hecho hallazgos que aportan datos esclarecedores sobre cómo las células madre inyectadas pueden rejuvenecer al tejido receptor.

Conociendo al detalle las interacciones entre las células madre y el tejido receptor, y caracterizando a los factores de crecimiento derivados de las células madre, es posible preparar un cóctel de estos factores y usarlo para la reparación de tejidos, de manera bastante similar al uso de insulina para pacientes de diabetes.
Las células madre mesenquimales de médula ósea poseen una capacidad extraordinaria para producir una amplia gama de factores de crecimiento, muchos de los cuales aún no han sido caracterizados.

Estos factores de crecimiento parecen ser los responsables de la mayoría de las funciones terapéuticas beneficiosas observadas en los estudios clínicos y preclínicos.

Usando músculo esquelético como depósito para las células madre mesenquimales de médula ósea inyectadas, los investigadores han descubierto que los factores de crecimiento derivados de las células madre mesenquimales de médula ósea activan la producción de factores de crecimiento derivados de tejido muscular del receptor.

El grupo de Lee ha mostrado que la señal responsable de activar la reparación del tejido cardiaco parece provenir de al menos un grupo de factores derivados de las células madre mesenquimales de médula ósea pertenecientes a la familia de las citoquinas de tipo IL-6. Las citoquinas son pequeñas proteínas fabricadas por células que actúan sobre otras células para estimular o inhibir su funcionamiento.

Los efectos combinados de los factores de crecimiento de las células madre inyectadas y los factores de crecimiento producidos por los tejidos receptores promueven la reparación de los tejidos y la curación. Poder usar los factores en terapias hará más fácil reparar los tejidos del corazón.


Información adicional en:

sábado, 7 de agosto de 2010

La persistencia de la memoria… en células reprogramadas
Escrito por Kanijo en Biologí­a, Medicina, tags: células madre, reprogramación

Glóbulos rojosComo uno de Texas que mantiene su acento después de mudarse a California, las células adultas reprogramadas para parecerse a células embriónicas mantienen algunas firmas del tejido del que procedían. Este mensaje, proporcionado por dos estudios publicados hoy, son tanto buenas como malas noticias para los investigadores que esperan usar las células madre pluripotentes inducidas (células iPS) para estudiar enfermedades y algún día, tal vez, tratar a pacientes.

Las técnicas de reprogramación celular han revolucionado el campo de las células madre. Activando distintos genes en células adultas, los científicos pueden transformar células de la piel o la sangre que pueden convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo — sin las complicaciones éticas o prácticas de usar embriones u oocitos. Estas células iPS ya están haciendo posible estudiar enfermedades de nuevas maneras, y generan la esperanza de que algún día un paciente pueda usar sus propias células para tratar una enfermedad. Pero conforme los científicos estudian y usan las células iPS, va quedando cada vez más claro que las células reprogramadas no funcionan exactamente igual que las células madre tradicionales derivadas de embriones.

Dos nuevos estudios documentan una razón de por qué: Las células adultas mantienen memoria de su tejido original incluso después de haber sido reprogramadas en células iPS. George Daley del Hospital de Boston para Niños y sus colegas descubrieron esto cuando estaban estudiando la capacidad de distintos tipos de células madre para crear sangre. A pesar de múltiples intentos, no pudieron lograr células iPS creadas a partir de fibroblastos (células de tejido conectivo encontradas en la piel) para crear células sanguíneas. Cuando crearon las células iPS a partir de células sanguíneas, sin embargo, las células reprogramadas generaron gran cantidad de sangre. Posteriores experimentos demostraron que cada línea de células iPS tenía un patrón distinto de metilación de ADN, una cobertura molecular del ADN que activa o desactiva genes en la célula. Los investigadores informan en Nature que las células iPS retienen patrones de metilación típicos del tipo de célula del que proceden. Incluso distintos tipos de células sanguíneas crean tipos ligeramente distintos de células iPS, según encontraron los investigadores.

En un artículo relacionado publicado on-line en Nature Biotechnology, Konrad Hochedlinger del Instituto de Células Madre de Harvard en Cambridge y sus colegas compararon los patrones de expresión de genes en células iPS de ratones derivadas de leucocitos, células precursoras de músculos, células del sistema inmune conocidas como células B, y fibroblastos tomados de las puntas de las colas. (Tuvieron cuidado en comparar las células tomadas de ratones genéticamente idénticos). Encontraron que podían identificar el origen del tejido de cada línea de células iPS simplemente observando la expresión de genes de la célula – al menos en las células iPS recién creadas. Pero estas diferencias desaparecían con el tiempo. Tras 3 meses, los patrones de expresión genética en distintas células iPS eran indistinguibles, según encontró el equipo. No está claro exactamente por qué desaparecen las diferencias, pero puede deberse a que los genes embriónicos se refuerzan conforme las células crecen en el cultivo, sobrescribiendo gradualmente los viejos patrones de expresión genética de las células.

Las observaciones añaden más peso a la teoría de que la transformación de ADN de células adultas a su estado embriónico es un proceso de reprogramación gradual, comenta Hochedlinger. Y sugiere que las células madre derivadas de embriones deberían seguir siendo la referencia principal para las células iPS cuando los investigadores quieren comparar cómo se comportan las células de pacientes enfermos, dice Nissim Benvenisty de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que ha estudiado las diferencias entre células ES e iPS derivadas de portadores del síndrome de la X frágil. A la vez, el efecto de memoria celular “probablemente ofrece una nueva dimensión a la utilidad de las células iPS”, dice Benvenisty. Por ejemplo, comenta, las células iPS creadas a partir de pacientes con síndrome de la X frágil, pueden ayudar a los científicos a comprender cómo el error en la metilación en esa enfermedad afecta al desarrollo de las células cerebrales.
Autor: Gretchen Vogel
Fecha Original: 19 de julio de 2010
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sábado, 29 de mayo de 2010

Crean la primera célula controlada por un genoma sintético


Científicos del Instituto J. Craig Venter de EEUU han conseguido que un genoma sintético, creado por ellos mismos mediante síntesis química, controle las funciones de una célula bacteriana. Los investigadores han sustituido el genoma de la bacteria Mycoplasma capricolum por otro sintético con la secuencia del de la especie Mycoplasma mycoides, de tal forma que la primera ha empezado a actuar y auto-replicarse como la segunda. Este avance puede ayudar a resolver problemas energéticos y medioambientales.

“Hemos creado una ‘célula sintética’, ya que está controlada por un genoma ensamblado con fragmentos de ADN sintetizados químicamente”, explica a SINC Daniel Gibson, investigador del Instituto J. Craig Venter de EE UU. Los científicos de esta fundación presentan hoy en la revista Science a la bacteria ‘Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0’, la primera célula controlada por un genoma sintético.

El equipo ya había conseguido, por un lado, sintetizar y copiar químicamente un genoma bacteriano, y por otro, trasplantar el genoma de una bacteria a otra. Lo que han logrado ahora es juntar los dos métodos: primero sintetizar el genoma del microorganismo Mycoplasma mycoides y después trasplantarlo a Mycoplasma capricolum, al que se le extrae el suyo.

El nuevo genoma logró “arrancar” o activar la célula receptora para que produjera proteínas y se auto-replicara como M. mycoides. Surgió así Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0, “que no se puede considerar una nueva especie o subespecie porque es muy similar a la natural”, subraya Gibson. “Como el software del ADN construye su propio hardware, esperamos que las propiedades de las células controladas por el genoma sintético sean las mismas que las que habría si toda la célula se hubiera producido sintéticamente”.

El genoma sintético es una copia del original salvo en 14 genes. El investigador explica que dos se desorganizaron durante el proceso, “pero los otros doce se eliminaron o alteraron intencionadamente, diez de ellos para formar cuatro secuencias que actúan como ‘marcas de agua’ para diferenciar el genoma sintético del natural, y que reemplazan a genes que sabíamos que no eran esenciales para la viabilidad”.

Los científicos se refieren a la célula resultante como ‘sintética’, pero en realidad sólo es sintético el genoma. Gilbson aclara que, aunque el citoplasma de la célula receptora no es sintético, “después de trasplantarla y replicarla en una placa para formar una colonia, la progenie no contendrá ninguna de las proteínas que estaban presentes en la célula receptora original”.

Aplicaciones energéticas y medioambientales

De momento los científicos han tomado como modelo el genoma de M. mycoides, pero en el futuro les gustaría diseñar otros más originales y crear bacterias capaces de realizar tareas específicas para ayudar a resolver problemas como los energéticos, con la producción de combustible, o los medioambientales, mediante microorganismos que limpien ambientes contaminados.

“Hemos aprendido mucho con esta prueba de experimento conceptual y ahora estamos listos para construir diferentes organismos”, señala Gibson. “Por ejemplo, nos gustaría utilizar la información de secuenciación disponible y crear células que puedan producir energía, productos farmacéuticos, compuestos industriales, o que permitan secuestrar el dióxido de carbono”.

Los investigadores también confían en que el método desarrollado ayude a comprender mejor los mecanismos básicos que dirigen toda la vida. “Ya hemos empezado a trabajar con el objetivo final de sintetizar una célula mínima, con sólo la maquinaria necesaria para llevar una vida independiente”, destaca el científico.

“Ahora que somos capaces de sintetizar una célula de un genoma sintético, podemos probar su funcionalidad. Podemos ir reduciendo el genoma sintético y repetir los experimentos en los trasplantes hasta que ya no se puedan eliminar más genes, y el genoma quede tan pequeño como sea posible. Esto nos ayudará a comprender la función de cada gen en una célula y qué ADN se requiere para sostener la forma de vida más simple”, continúa.

En el estudio se apunta que si los métodos descritos se pueden generalizar, “el diseño, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no será un obstáculo para el progreso de la biología sintética”, y se prevé que los costes de los procedimientos serán cada vez más baratos y automáticos.

Implicaciones éticas

Los autores también hacen referencia en la publicación a las implicaciones éticas de este avance en biología: “Las discusiones éticas relativas a la síntesis de vida las tenemos desde las primera etapas del estudio. Según se vayan extendiendo las aplicaciones de la genómica sintética, anticipamos que este trabajo continuará planteando asuntos filosóficos con implicaciones sociales y éticas. Animamos al dialogo continuo”.

“Cualquier nueva área de la ciencia o la tecnología se puede emplear con fines positivos (en el caso de la genómica sintética: nuevos biocombustibles, nuevas vacunas y medicamentos, agua potable…) o pueden ser utilizados de una manera negativa”, plantea Gibson.

“Desde el primer día del programa de investigación para crear la célula sintética, hace ya casi 15 años, hemos trabajado duro para establecer un diálogo con especialistas en bioética, los gobiernos de EE UU y de otros países, miembros del Congreso, educadores, estudiantes y los medios de comunicación. Esta área de la ciencia se ha analizado en detalle y creemos que tiene un gran potencial para el bien de la sociedad si se usa con prudencia. Tenemos la intención de ser líderes en hacer esto una realidad”, concluye.


Referencia bibliográfica:
Daniel G. Gibson, John I. Glass, Carole Lartigue, Vladimir N. Noskov, Ray-Yuan Chuang, Mikkel A. Algire, Gwynedd A. Benders, Michael G. Montague, Li Ma, Monzia M. Moodie, Chuck Merryman, Sanjay Vashee, Radha Krishnakumar, Nacyra Assad-Garcia, Cynthia Andrews-Pfannkoch, Evgeniya A. Denisova, Lei Young, Zhi-Qing Qi, Thomas H. Segall-Shapiro, Christopher H. Calvey, Prashanth P. Parmar, Clyde A. Hutchison III, Hamilton O. Smith, J. Craig Venter. “Creation of a Bacterial Cell Controlled by a Chemically Synthesized Genome”. Science, 21 de mayo de 2010.


Fecha Original: 20 de mayo de 2010
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Escrito por Kanijo

Científicos del Instituto J. Craig Venter de EEUU han conseguido que un genoma sintético, creado por ellos mismos mediante síntesis química, controle las funciones de una célula bacteriana. Los investigadores han sustituido el genoma de la bacteria Mycoplasma capricolum por otro sintético con la secuencia del de la especie Mycoplasma mycoides, de tal forma que la primera ha empezado a actuar y auto-replicarse como la segunda. Este avance puede ayudar a resolver problemas energéticos y medioambientales.

“Hemos creado una ‘célula sintética’, ya que está controlada por un genoma ensamblado con fragmentos de ADN sintetizados químicamente”, explica a SINC Daniel Gibson, investigador del Instituto J. Craig Venter de EE UU. Los científicos de esta fundación presentan hoy en la revista Science a la bacteria ‘Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0’, la primera célula controlada por un genoma sintético.

El equipo ya había conseguido, por un lado, sintetizar y copiar químicamente un genoma bacteriano, y por otro, trasplantar el genoma de una bacteria a otra. Lo que han logrado ahora es juntar los dos métodos: primero sintetizar el genoma del microorganismo Mycoplasma mycoides y después trasplantarlo a Mycoplasma capricolum, al que se le extrae el suyo.

El nuevo genoma logró “arrancar” o activar la célula receptora para que produjera proteínas y se auto-replicara como M. mycoides. Surgió así Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0, “que no se puede considerar una nueva especie o subespecie porque es muy similar a la natural”, subraya Gibson. “Como el software del ADN construye su propio hardware, esperamos que las propiedades de las células controladas por el genoma sintético sean las mismas que las que habría si toda la célula se hubiera producido sintéticamente”.

El genoma sintético es una copia del original salvo en 14 genes. El investigador explica que dos se desorganizaron durante el proceso, “pero los otros doce se eliminaron o alteraron intencionadamente, diez de ellos para formar cuatro secuencias que actúan como ‘marcas de agua’ para diferenciar el genoma sintético del natural, y que reemplazan a genes que sabíamos que no eran esenciales para la viabilidad”.

Los científicos se refieren a la célula resultante como ‘sintética’, pero en realidad sólo es sintético el genoma. Gilbson aclara que, aunque el citoplasma de la célula receptora no es sintético, “después de trasplantarla y replicarla en una placa para formar una colonia, la progenie no contendrá ninguna de las proteínas que estaban presentes en la célula receptora original”.

Aplicaciones energéticas y medioambientales

De momento los científicos han tomado como modelo el genoma de M. mycoides, pero en el futuro les gustaría diseñar otros más originales y crear bacterias capaces de realizar tareas específicas para ayudar a resolver problemas como los energéticos, con la producción de combustible, o los medioambientales, mediante microorganismos que limpien ambientes contaminados.

“Hemos aprendido mucho con esta prueba de experimento conceptual y ahora estamos listos para construir diferentes organismos”, señala Gibson. “Por ejemplo, nos gustaría utilizar la información de secuenciación disponible y crear células que puedan producir energía, productos farmacéuticos, compuestos industriales, o que permitan secuestrar el dióxido de carbono”.

Los investigadores también confían en que el método desarrollado ayude a comprender mejor los mecanismos básicos que dirigen toda la vida. “Ya hemos empezado a trabajar con el objetivo final de sintetizar una célula mínima, con sólo la maquinaria necesaria para llevar una vida independiente”, destaca el científico.

“Ahora que somos capaces de sintetizar una célula de un genoma sintético, podemos probar su funcionalidad. Podemos ir reduciendo el genoma sintético y repetir los experimentos en los trasplantes hasta que ya no se puedan eliminar más genes, y el genoma quede tan pequeño como sea posible. Esto nos ayudará a comprender la función de cada gen en una célula y qué ADN se requiere para sostener la forma de vida más simple”, continúa.

En el estudio se apunta que si los métodos descritos se pueden generalizar, “el diseño, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no será un obstáculo para el progreso de la biología sintética”, y se prevé que los costes de los procedimientos serán cada vez más baratos y automáticos.

Implicaciones éticas

Los autores también hacen referencia en la publicación a las implicaciones éticas de este avance en biología: “Las discusiones éticas relativas a la síntesis de vida las tenemos desde las primera etapas del estudio. Según se vayan extendiendo las aplicaciones de la genómica sintética, anticipamos que este trabajo continuará planteando asuntos filosóficos con implicaciones sociales y éticas. Animamos al dialogo continuo”.

“Cualquier nueva área de la ciencia o la tecnología se puede emplear con fines positivos (en el caso de la genómica sintética: nuevos biocombustibles, nuevas vacunas y medicamentos, agua potable…) o pueden ser utilizados de una manera negativa”, plantea Gibson.

“Desde el primer día del programa de investigación para crear la célula sintética, hace ya casi 15 años, hemos trabajado duro para establecer un diálogo con especialistas en bioética, los gobiernos de EE UU y de otros países, miembros del Congreso, educadores, estudiantes y los medios de comunicación. Esta área de la ciencia se ha analizado en detalle y creemos que tiene un gran potencial para el bien de la sociedad si se usa con prudencia. Tenemos la intención de ser líderes en hacer esto una realidad”, concluye.


Referencia bibliográfica:
Daniel G. Gibson, John I. Glass, Carole Lartigue, Vladimir N. Noskov, Ray-Yuan Chuang, Mikkel A. Algire, Gwynedd A. Benders, Michael G. Montague, Li Ma, Monzia M. Moodie, Chuck Merryman, Sanjay Vashee, Radha Krishnakumar, Nacyra Assad-Garcia, Cynthia Andrews-Pfannkoch, Evgeniya A. Denisova, Lei Young, Zhi-Qing Qi, Thomas H. Segall-Shapiro, Christopher H. Calvey, Prashanth P. Parmar, Clyde A. Hutchison III, Hamilton O. Smith, J. Craig Venter. “Creation of a Bacterial Cell Controlled by a Chemically Synthesized Genome”. Science, 21 de mayo de 2010.


Fecha Original: 20 de mayo de 2010
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lunes, 8 de marzo de 2010

Logran Inducir en Células de la Piel Su Transformación Directa en Neuronas

8 de Marzo de 2010. Foto: Tommy VierbuchenSe ha conseguido que células de la piel de ratones se transformen directamente en neuronas funcionales. Para ello, sólo se ha requerido utilizar tres genes. Con este procedimiento, las células realizan la transformación sin convertirse primeramente en células madre pluripotentes, un paso que durante mucho tiempo se pensó que era necesario para que las células adquirieran nuevas identidades.


Las nuevas neuronas obtenidas por científicos de la Escuela de Medicina en la Universidad de Stanford son del todo funcionales. Pueden hacer todas las cosas importantes que hacen las neuronas "normales" en el cerebro. Esto incluye crear conexiones con otras neuronas y enviar señales a éstas, funciones que resultan críticas si las células se utilizan finalmente como terapia para la enfermedad de Parkinson u otras.

El logro podría revolucionar el futuro de la terapia de células madre humanas y ampliar lo que se sabe sobre cómo las células seleccionan y mantienen sus especialidades en el cuerpo.
Aunque investigaciones previas habían sugerido que es posible hacer que células especializadas exhiban algunas propiedades de otros tipos de célula, ésta es la primera vez que se logra convertir células de la piel en neuronas completamente funcionales en una placa de laboratorio. La transformación aconteció en no más de una semana, con una eficiencia de hasta casi un 20 por ciento. Los investigadores ahora trabajan en reproducir la hazaña con células humanas.

Este estudio es un gran salto adelante. La reprogramación directa de estas células de la piel adultas para dar lugar a células cerebrales que pueden mostrar comportamientos complejos y apropiados, como generar corrientes eléctricas y formar sinapsis, establece un nuevo método para estudiar el funcionamiento de células cerebrales normales o enfermas. También podría servir para lograr por primera vez capturar y estudiar en una placa de laboratorio enfermedades como la de Parkinson o de Alzheimer, o enfermedades mentales hereditarias.

La investigación sugiere que la etapa pluripotente, en vez de ser imprescindible para las células que cambian de identidad, puede ser simplemente otro estado celular posible.

Marius Wernig y Thomas Vierbuchen han intervenido en la investigación.

Información adicional en: