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lunes, 30 de noviembre de 2009

A proposito de las neuromodas


UNA NUEVA CIENCIA, LA NEUROECONOMÍA, ESTUDIA LAS DECISIONES ECONÓMICAS HUMANAS

Los economistas están empezando a fijarse en cómo funciona nuestro cerebro a la hora de actuar ante un estímulo económico. Este nuevo campo de estudio, originado en los Estados Unidos, ha sido denominado "neuroeconomía” y pretende comprender cómo funciona el cerebro de miles de personas en la toma de decisiones económicas. Toda una revolución para las neurociencias... y para las ciencias económicas.

(Tendencias Científicas) El ser humano no actúa ni racional ni eficientemente cuando se trata de dinero. Sus decisiones financieras no se basan en la razón, sino que en ellas suelen entrar en juego elementos más incontrolables como son los sentimientos o las intuiciones.

Estas "fragilidades” humanas son absolutamente impredecibles y, hasta el momento, no se habían tenido en cuenta a la hora de analizar los procesos económicos. Últimamente, sin embargo, algunos neurocientíficos están centrando sus investigaciones precisamente en esos sentimientos o intuiciones, dando lugar a un nuevo campo de estudio llamado "neuroeconomía”.

La neuroeconomía estudia el cerebro humano mientras toma decisiones de carácter económico y, basándose en las fluctuaciones de las neuronas, entre otras cosas, expresa sus descubrimientos en ecuaciones susceptibles de ser usadas por los economistas.

Esta nueva disciplina, que ya es considerada una auténtica revolución, debería proporcionarnos una teoría al respecto de cómo la gente actúa ante situaciones económicas.

La caja negra
La mayor parte de los economistas no basan sus teorías en comportamientos reales de las personas, sino que estudian versiones idealizadas del comportamiento humano. Nuestro cerebro, sin embargo, es una auténtica "caja negra” en la que estarían algunas de las claves de cómo funciona la economía a escala global.
Para explorar la toma de decisiones económicas, los investigadores estudian los cerebros de la gente mientras éstos juegan a varios ejercicios desarrollados por economistas experimentales. Estos ejercicios se centran en la confianza o el riesgo. Los investigadores, en lugar de observar el comportamiento del sujeto, usan tecnologías de la imagen (resonancia magnética) para ver que zonas del cerebro están activas durante esos experimentos.

Uno de los juegos es el del "ultimátum” y ha sido estudiado por el Dr. Jonathan D. Cohen, profesor de neurociencia cognitiva en la universidad de Princeton, Estados Unidos. Los resultados de este estudio han sido publicados recientemente por la revista Science.
El Dr. Cohen y su equipo tomaban imágenes del cerebro de la gente que lo jugaba. El juego consiste en lo siguiente: el jugador A tiene diez dólares y puede ofrecer la cantidad que quiera al jugador B. Si el jugador B acepta el ofrecimiento, el dinero se reparte, pero si no es así ninguno de los dos jugadores obtendrá nada.
(http://axxon.com.ar/not/127/c-127InfoNeuroeconomia.htm )

Filósofo Michael Onfray: “las religiones viven de la angustia y del miedo de los hombres”

Diferentes caminos han llevado a cientos de hombres y mujeres inteligentes por la opción no-religiosa. Grandes personajes fueron agnósticos como Thomas Henry Huxley, Charles Darwin, y Stephen Jay Gould, o ateos como Richard Dawkins, Carl Sagan, Steven Pinker. Un estudio llevado a cabo por Larson y Whitam en 1998 reveló que el 93% de los científicos más eminentes de los EEUU no creían en un Dios personal, y este resultado es muy similar en los científicos del Reino Unido, según otra investigación. A pesar de lo anterior en la mente de la mayoría de las gentes el adjetivo de ateo es relacionado negativamente.

Tras la publicación en 2007 de un artículo en el diario colombiano El Tiempo sobre la comunidad no creyente de Colombia (agrupada principalmente en el foro de Escépticos Colombia), se preguntó a los religiosos su opinión sobre este sector de la sociedad, a lo cual respondieron que “ellos mantenían ideas ya superadas en el siglo pasado”. Pero a pesar que los ateos son una minoría y que reciben el descrédito y el ataque de los bien financiados líderes religiosos, los ateos no son una especie social extinta. Cabe notar que la mayoría de los Premios Nobel de ciencia son ateos, al igual que la mayoría de la élite intelectual del mundo. Uno de estos intelectuales es el filósofo francés Michel Onfray.

El filósofo Michel Onfray empezó su vida de forma difícil. Nació en un hogar muy pobre, y a los diez años fue abandonado por su madre en un orfanato. A los 28 años sufrió un infarto, y más tarde dos derrames cerebrales. Onfray vive de forma sencilla y alegre. Tiene bloqueada su cuenta, para recibir solo lo que recibiría de jubilación un obrero agrícola. Ve que la vida debe llevarse de manera que pese más el ser que el tener.

Para Michel Onfray las religiones son únicamente instrumentos de dominación y de alienación. Afirma que los tres monoteísmos profesan el mismo odio a las mujeres, a la sexualidad y que detestan la libertad. Actualmente trabaja en la Universidad de Caen, Francia y es autor de 35 libros, de los cuales Tratado de ateología es uno de los más conocidos por el público hispano. A continuación se presenta un fragmento de la entrevista hecha por Luisa Corradini en Paris el 2007 para el diario argentino La Nación.

Usted afirma que no fue el orfanato lo que lo convenció de que Dios no existe porque a los diez años ya lo sabía. Sin embargo, suele decir también que los adultos que creen en Dios se equivocan. ¿Qué tenía usted a los diez años que un adulto -incluso analfabeto- no tenga a los cuarenta? ¿No es un poco pretencioso de su parte?

No veo por qué debería ser pretencioso o qué es lo que yo tendría de más. Yo no hablo en esos términos. Son los suyos y es su propio juicio de valor. Para ser claro: creí en Dios mientras creía en el Papá Noel. A partir de cierta edad, todo eso me pareció irracional, sin sentido. Eso no quiere decir que fuera un superhombre o un genio precoz. Probablemente solo se trate de temperamento, de carácter inadaptado a las fábulas.

Usted escribe “los monoteísmos detestan la inteligencia”. Pero entonces, ¿qué hacer con todos los genios de Occidente que practicaron alguna de las tres religiones del Libro?

Yo hablo de “monoteísmos” y no de “monoteístas”. El monoteísmo es una ideología que, en sus principios, detesta que la gente piense o reflexione y prefiere que obedezca y que se someta a la Ley, a la palabra de Dios y a sus Mandamientos. Que hay monoteístas inteligentes, no esperé su pregunta para saberlo. Y tampoco he dudado de la inteligencia de ciertos monoteístas cuando son inteligentes.

Dejemos a un lado la Iglesia como institución e incluso la Biblia. ¿Cómo sabe usted que, en verdad, Dios no existe? Podría perfectamente existir. ¿Cómo saberlo? ¿No cree que aceptar la duda sería una actitud más filosófica?

La duda no es filosófica, es metodológica y prepara el terreno a la solución filosófica. En otras palabras, se duda un momento en un movimiento que debe concluir en una certeza. Descartes solo utilizó la duda de esa forma. Conformarse con la duda es detenerse a mitad de camino. Además, la duda es una deshonestidad intelectual. Aquellos que reivindican la duda no tienen problemas en reivindicar la certeza de esa duda. La coherencia del escéptico debería llevarlo hasta a dejar de hablar. Un filósofo tiene la obligación de hacer llegar su pensamiento a algún lado. En todo caso, aquellos que afirman algo (por ejemplo, la existencia de Dios) son quienes deben demostrarlo. De lo contrario, bastaría con afirmar cualquier cosa (que los unicornios existen, por ejemplo), pedir a su interlocutor que pruebe que lo que uno dice es una necedad y, frente a su incapacidad para demostrarlo, concluir que lo que se está diciendo es verdad. De esa forma se podría afirmar que las mesas giran solas, que los platos voladores existen, que los horóscopos dicen la verdad.

Usted critica a “los hombres que se embriagan de ilusiones”. ¿Está mal? ¿Y si eso les permite ser menos infelices? Usted escribe: “El camino de la verdad filosófica es largo y difícil”. Pero hay muchísima gente que nunca tendrá la posibilidad de hacer ese camino. ¿Por qué negarles su propia forma de consuelo a aquellos que creen en algo superior?

Prefiero una verdad que duele a una mentira que calma. Pero cada uno puede preferir el opio de la ilusión a la realidad. Yo le reprocho a la ilusión enemistarnos con la única certeza que tenemos: la vida es aquí, aquí y ahora. Las religiones nos invitan a vivir en la expiación, con el pretexto de que vivir como si uno estuviera muerto aquí nos abrirá la vida eterna una vez muertos. Yo consagro gran parte de mi tiempo -sobre todo cuando creo universidades populares abiertas a todos-, a ofrecer una alternativa filosófica a la propuesta religiosa. Creo que es necesario popularizar la filosofía para reconciliar al hombre consigo mismo, con su cuerpo, su vida, los otros y el mundo, sin que tenga que pasar por todas esas ficciones religiosas.

Cuando un creyente piensa en el universo, imagina una suerte de más allá, donde pone a todos sus seres queridos, sus divinidades y sus ilusiones. Esa dimensión debe de ser imposible de borrar una vez adquirida. ¿Qué hay en la imaginación de un ateo total?

Un mundo exactamente igual de vasto. ¡Qué extraña idea tiene usted del ateo! ¿Lo cree incapaz de imaginación? ¿De vida espiritual? ¡Es curioso que piense en el ateo como una especie de idiota de cerebro limitado, con escasas posibilidades estéticas, emocionales, afectivas y espirituales!

En todo caso, tengo la impresión de que la desaparición de lo sagrado no es inminente. ¿Cree usted en una humanidad sin religión?

Siempre habrá religiones, porque las religiones viven de la angustia y del miedo de los hombres, y porque estamos lejos de haber terminado con los temores existenciales. El ateo está condenado a militar por una causa perdida. Pero poco importa que esté perdida, si es una causa justa. Lo irracional, lo irrazonable, la ilusión, las ficciones disponen de un futuro grandioso, pues el mundo liberal que se prepara en nuestro planeta odia la cultura, que hace retroceder a los mitos, entre ellos, la religión.

Usted escribe: “La autoridad me resulta insoportable; la dependencia, invivible. Las órdenes, invitaciones, pedidos, propuestas, consejos me paralizan”. ¿Cómo hace para organizar su relación con los demás, sobre todo con sus allegados?

Desde los 17 años, (cuando dejé mi familia para vivir sin ayuda alguna) construí mi vida a fin de tener que obedecer -¡y mandar!- lo menos posible. No me pida detalles porque tendríamos que consagrar la entrevista a esta cuestión. Digamos que es necesario evitar el matrimonio y los hijos, los honores, la riqueza y las situaciones de poder. Soy soltero, sin hijos, me importan un bledo las condecoraciones, los puestos honoríficos en instituciones universitarias. Vivo muy bien con o sin dinero, porque el dinero nunca fue una obsesión en mi vida, no soy representante de esto ni de aquello. Trato de no deberle nada a nadie. Vivo de mi pluma, y mis lectores, comprando mis libros, hacen posible esta situación social magnífica, casi una vida de rey.

Usted se declara a favor de un hedonismo del ser y no del tener. ¿Me puede explicar?

Es muy difícil en dos palabras. Digamos que todas las cosas que tienen que ver con la posesión (dinero, situación social, riquezas, propiedades, bienes habituales de la sociedad de consumo) no son un fin en sí mismas. Por el contrario, lo que depende del ser (libertad, amistad, amor, afección, dulzura, serenidad, paz consigo mismo, los otros y el mundo) constituye el ideal de sabiduría hacia el que hay que tender. Disfrutar de una cosa no presenta demasiado interés, disfrutar de un momento de sabiduría es uno de los grandes instantes de la vida.

¿Y cuál es la diferencia entre ese hedonismo y el estoicismo?

La oposición entre ambas escuelas suele ser una cuestión de universitarios. Hay que leer las Cartas a Lucilio de Séneca, el estoico. Allí hay cantidad de argumentos epicúreos. En mi libro Contra-historia de la filosofía explico cómo esta oposición entre dos sensibilidades filosóficas fueron instrumentalizadas por Cicerón con fines políticos: era necesario desacreditar a los candidatos epicúreos al Senado, y Cicerón, el estoico, los estigmatizó como voluptuosos e incapaces de ocuparse de la cosa pública. Después, el cristianismo se apoderó de esos argumentos que perduran hasta hoy.

Usted es un filósofo decididamente orientado hacia la modernidad. ¿Qué lugar reserva en su reflexión al psicoanálisis y a las neurociencias? ¿No cree que esta última está terminando con Freud?

Tengo el proyecto de escribir un libro sobre el psicoanálisis que evitará dar poderes absolutos tanto a Freud como a las neurociencias. Rehabilitaré el psicoanálisis como un chamanismo posmoderno, precisando que el cuerpo no es una cuestión de inconsciente psíquico, sino de inconsciente neurovegetativo.

¿Está usted satisfecho de su vida? Quizás sea ridículo preguntarle a un filósofo si es feliz, pero…

¡Pero yo soy absolutamente feliz! De lo contrario dejaría de escribir lo que escribo, de enseñar lo que enseño y de dar las conferencias que doy por el mundo. A menos que fuese un estafador. Y yo sé que en filosofía también existen los estafadores.

Comentarios introductorios por Ferney Rodríguez
Entrevista de Luisa Corradini

Navegar por Internet mejora el cerebro de los adultos mayores

Realizar esta actividad diariamente reactiva conexión entre las neuronas

Investigación contradice idea de que al envejecer se deja de aprender


Hacer búsquedas por Internet puede hacerle mucho bien al cerebro de los adultos, especialmente a aquellos que son novatos o ajenos al uso de estas nuevas tecnologías de la información.

Realizar esta actividad por, al menos, una hora diariamente logra activar regiones del cerebro que antes permanecían inactivas y mejora capacidades mentales, como la memoria.

Estos son los beneficios que sugiere un estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles, EE.UU.

Los resultados de esta investigación desmienten la idea de que los cerebros “envejecidos” pierden la capacidad de aprender.

Gary Small, profesor de psiquiatría y científico titular del Centro de Estudios de Memoria y Envejecimiento de UCLA explica que esto ocurre porque, navegar por Internet para buscar datos que nos importan o simplemente para comunicarnos con otras personas es una actividad que nos obliga a activar centros clave del cerebro humano.

“Me refiero a que navegar activa partes vitales que controlan la forma como tomamos las decisiones y también, aquellas que determinan nuestro razonamiento complejo”, aseguró Small.

Internet mejor que leer. El estudio sugiere que las tecnologías informáticas emergentes podrían tener efectos fisiológicos y potencialmente beneficios para sujetos de mediana edad y edad avanzada mucho mejores que los generados por la lectura de libros.

“Parece que sí es posible enseñarle trucos nuevos a ‘perros viejos’ y esta sería una forma”, adelantó Teena Moody, investigadora del Instituto Semel de Neurociencia y Comportamiento Humano de la UCLA y líder del estudio.

“Nuestros resultados nos sugieren que hacer búsquedas ‘online’ pueden ser una forma realmente simple de ejercitar el cerebro y podría ser utilizado para elevar las habilidades mentales en los ancianos”, añadió la experta.

El método de estudio. Para llegar a estas conclusiones, un equipo integrado por psicólogos, psiquiatras, neurólogos y médicos estadounidenses analizaron el comportamiento del cerebro de 24 personas normales mediante el uso de resonancias magnéticas.

Recordemos que se conoce como una resonancia magnética a una técnica de estudio no invasivo que se usa para explorar la estructura y composición de un cuerpo a analizar, en este caso, del interior del cerebro humano.

En este caso, los expertos optaron por la llamada resonancia magnética funcional (RMF) que no solo permite ver la anatomía del cerebro, sino también observar la actividad neuronal y el flujo sanguíneo en su interior.

Como producto de una resonancia magnética funcional se obtiene una imagen digital que puede ser analizada en detalle por los especialistas.

Todas las personas estudiadas tenían entre 55 y 78 años y estaban física y mentalmente sanas. Estas se dividieron en dos grupos de doce individuos.

El primer grupo de voluntarios estaba integrado por personas que usaban Internet al menos una vez por día. Mientras, la otra mitad de los analizados eran personas con experiencia escasa o nula en la navegación por la web.

Primero, a todos se les puso a leer y se detectó cuál zona se activaba y cuán extensa era esa área.

A través de las imágenes se confirmó que, al leer, en todos los cerebros se activaron las zonas que controlan el lenguaje, la memoria y las habilidades visuales.

Sin embargo, entre las personas con mayor experiencia en Internet se activaron también las zonas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones y de razonamiento complejo.

Luego del análisis inicial, se le solicitó a la mitad de los estudiados que usara Internet durante al menos una semana.

Una vez transcurrido ese tiempo, se repitieron los mismos análisis y, para sorpresa de los investigadores, los usuarios novatos evolucionaron con mucha rapidez y sus registros se ampliaron significativamente, en comparación con la primera prueba.

Cuando se realizó un análisis posterior se detectó que su actividad cerebral casi se igualó con los usuarios veteranos de Internet.

Este estudio continúa en proceso de análisis y pruebas.

Los resultados preliminares fueron difundidos en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia, la cual se celebró el pasado 19 de octubre en Chicago, Estados Unidos.

Navegar por Internet mejora el cerebro de los adultos mayores

Realizar esta actividad diariamente reactiva conexión entre las neuronas

Investigación contradice idea de que al envejecer se deja de aprender


Hacer búsquedas por Internet puede hacerle mucho bien al cerebro de los adultos, especialmente a aquellos que son novatos o ajenos al uso de estas nuevas tecnologías de la información.

Realizar esta actividad por, al menos, una hora diariamente logra activar regiones del cerebro que antes permanecían inactivas y mejora capacidades mentales, como la memoria.

Estos son los beneficios que sugiere un estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles, EE.UU.

Los resultados de esta investigación desmienten la idea de que los cerebros “envejecidos” pierden la capacidad de aprender.

Gary Small, profesor de psiquiatría y científico titular del Centro de Estudios de Memoria y Envejecimiento de UCLA explica que esto ocurre porque, navegar por Internet para buscar datos que nos importan o simplemente para comunicarnos con otras personas es una actividad que nos obliga a activar centros clave del cerebro humano.

“Me refiero a que navegar activa partes vitales que controlan la forma como tomamos las decisiones y también, aquellas que determinan nuestro razonamiento complejo”, aseguró Small.

Internet mejor que leer. El estudio sugiere que las tecnologías informáticas emergentes podrían tener efectos fisiológicos y potencialmente beneficios para sujetos de mediana edad y edad avanzada mucho mejores que los generados por la lectura de libros.

“Parece que sí es posible enseñarle trucos nuevos a ‘perros viejos’ y esta sería una forma”, adelantó Teena Moody, investigadora del Instituto Semel de Neurociencia y Comportamiento Humano de la UCLA y líder del estudio.

“Nuestros resultados nos sugieren que hacer búsquedas ‘online’ pueden ser una forma realmente simple de ejercitar el cerebro y podría ser utilizado para elevar las habilidades mentales en los ancianos”, añadió la experta.

El método de estudio. Para llegar a estas conclusiones, un equipo integrado por psicólogos, psiquiatras, neurólogos y médicos estadounidenses analizaron el comportamiento del cerebro de 24 personas normales mediante el uso de resonancias magnéticas.

Recordemos que se conoce como una resonancia magnética a una técnica de estudio no invasivo que se usa para explorar la estructura y composición de un cuerpo a analizar, en este caso, del interior del cerebro humano.

En este caso, los expertos optaron por la llamada resonancia magnética funcional (RMF) que no solo permite ver la anatomía del cerebro, sino también observar la actividad neuronal y el flujo sanguíneo en su interior.

Como producto de una resonancia magnética funcional se obtiene una imagen digital que puede ser analizada en detalle por los especialistas.

Todas las personas estudiadas tenían entre 55 y 78 años y estaban física y mentalmente sanas. Estas se dividieron en dos grupos de doce individuos.

El primer grupo de voluntarios estaba integrado por personas que usaban Internet al menos una vez por día. Mientras, la otra mitad de los analizados eran personas con experiencia escasa o nula en la navegación por la web.

Primero, a todos se les puso a leer y se detectó cuál zona se activaba y cuán extensa era esa área.

A través de las imágenes se confirmó que, al leer, en todos los cerebros se activaron las zonas que controlan el lenguaje, la memoria y las habilidades visuales.

Sin embargo, entre las personas con mayor experiencia en Internet se activaron también las zonas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones y de razonamiento complejo.

Luego del análisis inicial, se le solicitó a la mitad de los estudiados que usara Internet durante al menos una semana.

Una vez transcurrido ese tiempo, se repitieron los mismos análisis y, para sorpresa de los investigadores, los usuarios novatos evolucionaron con mucha rapidez y sus registros se ampliaron significativamente, en comparación con la primera prueba.

Cuando se realizó un análisis posterior se detectó que su actividad cerebral casi se igualó con los usuarios veteranos de Internet.

Este estudio continúa en proceso de análisis y pruebas.

Los resultados preliminares fueron difundidos en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia, la cual se celebró el pasado 19 de octubre en Chicago, Estados Unidos.

La Composición y Procedencia del Polvo Doméstico

Foto: Wikimedia Commons¿De dónde sale tanto polvo? Unos científicos en Arizona están ofreciendo una sorprendente respuesta a esa pregunta que se han hecho muchas generaciones de personas a la hora de limpiar las capas de polvo en sus mobiliarios y suelos.


En su estudio, David Layton y Paloma Beamer señalan que el polvo de las viviendas es una mezcla de productos que incluye partículas de piel muerta desprendida de los cuerpos de las personas, fibras de las alfombras y de muebles tapizados, y partículas transportadas desde el exterior por el aire o por las suelas de los zapatos y otros objetos afines.

El polvo doméstico puede incluir plomo, arsénico y otras substancias potencialmente dañinas que proceden del aire y la tierra exteriores. La presencia de tales productos nocivos resulta especialmente preocupante si tenemos en cuenta que los niños pueden ingerirlos involuntariamente al ponerse dentro de sus bocas juguetes y otros objetos sucios de polvo.


Valiéndose de un modelo informático que puede rastrear la distribución de la tierra contaminada y los materiales particulados transportados a las viviendas, los investigadores han encontrado que, al menos en el escenario local contemplado, alrededor del 60 por ciento del polvo de una vivienda se origina fuera de ella.

Los autores del estudio estiman que casi el 60 por ciento del arsénico presente en el polvo del suelo de las viviendas puede provenir del arsénico existente en el aire circundante, y el resto se debería al polvo portado hacia el interior por suelas de zapatos y otros medios afines.

Los investigadores señalan que su modelo podría usarse para evaluar métodos destinados a reducir los productos contaminantes en el polvo y la exposición humana a los mismos.

Información adicional en:

Interpretación Subjetiva de Emociones en las Expresiones Faciales de Robots


Foto: GITLos humanos somos criaturas sociales y con emociones. Los robots, no. Sin embargo, está en la idiosincrasia humana intentar ver emociones y conductas humanas en las máquinas con las que más tiempo compartimos, sobre todo si presentan un aspecto físico humanizado. Los robots humanoides para ayudar en sus domicilios a personas con impedimentos físicos van a dejar de ser una rareza para convertirse en algo cada vez más habitual conforme transcurran los años. Para adelantarse a los conflictos emocionales humanos que esa situación pueda generar, hay que comenzar a poner a punto una nueva área de la psicología humana, la dedicada a nuestras reacciones emocionales ante los robots. Un nuevo estudio ha explorado cómo personas de diferentes edades interpretan las expresiones artificiales de un robot.



Un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Georgia decidió comprobar nuestra capacidad de interpretar la "emoción" de un robot leyendo su expresión, para ver si había alguna diferencia entre personas de diferentes edades.

Los investigadores constataron que los adultos de más edad mostraban algunas diferencias inesperadas en el modo en que leían la cara de un robot, respecto al modo en que los adultos más jóvenes lo hacían.


Jenay Beer (Escuela de Psicología del Tecnológico de Georgia), y Wendy Rogers y Arthur Fisk, profesores de Psicología Ingenieril del Tecnológico de Georgia, usaron una versión virtual del robot iCat para comprobar la diferencia entre sujetos con edades de 65 a 75 años y sujetos de 18 a 27 años.

El iCat virtual muestra siete emociones con varios niveles de intensidad: felicidad, tristeza, ira, miedo, sorpresa, repulsión y expresión neutra. Los investigadores comprobaron cuán bien cada participante podía determinar las emociones del iCat virtual.

Las investigaciones sobre cuán bien los adultos pueden reconocer emociones en caras humanas han revelado que los adultos de más edad reconocen con menor precisión la ira, el miedo y la tristeza.

En cambio, el estudio con caras robóticas ha desvelado que, aunque las personas maduras participantes en el mismo reconocieron con menor precisión la ira y el miedo, tal como se esperaba, tenían sin embargo una dificultad significativa para reconocer la felicidad, y no la tristeza. De hecho, confundían casi siempre la expresión feliz del robot con la neutra.

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sábado, 28 de noviembre de 2009

La "Mosca Unicornio" Que Vivió Hace 100 Millones de Años


Foto: George PoinarUn equipo de científicos ha analizado detalladamente lo que se ha dado en llamar la "mosca unicornio". Se trata de una mosca descubierta recientemente que vivió hace unos cien millones de años y que constituye una nueva familia, género y especie de mosca, nunca antes observada.


Un único espécimen increíblemente bien conservado de la diminuta pero impresionante mosca se ha preservado durante todos estos años en ámbar birmano, incluyendo su pequeño pero espectacular cuerno que surge de la cima de su cabeza. Por si fuera poco, la cima de ese cuerno estaba coronada por tres ojos que le debían dar la capacidad de ver venir a los depredadores. Pero a pesar de ese ingenioso mecanismo de defensa, la mosca estaba al parecer en un callejón evolutivo sin salida, y por eso desapareció algún tiempo después.

Tal como señala George Poinar (hijo), profesor de zoología en la Universidad Estatal de Oregón, ningún otro insecto que se haya descubierto hasta el momento tiene un cuerno así, y no existe tampoco animal alguno con un cuerno que tenga ojos en su punta.
Esta mosca vivió en las selvas de Myanmar y fue encontrada atrapada en ámbar de 97 a 110 millones de años de antigüedad.

"Si sólo hubiéramos visto las alas de este insecto, le habríamos juzgado similar a otras moscas de la familia Bibionomorpha", hace notar Poinar.

La mosca también tiene otras características muy inusuales, como una antena de forma extraña, patas inusualmente largas que la habrían ayudado a moverse sobre las flores, y mandíbulas sumamente pequeñas que la habrían obligado a contentarse con mordisquear partículas muy pequeñas de alimento.

Los granos de polen encontrados en las patas de la mosca sugieren que se alimentaba principalmente de flores.

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Sensores CMOS Capaces de Distinguir Colores


Foto: Fraunhofer IMSEl automóvil del futuro tendrá muchos dispositivos inteligentes en su tablero de control auxiliando al conductor en tareas como aparcar el vehículo, reconocer las señales de tráfico y advertir de los peligros no percibidos por éste.


Muchos sistemas de ayuda al conductor ya incorporan cámaras de alta tecnología que tienen que satisfacer una amplia gama de requisitos. Deben poder resistir altas temperaturas ambientales y ser muy pequeñas, ligeras y robustas. Es más, tienen que captar con la máxima fiabilidad todas las imágenes requeridas y ser tan baratas como resulte posible.

Hoy día, los sensores CMOS se usan para muchos sistemas a bordo del automóvil. Estos chips convierten las señales de luz en impulsos eléctricos y están instalados en la mayoría de las cámaras digitales. En la actualidad, sin embargo, los sensores usados para cámaras industriales y otras especiales no suelen distinguir entre los colores

Ahora, unos investigadores del Instituto Fraunhofer para Circuitos y Sistemas Microelectrónicos, en Duisburgo, han desarrollado un nuevo proceso para producir los sensores de imagen CMOS que permite a los chips ver el color. Normalmente, los sensores de imagen son fabricados en obleas de silicio mediante una técnica más o menos estándar de fabricación de semiconductores.

El equipo del proyecto ha integrado un sistema de filtros de colores en el proceso.

Los filtros de color tienen que ser insertados delante de los sensores para que puedan distinguir el color. Este trabajo es realizado por polímeros teñidos en los colores primarios rojo, verde y azul. Cada píxel en el sensor es cubierto con uno de los tres colores por una máquina especial. Usando luz ultravioleta y una máscara que sólo es transparente en los píxeles deseados, el tinte queda fijado. Además, los investigadores han desarrollado microlentes especiales que ayudan al sensor a capturar y medir la luz con más eficacia.

El proceso perfeccionado para fabricar sensores CMOS no sólo hace posible mejorar el rendimiento de los sistemas de ayuda al conductor en cuanto a costo y eficacia; los endoscopios también se beneficiarán de las nuevas propiedades de los sensores de imagen CMOS.

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Scitech News


Ciertos Arboles Promueven Incendios Forestales Para Librarse de Competidores


Foto: Brian Beckage/UVMA menudo, se piensa que el fuego es algo de lo que se debería proteger siempre a los árboles, pero un nuevo estudio sugiere que algunos pueden contribuir por sí mismos a la existencia de incendios forestales con el fin de promover su propia abundancia a expensas de sus competidores.


El estudio indica que los bucles de realimentación positiva entre el fuego y los árboles asociados a las sabanas pueden aumentar las probabilidades de incendios en estos ecosistemas.

Brian Beckage (Universidad de Vermont), William Platt (Universidad Estatal de Luisiana), y Louis Gross (Universidad de Tennessee) utilizaron un modelo matemático para demostrar que los bucles de realimentación positiva entre la frecuencia de incendios y los árboles de la sabana, en solitario o junto con las hierbas, pueden estabilizar las comunidades ecológicas manteniéndolas en un estado de sabana, evitando que ésta se convierta en bosque.

La promoción del fuego por parte de los árboles de la sabana aumenta la abundancia de éstos, al limitar el establecimiento y crecimiento de especies de árboles más vulnerables al fuego y que son mejores competidores en cuanto al uso de recursos, por lo que en última instancia, de no ser por los incendios, podrían desplazar a los árboles de sabana.

Los resultados de la investigación sugieren por tanto que algunos árboles pueden modificar su entorno para facilitar su persistencia a expensas de sus competidores.

Esta investigación puede haber dado con la explicación de por qué las sabanas que podrían convertirse en bosques frondosos no lo hacen.

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jueves, 26 de noviembre de 2009

Las Creencias Personales, Más Que la Genética, Están Detrás del Altruismo

Foto: Zina Deretsky, National Science FoundationEl comportamiento social aprendido y las creencias son elementos mucho más convincentes que la genética para explicar el comportamiento altruista de las personas que hacen favores a desconocidos sin esperar nada a cambio o que arriesgan su vida para salvar las de otros. Ésta es la conclusión a la que han llegado en un estudio Adrian V. Bell y sus colegas de la Universidad de California en Davis.


El altruismo ha sido desde mucho tiempo atrás un tema de interés para los científicos que estudian la evolución social. El altruismo presenta una paradoja difícil de explicar: Ayudar a personas sin lazos de sangre con el sujeto que ejerce la acción altruista tiene casi siempre un coste o un riesgo para éste, y debido a ello cabría esperar que la conducta altruista, por la amenaza que supone para los descendientes genéticos del individuo altruista, no fuese favorecida por la evolución, al menos atendiendo a los argumentos comunes de ésta. En otras palabras, alguien que arriesga su vida para salvar a desconocidos tiene más probabilidades de morir sin dejar descendientes que alguien que ante todo protege su propia vida. Por eso, el egoísmo debiera ser un rasgo de personalidad heredado de padres a hijos con mucha más frecuencia que el altruismo, hasta acabar desplazando a éste.
Los investigadores utilizaron una ecuación matemática que describe las condiciones necesarias para la evolución del altruismo. Esta ecuación llevó a los autores del estudio a comparar las diferencias genéticas y culturales entre grupos sociales vecinos.

Haciendo uso de los valores previamente calculados sobre las diferencias genéticas, emplearon los datos recopilados en una encuesta mundial sobre valores éticos, los cuales es previsible que estén fuertemente influidos por la cultura en un gran número de países, como una fuente de información para calcular las diferencias culturales entre los mismos grupos vecinos. Al hacer las comparaciones, encontraron que el papel de la cultura tiene un alcance mucho mayor para explicar nuestro comportamiento prosocial que la genética.

Los investigadores utilizaron una ecuación matemática que describe las condiciones necesarias para la evolución del altruismo. Esta ecuación llevó a los autores del estudio a comparar las diferencias genéticas y culturales entre grupos sociales vecinos.

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¿Es Seguro Consumir Agua de Lluvia Sin Depurar?


Foto: Monash U.Un equipo de investigadores de la Universidad de Monash, en Australia, ha realizado el primer estudio que confirma que el agua de lluvia es segura para beber, siempre y cuando se cumplan los requisitos básicos de almacenaje.


La investigación fue dirigida por la profesora Karin Leder del Departamento de Epidemiología y Medicina Preventiva, junto con el Centro australiano WQRA (anteriormente el Centro de Investigación Cooperativa sobre la Calidad del Agua y su Tratamiento).

Leder subraya que éste es el primer estudio de su clase. Hasta ahora, no ha habido ninguno de estas características para investigar los efectos que el consumo de agua de lluvia tiene sobre la salud, ya sea en Australia o en otras naciones.

En el estudio participaron trescientas viviendas de Adelaida a cuyos ocupantes se les dio un equipo para tratar el agua de lluvia. Aunque los equipos eran iguales en aspecto, sólo la mitad tenía filtros reales, pero los habitantes de las viviendas no sabían si su equipo tenía o no filtros auténticos.

Se registró el estado de salud de las familias durante 12 meses. Después de este periodo de tiempo, los resultados de uno y otro grupo fueron comparados.

El análisis de los resultados ha mostrado que las tasas de gastroenteritis fueron muy similares. Quienes bebieron agua de lluvia no tratada no mostraron ningún incremento apreciable en la incidencia de esa enfermedad en comparación con quienes consumieron agua de lluvia filtrada.

Adelaida fue el lugar elegido para el estudio dado que es la ciudad con el mayor uso de tanques de agua de lluvia en Australia.

Algunas autoridades sanitarias tenían dudas sobre la seguridad del consumo de agua de lluvia, pero este estudio confirma que existe un riesgo bajo de enfermedad.

Por supuesto, los resultados pueden no ser aplicables a todas las situaciones y lugares; sin embargo, estos hallazgos sobre la seguridad de consumir agua de lluvia muestran que puede ser utilizada para ducharse o bañarse, actividades en las que una persona puede ingerir involuntariamente pequeñas cantidades de agua.

Un uso extendido del agua de lluvia para uso doméstico puede ser conveniente para aprovechar mejor el valioso recurso que es el agua.

Información adicional en:

Homínidos Fabricantes de Herramientas Ya Vivían en Praderas Hace 2 Millones de Años


Foto: Thomas PlummerThomas Plummer del Queens College, adscrito a la Universidad de la Ciudad de Nueva York, Richard Potts del Museo Nacional de Historia Natural dependiente del Instituto Smithsoniano, y otros expertos, han presentado la evidencia arqueológica más antigua (2 millones de años) de actividades humanas en una pradera.


Muchos científicos, desde Charles Darwin, han pensado que la adaptación al medio ambiente de la pradera tuvo una influencia profunda en el curso de la evolución humana. Esta idea ha permanecido bien afianzada, aún con el reconocimiento reciente de que el surgimiento de los homínidos tuvo lugar en un entorno boscoso y que el medio ambiente africano del pasado experimentó grandes fluctuaciones en respuesta a oscilaciones climáticas de corto plazo.

Durante el crítico período que va desde hace tres millones de años hasta hace un millón y medio, el inicio de la tecnología lítica y otros desarrollos tecnológicos o evolutivos estuvieron vinculados con entornos cada vez más abiertos en África.

Sin embargo, los ecosistemas en los cuales prevalecen las praderas no han estado documentados en el registro geológico de la evolución de los homínidos en el Período Plioceno, de modo que no ha estado claro si los hábitats abiertos estaban disponibles para los homínidos, y de ser así, si los utilizaban. En su nuevo estudio, Plummer y su equipo aportan la primera documentación sobre ambas cosas en el yacimiento arqueológico de Kanjera South, Kenia, el cual tiene alrededor de dos millones de años de antigüedad.

Los investigadores realizaron análisis químicos a dientes de mamíferos y suelos antiguos, y también reunieron otros datos sobre la fauna.

Sus hallazgos demuestran que los puntos en los que recientemente se ha excavado, descubriéndose en ellos herramientas del tipo más antiguo conocido de tecnología lítica, estaban ubicados en un ecosistema dominado por prados durante el citado período de tiempo crucial.

Plummer y sus colegas han llegado a la conclusión de que los primeros Homo eran flexibles en el uso de hábitats, y que su habilidad para encontrar recursos tanto en entornos abiertos como boscosos fue una baza fundamental para su buena adaptación.

Información adicional en:

martes, 24 de noviembre de 2009

América Latina en la mira de inmigrantes africanos

Para los emigrantes africanos llegar a las costas europeas es cada vez más difícil. Otros rumbos toman, entonces, los que buscan asilo, sea político o económico. América Latina se ha vuelto una meta codiciada.

Por motivos políticos o económicos quieren abandonar sus países y a los africanos les es cada vez más difícil ingresar a la Unión Europea (UE). Los inmigrantes africanos optan por tomar rumbo a América Latina, en donde las regulaciones les son más favorables.

“Hacia dónde exactamente es una pregunta de segundo orden; lo más importante es abandonar el país de origen y lo más rápido posible”, así describe la situación la Oficina Brasileña del Comisariato para los Refugiados de Naciones Unidas. El motivo para abandonar su país es por lo general la guerra o la persecución política; a veces se trata sólo de supervivencia.

Por casualidad en Brasil

Un emigrante como éste no planea su viaje: porque no tiene dinero para adquirir su ticket, se atreve a embarcarse como polizonte en cualquier barco de carga. Renato Zerbini Leao, del Comité Brasileño para los Refugiados, los denomina “refugiados espontáneos”. “Se han dado casos muy interesantes de emigrantes que ha tomado un barco, pensando que iban hacia el hemisferio norte y han desembarcado en Brasil”, cuenta Zerbini.

Europa resguarda sus fronteras

Geográficamente, Europa es el objetivo más cercano y más atractivo para la gente que busca abandonar África, en aras de mejores ingresos. Los refugiados económicos intentan ingresar, a diario, por barco o en avión al Viejo Continente.

A más tardar a partir del año 2005 -cuando comenzó a operar la Agencia Europea para la Cooperación Operativa en las Fronteras Externas (FRONTEX)- los controles y la vigilancia aumentaron. Desde ese momento, también, los miembros de la UE se apoyan los unos a los otros cuando se trata de extraditar a gente de terceros países. Una de las consecuencias de esto es que los emigrantes han buscado nuevos horizontes. América Latina, entre ellos.

El objetivo principal es México o Guatemala, para de ahí dar el salto hacia Estados Unidos; la principal procedencia: Somalia, Eritrea y Etiopía. Muchos, sin embargo, se quedan en el país al que arribaron. En Argentina, por ejemplo, hace ocho años vivían oficialmente sólo algunas docenas de refugiados; hoy son más de 3000. Y el país vecino, Brasil, es otro de los objetivos favoritos; refugiados de 74 países alberga en este momento: la mayoría de Angola, Colombia, el Congo, Liberia e Irak. Durante la guerra civil que duró hasta el 2002, para los lusoparlantes de Angola, Brasil fue el objetivo predilecto.

Los mismos derechos y las mismas obligaciones

Que ahora muchas personas que provienen de otros países en conflicto emigren a América Latina no es casualidad, pues les ofrece ventajas. “Cuando un refugiado llega a Brasil y solicita estatus de refugiado, se inicia el proceso para aceptarlo y puede trabajar inmediatamente. Esto no es igual en todos los países. Una vez que ha sido aprobado su estatus, el inmigrante tiene los mismos derechos y las mismas obligaciones que un brasileño”, explica Zerbini.

Mientras que en Europa se analiza las solicitudes de asilo de acuerdo al país de origen –dependiendo de su grado de peligrosidad-, Brasil intenta simplificar el procedimiento. Sin embargo, tener un permiso de trabajo no significa tener trabajo. Además, criminalidad e inseguridad son un tema en ese país; el día a día no es fácil.

“Las dificultades que enfrenta un refugiado en Brasil son las mismas que enfrenta un brasileño. Tendrán que hacer fila para la atención en un hospital o para registrar a su niño en una escuela”. Y a pesar de todo, el gigante latinoamericano sigue siendo interesante para los emigrantes africanos, porque es muy abierto en su política de asilo y porque es el país con mayor población de origen africano fuera del África.

Presentan los motores moleculares más pequeños del mundo

Esquema de pinza óptica

Investigadores del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (UAM-CSIC) en colaboración con la Universidad de Berkeley, han conseguido manipular por primera vez moléculas individuales de la ADN polimerasa del virus Phi29, lo que ha proporcionado información muy valiosa sobre el mecanismo de fidelidad encargado de mantener la copia del ADN.

El grupo de Margarita Salas del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM) en colaboración con Borja Ibarra del grupo de Carlos Bustamante de la Universidad de Berkeley (EE UU), ha utilizado la técnica de las pinzas ópticas para atrapar y manipular moléculas individuales de polimerasa del virus Phi29. Este trabajo ha sido publicado en la revista EMBO Journal.

De esta forma estos investigadores han podido seguir la actividad de una sola molécula de polimerasa mientras trabaja y se mueve a lo largo del ADN, encontrando que este diminuto motor molecular es capaz de ejercer fuerzas en el ADN superiores a 30 picoNewtons.

Escalando la polimerasa al tamaño humano, una persona con la misma relación fuerza-masa sería capaz de levantar diez millones de toneladas métricas, o el peso de más de 100 portaaviones.

Muchas de las proteínas del interior celular funcionan como auténticos motores moleculares de apenas unos nanómetros (una mil millonésima parte del metro) de tamaño. Estos diminutos motores utilizan la energía derivada del metabolismo para realizar diversos trabajos como desplazarse en una dirección determinada, transportar otras moléculas e incluso aplicar fuerzas mecánicas en su entorno más cercano.

Unos de los motores moleculares mas sorprendentes son las ADN polimerasas, las proteínas encargadas de duplicar la molécula del ADN. Estas polimerasas son capaces de leer la composición de bases de cada una de las hebras del ADN e incorporar la base complementaria en cada posición. Sorprendentemente, estos motores moleculares pueden avanzar a una velocidad de 30 000 bases por minuto y cometer tan solo un error por cada 100 millones de bases incorporadas, preservando de esta forma la información del ADN y por tanto la supervivencia del organismo.

Un copista con estas propiedades sería capaz de copiar toda la obra del Quijote en aproximadamente 30 minutos sin cometer un solo error. La polimerasa alcanza este sensacional nivel de precisión comprobando minuciosamente la complementariedad de las bases mientras avanza por el ADN. Cuando la base incorporada no es complementaria al ADN molde, la polimerasa cambia su conformación para ‘retroceder’ y eliminar la base incorrecta.

Motores de ADN

Clásicamente el funcionamiento de estos motores se ha estudiado en tubos de ensayo donde millones de polimerasas trabajan al mismo tiempo en una reacción no sincronizada. De esta manera muchos de los detalles del funcionamiento intrínseco de cada polimerasa se pierden en el promedio final.

Además, aplicando fuerza en el ADN los investigadores han conseguido por primera vez modular mecánicamente la actividad de la polimerasa y su capacidad de corrección de errores, lo que ha proporcionado información muy valiosa sobre el mecanismo de fidelidad encargado de mantener la copia del ADN.

“El estudio de los motores moleculares y los sistemas biológicos con estas técnicas, permitirá conocer mejor el funcionamiento interno de las células y algún día diseñar nano-máquinas sintéticas que compitan con la ingeniosa y eficiente maquinaria molecular diseñada por la naturaleza”, dicen los expertos.

Vídeo: así sería la Tierra si tuviera anillos como Saturno


Ver vídeo: The Rings of the Earth
The Rings of the Earth [3 min.] {Hd}

Aunque no está del todo claro cuán científicamente correcta sería esta recreación –diría que bastante– es en cualquier caso preciosa: una simulación animada con 3Ds Max de nuestro planeta Tierra… pero con anillos, al estilo de Saturno. De existir, el anillo nos rodearía paralelo al ecuador, y dependiendo de la latitud del observador, proporcionaría magníficas y espectaculares vistas.

En los cálculos se han tenido en cuenta las proporciones correctas de los anillos, los ángulos de visión y el límite de Roche, que define en parte a qué distancia estaría situado. Es una obra de Roy Prol.

Leyes sobre discriminación genética: otro pasito al estilo del mundo Gattaca

Una doble hélice de ADN hecha de… libros (CC) AlvyBig Think publicó una interesante anotación titulada Slouching Toward Gattaca? donde habla de una nueva ley estadounidense que entra en funcionamiento estos días, dirigida a evitar la discriminación a partir de la información genérica de los individuos. Esto básicamente quiere decir que será ilegal (a) recopilar información genética de la gente y (b) discriminarla debido a dicha información, por ejemplo a la hora de buscar un empleo. Entiendo que esto será extensible a cuestiones como contratar un seguro médico, dado que hay cosas menos «íntimas» que también es ilegal usar como criterio de discriminación para ciertas cosas.

Como bien dicen en BigThink, esto da por sentado que hay gente que está en desventaja y gente que está en ventaja debido a razones genéticas. Tal vez en el futuro se puedan obtener esas ventajas de forma artificial. La nueva ley intenta impedir que eso sea usado con fines malvados, dado que todas las personas tienen el derecho a ser consideradas iguales.

Sobre qué nos deparará el futuro de la manipulación genética tienen también una mención a un artículo sobre cómo se ha podido mejorar la memoria de las ratas manipulando genéticamente los embriones. Al menos este tipo de normativas nos plantea un alejamiento del futuro distópico de Gattaca o Código 46, aunque en la práctica habrá que ver qué sucede realmente cuando sea algo totalmente cotidiano.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Manipulan memoria de roedores con gen NR2B

La investigación es un empujón para el estudio de la memoria humana. SUN

  • El gen está presente en todos los mamíferos incluidos los humanos

Este gen dirige la producción de una proteína que ayuda a que el cerebro reconozca que dos cosas están vinculadas

SHANGHAI, CHINA.- Científicos chinos crearon, mediante la manipulación del gen NR2B, vinculado a la memoria, una rata cuyas células cerebrales se comunican durante un tiempo mayor al normal, informó el diario Shanghai Daily.

"Como los seres humanos tienen un gen similar NR2B, teóricamente, la investigación es un empujón para el estudio de la memoria humana", dijo Cao Xiaohua, profesor del laboratorios de Ciencias Neurológicas de la Universidad Normal del Este de China.

El estudio, que se publicó en la edición electrónica Plos One, manipuló el gen NR2B que se encuentra en el hipocampo, la parte del cerebro en la que se forman nuevos recuerdos asociados a la experiencia.

Por otro lado, el gen NR2B, que está presente en todos los mamíferos incluidos los humanos, dirige la producción de una proteína que ayuda a que el cerebro reconozca que dos cosas están vinculadas, como tocar una campana y la entrega de comida.

En un experimento en el que se examinaron los resultados de la manipulación genética participaron dos ratas, una genéticamente modificada y otra normal.

El roedor al que se le manipuló el gen NR2B demostró una mayor capacidad para recoger las pistas que guiaba hacia los alimentos que se encontraban ocultos debajo de una plataforma.

Una vez eliminada la rampa que conducía a los elementos la rata genéticamente modificada permaneció en el lugar donde inicialmente estaba la rampa.

Este estudio reveló las mismas conclusiones que el realizado en 1999 por investigadores de la Universidad de Princeton, por lo que los expertos coincidieron en resaltar la importancia del gen NR2B en la formación de la memoria.

Quiénes somos? Cómo sentimos? Dónde reside nuestra identidad?…

El cerebro está profundamente implicado en las experiencias místicas

Se producen gracias a una red neuronal distribuida por todo el cerebro, según un estudio

Un nuevo estudio realizado por neurocientíficos canadienses ha descubierto que las experiencias místicas se producen gracias a una red neuronal que se encuentra distribuida por todo el cerebro. Un grupo de monjas carmelitas participó en diversas pruebas mientras sus cerebros eran analizados con imágenes de resonancia magnética, poniendo al descubierto la gran cantidad y diversidad de regiones cerebrales implicadas en las experiencias místicas. No existe por tanto una región específica del cerebro para la espiritualidad, pero en cambio se confirma que cualquier cerebro está preparado para vivir experiencias místicas, según los autores de la investigación. Por Vanessa Marsh.


Una de las monjas carmelitas durante el experimento. Universidad de Montreal.
Una de las monjas carmelitas durante el experimento. Universidad de Montreal.
Los neurocientíficos Mario Beauregard y Vicent Paquette, de la universidad de Montreal, en Canadá, han realizado un estudio en el que se ha utilizado la técnica de imágenes de resonancia magnética (fMRI, que permite registrar la actividad cerebral, para identificar los cambios en el cerebro cuando un individuo atraviesa una experiencia mística. El estudio se realizó con la colaboración de monjas carmelitas.

El estudio lo publicó en 2006 la revista Neuroscience Letters, pero Beaugerard acaba de publicar un libro, titulado The Spiritual Brain, en el que desarrolla los resultados de la investigación con las monjas carmelitas y plantea que con sus trabajos ha quedado comprobado que las experiencias místicas pueden ser documentadas y que tienen un origen inmaterial. La revista World Magazine acaba de publicar asimismo una entrevista con Beaugerard y la coautora del libro, la periodista Denyse O'Leary.

Durante la investigación, se midió la actividad cerebral de un grupo de monjas de la orden de las Carmelitas cuando éstas se sentían en un estado subjetivo de unión con Dios. Se descubrió así que la experiencia implicaba diversas partes del cerebro, como la corteza orbitofrontal central, el lado derecho de la corteza temporal media, los lóbulos parietales inferior y superior derechos, la corteza izquierda prefrontal media o la corteza cingulada anterior izquierda, entre otras.

Según informa al respecto Scientific American en su edición del 3 de octubre, de este estudio se desprende que los estados místicos profundos, o la experiencia religiosa, implican una amplia gama de regiones cerebrales, más de las que anteriores estudios habían establecido.

La investigación tenía como principal objetivo verificar una hipótesis formulada en la Universidad de California en San Diego hace una década, conocida como "punto de Dios". Esta hipótesis situaba la experiencia mística en el lóbulo temporal y se basa en el estudio de numerosos enfermos de epilepsia del lóbulo temporal, que con frecuencia relatan experiencias místicas.

Según la investigación de Beaugerard, sin embargo, el "punto de Dios" no existe en el cerebro, ya que cuando una persona vive una experiencia mística, todo su cerebro se ve implicado, señala Nature, si bien queda de manifiesto que el cerebro tiene la capacidad de vivir experiencias místicas y que por tanto cualquier persona, independientemente de si comparta o no una fe religiosa, es susceptible de vivir estas experiencias.

Para definir las funciones cerebrales implicadas en la experiencia mística fueron analizados los cerebros de 15 monjas carmelitas durante tres estados mentales diferentes. En dos de ellos, las monjas debían cerrar los ojos y recordar una experiencia social intensa. En un tercero, debían revivir una experiencia intensa de relación con Dios que hubieran tenido anteriormente.

Durante el experimento, fueron recogidas imágenes de resonancia magnética de cortes transversales del cerebro cada tres segundos, y del cerebro completo cada dos minutos. Una vez registrada la actividad cerebral, los científicos compararon los patrones de activación en las distintas situaciones (el recuerdo social y el místico), descubriendo las áreas del cerebro que se activaban con más fuerza durante la experiencia mística que en los otros casos.

Todo el cerebro implicado

De esta forma descubrieron que la memoria espiritual vigoriza varias regiones cerebrales durante estos recuerdos, como el núcleo caudado, que es la región del centro del cerebro relacionada con el aprendizaje, la memoria o el enamoramiento (de ahí, tal vez, la sensación de amor incondicional a la que aluden los místicos).

También descubrieron otra zona cerebral activada, la corteza insular o ínsula, vinculada a las emociones y a los sentimientos, y que podría estar en el origen de las emociones agradables que suelen asociarse a las conexiones con lo divino.

Por último constataron que también se activó el lóbulo parietal del cerebro (relacionado con la conciencia espacial), lo que podría explicar la sensación de hallarse inmerso en algo mucho mayor que nosotros mismos típica de este tipo de experiencias.

Según los investigadores, la cantidad (una docena) y diversidad de regiones cerebrales implicadas apunta a que el fenómeno de la espiritualidad es altamente complejo en el ser humano. De hecho, estos estados se producen gracias a una red neuronal que se encuentra distribuida por todo el cerebro, asegura Beauregard.

Beauregard explica sobre los resultados de su investigación que anteriores estudios neurológicos se han centrado en la relación entre la meditación y la oración, pero no sobre la experiencia mística en sí misma, por lo que eligieron a las monjas carmelitas contemplativas debido a su tradición mística. Los estudios neurológicos anteriores sobre estos procesos se han desarrollado con monjes budistas, practicantes de la meditación, y franciscanos, practicantes de la oración, por lo que la investigación de Beaugerard constituye un desarrollo de las investigaciones anteriores.

Necesidad de comprender

El interés por definir el papel del cerebro en la experiencia mística ha ido aumentando con la llegada de nuevas tecnologías de medición de la actividad de las neuronas. Conocer lo que sucede durante la oración o la meditación o durante episodios inspirados de fervor religioso a nivel neuronal podría ayudar, señalan los científicos, a inducir este tipo de experiencias de manera artificial, dado el efecto positivo que parecen tener en el ser humano.

Por otro lado, a los científicos les resulta importante comprender mejor las bases neuronales de un fenómeno que ha jugado siempre un papel central en todas las culturas y tiempos, de la misma forma que les interesa conocer las bases neuronales de la emoción, la memoria o el lenguaje.

Tal y como explica Mario Toboso en otro artículo de Tendencias21, el descubrimiento de las facultades espirituales en el cerebro ha suscitado todo un debate científico. Mediante modernos sistemas de análisis de imágenes cerebrales se han ido identificando en laboratorio las regiones del cerebro que incrementan o disminuyen su actividad en las experiencias religiosas.

Se han realizado asimismo estudios que implicaban ejercicios de meditación profunda, basada en el uso de imágenes mentales, o de oraciones, dando lugar a una nueva ciencia denominada neuroteología, que estudia la neurología del sentimiento religioso y de la espiritualidad.

Voluntarios de diversas confesiones religiosas han sido analizados en sus momentos de meditación, en investigaciones realizadas por especialistas como James Austin (del Instituto Tecnológico de Massachussets o Andrew Newberg y Eugene D'Aquili, de la Universidad de Pennsylvania.

Capacidad trascendente del cerebro

Estos últimos descubrieron por ejemplo que, en el estado de meditación profunda, se desactivan regiones del cerebro reguladoras de la construcción de la propia identidad, lo que permite que el sujeto pierda durante su práctica el sentido del propio yo individual, que establece la frontera entre él mismo y todo lo demás, y se sienta así integrado en una totalidad única transcendente.

Asimismo, las imágenes cerebrales obtenidas por medio de la tomografía computerizada por emisión de un solo fotón (SPECT), sobre voluntarios en meditación, han revelado una actividad inusual de la región prefrontal dorsolateral y un decaimiento de la actividad del área de orientación del lóbulo parietal, que procesa la información sobre el espacio y la ubicación del cuerpo en el mismo: determina dónde termina el propio cuerpo y comienza el espacio exterior.

En conclusión, de este conjunto de investigaciones, que todavía no pueden considerarse concluyentes, se desprende que el cerebro alberga la capacidad de conectar con una realidad que transciende la de los objetos, tanto físicos como mentales, percibida habitualmente, lo que confirma una experiencia común descrita por las diferentes tradiciones religiosas.

Al mismo tiempo, estas investigaciones ponen de manifiesto únicamente lo que realmente podemos saber, es decir, las reacciones cerebrales ante determinadas experiencias, pero en ningún caso pretenden establecer el carácter espiritual o místico de estas experiencias, ni mucho menos explicar o demostrar una realidad trascendente más allá de la percibida ordinariamente.



El miedo es cuestión de genética

El temor es una reacción natural del ser humano que nace como un mecanismo de superviviencia; según Quo, tiene efectos fisiológicos hasta que no se puede controlar, cuando surgen las patologías.


El miedo se genera en la amígdala cerebral y el hipotálamo. (Foto: Especial)
El miedo se genera en la amígdala cerebral y el hipotálamo.
Hay un catálogo de más de 500 fobias. (Foto: Especial) Hay un catálogo de más de 500 fobias.
Las personas con dos copias del alelo MET 158 en el gen COMT son más propensas a la ansiedad.  (Foto: Especial)

Las personas con dos copias del alelo MET 158 en el gen COMT son más propensas a la ansiedad.

La pandemia de gripe H1N1 es el miedo colectivo más reciente que ha acechado a la humanidad. Le precedió el terrorismo, que gracias al atentado de las Torres Gemelas, se convirtió en un enemigo que derribar sin tener en cuenta los efectos colaterales emocionales. A ambos miedos precede el temor más congénito y ancestral: la muerte.

Según el sociólogo español José Antonio Marina, autor de Anatomía del miedo, se trata de un sentimiento y una emoción individual. El psicoanalista Paulo Morfín explica su origen: "El miedo es una reacción natural del ser humano, porque nacemos siendo los seres más vulnerables del planeta. No podemos caminar ni alimentarnos", empieza.

Aunque es una emoción fuerte, sentir miedo es algo natural, positivo e inherente. Su función primigenia es alertarnos del peligro y las amenazas para asegurar la supervivencia, evolucionar y poder enfrentar distintos retos vitales. Es más, la memoria de las situaciones de riesgo actúa como un antídoto de prevención en contextos similares. Cuando un individuo se ve amenazado siente angustia, inseguridad, temor, impotencia y desconfianza. Incluso se manifiesta físicamente: se acelera el pulso, se dilatan las pupilas y se suda frío. Esta artillería fisiológica prepara para la huida o la lucha, pero cuando el miedo no se puede controlar, asoma entonces el miedo patológico o enfermo.

Adentro y afuera

La mayoría de los estudiosos establece dos tipos de miedo. Los endógenos o innatos, y los exógenos o adquiridos. Los primeros se heredan por especie, están inscritos en nuestros genes y se relacionan con el miedo a la oscuridad, a los fenómenos naturales, a la supervivencia y a la muerte.

Los segundos provienen del mundo exterior: desde los más comunes, como hablar en público, viajar en avión, etcétera, hasta las fobias más irracionales, como la agorafobia, la claustrofobia o la zoofobia -muchas veces estos miedos tienen que ver con otros trastornos emocionales, como la depresión o la falta de autoestima-. La Dra. Patricia Normand, profesora de Psiquiatría en Harvard (Estados Unidos), constató en un estudio que las reacciones físicas causadas por este tipo de temores incluyen sudor en las manos, voz temblorosa y agitación de piernas. Todo ello debido a una reacción provocada por la brusca secreción de adrenalina en la sangre por las glándulas suprarrenales, el aumento de la presión arterial, la aceleración de los latidos del corazón, el estrechamiento de las venas del tubo digestivo y el ensanchamiento de las venas que van a los músculos del tórax.

Los miedos exógenos son temporales y pueden cambiar según la época de desarrollo del ser humano, pero ni los miedos innatos ni los adquiridos conocen diferencias sociales, económicas, culturales o laborales.

Las fobias

El despliegue de terrores es variado. En muchas ocasiones nacen de situaciones dramáticas vividas o de otros temores no reconocidos que depositan en un objeto externo la inquietud interna. A veces, la reacción es evadir y aislarse del objeto externo para evitar la angustia y el estrés que la víctima padece con cierta regularidad.

Precisamente, los miedos exógenos más temidos son las fobias. Sarah Cross, psicoanalista miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México, las define como el mecanismo de poner un miedo específico interno en un objeto que de inicio es neutro y por tanto hacemos un desplazamiento. Cross Lee cuenta un caso de Freud para explicar esto: "El pequeño Hans le tenía mucho miedo a los caballos. Un miedo paralizante. Tenía cuatro años. Su padre era amigo de Freud y le escribía. Y Freud lo ayudó a salir de la fobia. Lo que pasaba es que le tenía mucho miedo a su papá porque era fuerte, grande y algo autoritario. Pero lo quería. Al niño le causaba mucha confusión tener miedo a alguien que amaba y desplazaba su problema interno hacia los caballos".

Pavores extravagantes

Después del atentado del 11 de septiembre, el miedo a volar ha escalado en el top ten de las fobias en el mundo. Pero junto a terrores conocidos como las ratas, arañas o las alturas hay otros más estrambóticos. La electrofobia atemoriza a quienes tienen pavor a electrocutarse; quienes la sufren son capaces de quedarse a oscuras durante horas antes que accionar un interruptor, por ejemplo. Eisoptrofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a los espejos, o a verse reflejado en ellos. La enetofobia se traduce en miedo a los alfileres. La ereutrofobia implica pavor a ruborizarse. La realidad es que la mente humana es capaz de fabricar casi cualquier miedo. Por eso existe la coulrofobia o miedo irracional a los payasos, la katisofobia o miedo a sentarse, la leukofobia y la cromofobia, que son el terror al blanco, el amarillo y los colores en general; la apifobia, que no tolera los pollos ni las abejas; la alektorofobia, incapaz de ver nutrias. En total, según la página web http://www.phobialist.com/, hay más de 500 fobias catalogadas, un mundo casi inabarcable. Las más graves son la acrofobia o miedo a las alturas, la claustrofobia o pavor a los lugares cerrados, y la agorafobia, horror a los espacios abiertos.

24 horas de terror

Las anteriores son fobias específicas, pero hay otras, como las sociales: un tipo de trastorno en el que la víctima siente un espanto paralizante ante el encuentro profesional o social. Se supone que de los 50 millones de estadounidenses que han padecido o padecerán al menos una fobia en su vida, alrededor de 35 millones sufrirán la de tipo social. Está también el trastorno de pánico, que provoca un miedo irracional sin causa aparente.

Otra clasificación divide las fobias en cuatro tipos: a insectos o animales, a ambientes naturales como las alturas o la oscuridad, a la sangre o heridas, y a las situaciones de peligro.

Las fobias más fáciles de tratar son las que mejor se entienden. Algunos psicólogos afirman que detrás de ellas no sólo hay un miedo irracional hacia algo, sino un trauma vivido en la infancia. Y así, por ejemplo, aseguran que detrás de la agorafobia está la falta de atención en la infancia por parte de los padres, y en la claustrofobia, los castigos de los que fue víctima por parte de papás y maestros.

El tratamiento general para los pacientes con fobias es la exposición. Primero se les enfrenta a fotos, que son estímulos inocuos que dan paso a especificaciones gráficas, y luego al contacto real. Así hasta que el aquejado tolere la visión y convivencia con el objeto o situación de angustia.

Lars Goran Ost, psicólogo en la Universidad de Estocolmo (Suecia) y especialista en tratamientos de un día, asegura que entre el 80 y el 95% de los pacientes controla sus fobias con este tipo de sesiones. Presume además de una escasísima reincidencia. Es más, ni siquiera trasladan a otro objeto su fobia concluida. Otra opción está en el software, pero no todo el mundo responde óptimamente a la realidad virtual; aunque es una buena solución para determinadas fobias, no lo es para las sociales y el trastorno de pánico, para los que tamoco sirven las terapias de un día. Para esto se recomienda una docena de sesiones de terapia cognitiva, en la que los pacientes se van exponiendo paulatinamente al objeto o situación de la fobia.

El único fármaco aprobado hasta ahora por la Oficina para Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), para el trastorno de ansiedad social o fobia, es Paxil (paroxetina), que bloquea la reabsorción de la serotonina, ayudando al paciente a producir sentimientos de satisfacción y la sensación de bienestar.

Los psicoanalistas son partidarios de terapias largas, en donde lo importante es poner en palabras la razón del miedo, asegura Cross. Se necesita tiempo y voluntad del paciente para avanzar y desterrar los temores, agrega. Lo positivo es que las fobias son miedos temporales y siempre tienen cura.

La central del miedo

Pero, ¿qué sucede en el cerebro cuando no podemos controlar el miedo? Dos investigadores galardonados con el Premio Max Planck 2007 de Investigación tienen parte de la respuesta: Hans-Christian Pape, director del Instituto de Fisiología de Universidad Wilhelm de Münster (Alemania), y el irlandés Raymond Dolan, profesor de neuropsiquiatría del University College de Londres. Ambos analizan la diferencia entre el miedo congénito y el adquirido.

Mediante microscopios de alta resolución y tomografías computarizadas, pudieron observar que el miedo se genera en la amígdala cerebral, que cuando se activa produce la sensación miedosa. Las conclusiones son que el procesamiento del miedo es muy similar en todos los mamíferos.

Pape también indagó en la memoria del miedo y la razón por la que un mismo hecho traumático puede ser imborrable en unas personas y en otras no. Y después de entrenar ratones para que tuvieran miedo a ciertos estímulos y luego conseguir que no temieran estas situaciones, dedujo que existe una causa genética. El análisis de los procesos celulares y moleculares en este proceso puede abrir paso a la creación de nuevas terapias y fármacos contra el miedo patológico.

Otra investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences dice que el miedo a una agresión física nace en una pequeña área del hipotálamo. Científicos de las universidades de Sao Paulo (Brasil) y de Southern California (EU) han descubierto que el núcleo premamilar dorsal del hipotálamo es el encargado de los temores. Ellos estudiaron la actividad cerebral de ratas y ratones de laboratorio expuestos a gatos y roedores que defendían su territorio. En ambos casos se activó la mencionada región cerebral. Cuando los investigadores dañaron esta zona, los animales no se asustaron ante la presencia del atacante e invadieron el territorio de otros roedores. "Es increíble que estas lesiones desactiven las respuestas innatas del miedo", explicó el neurocientífico Larry Swanson, autor del estudio.

El gen del terror

Algunos van más allá e intentan detectar el gen del miedo. Un ejemplo es la labor de la Universidad de Bonn (Alemania), que ha descubierto por qué algunas personas que viven una experiencia traumática guardan sólo un mal recuerdo y otras sufren de estrés postraumático. La respuesta está en un gen llamado COMT, que regula un neurotransmisor vinculado con la ansiedad. Los investigadores han descubierto que existen dos versiones diferentes: Met 158 y Val 158. Quienes poseen dos copias de la versión Met 158 sufren mayores dosis de ansiedad al ver imágenes desagradables. Por el contrario, quienes poseen dos copias de la otra versión, Val 158, son capaces de controlar sus emociones. Este hallazgo salió publicado en agosto de 2008 en Behavioral Neuroscience, de la American Psychological Association. Para las indagaciones, el psicólogo Martin Reuter, de la Universidad de Bonn, reclutó a 96 mujeres de 22 años. Él explica en la publicación especializada que el alelo Met 158 es resultado de una reciente mutación en la evolución de los seres humanos.

El psicólogo Christian Montag, coautor del estudio, observó que para los humanos, la cautela puede ser adaptativa. "Es una ventaja ser más ansioso en un ambiente peligroso. Esta variación del gen es potencialmente sólo uno de los muchos factores que influencian el complejo rasgo de la ansiedad", escribió el experto. Montag dice que estos hallazgos podrán permitir en el futuro diseñar drogas específicas y a la carta para tratar los desórdenes de ansiedad.

El Coco de hoy: la crisis

Un estudio realizado en 2008 por la Universidad de Sheffield (Inglaterra) demostró que el miedo a la oscuridad y a los payasos seguían siendo los miedos más recurrentes en los niños.

Pero los tiempos cambian y los miedos infantiles evolucionan. Otro análisis, de Joy Burnham, consejero de educación y psicología de la Universidad de Alabama (Estados Unidos), mostró que los niños son cada vez más conscientes del mundo real. Aunque muchos de los que participaron en su estadística seguían temiendo a serpientes, arañas y máscaras, el temor a ser secuestrados o víctimas de un ataque terrorista escalaron al top ten de miedos más comunes en niños de 9 a 12 años de edad.

Por otro lado, los canales de noticias de la BBC y Newsround en Inglaterra entrevistaron a mil niños ingleses de entre 6 y 12 años y descubrieron que el 40% sentía temor de que sus padres pudieran perder el empleo.

¿Escuelas antimiedo?

En definitiva, el miedo nos acompaña siempre. Pero como dice Sarah Cross Lee, de la Sociedad Psicoanalítica de México: "A la gente le cuesta mucho asumir que los tiene. Porque lo ven como sinónimo de debilidad. Pero el miedo es un sentimiento universal que todos conocemos y hemos sentido. Nos acompaña desde que nacemos. Logramos manejarlo y entenderlo, pero nos acompaña siempre", termina. Y la religión, la política, la economía y la educación son los pilares sobre los que se asientan las creencias y los comportamientos de la sociedad. Por tanto, cada cultura genera sus propios miedos, que el hombre ha ido integrando y adaptando a su proceso evolutivo.

Tal vez deberíamos poner en práctica la idea de Christophe André, experto en tratamientos contra el miedo del Hospital Sainte-Anne de París, quien propone la creación de escuelas que divulguen los mecanismos de defensa contra esta emoción desagradable, igual que hay instituciones para informar sobre diabetes u otras dolencias.