Psicología | |
Miércoles, 18 de Agosto de 2010 08:25 | |
Por primera vez, unos investigadores han demostrado que el ejercicio físico puede anular los efectos en el cerebro de traumas psicológicos experimentados a corta edad en la vida. El estudio demuestra que el ejercicio puede mitigar comportamientos como la ansiedad y la depresión inducidos por un ambiente adverso en una etapa temprana de la vida. El ejercicio ejerce este efecto al modificar la composición química en el hipocampo, la parte del cerebro que regula la respuesta al estrés. |
miércoles, 18 de agosto de 2010
EJERCICIO FISICO PARA MITIGAR TRAUMAS PSICOLOGICOS DE LA INFANCIA
lunes, 15 de marzo de 2010
Por qué el cuerpo no tiene sed por la noche

El reloj del cuerpo es un regulador hormonal que controla la pérdida de agua.
El reloj interno del cuerpo ayuda a regular una hormona que almacena el agua tanto para la deshidratación nocturna como para los viajes en los que los aseos no son la norma, sugiere la investigación.
En un artículo publicado en Nature Neuroscience hoy, los neurofisiológos Eric Trudel y Charles Bourque del Instituto de Investigación del Centro de Salud de la Universidad McGill en Montreal, Canadá, proponen un mecanismo por el que el sistema de ritmos circadianos del cuerpo, o reloj interno, controla la regulación del agua. Permitiendo a las células que miden los niveles de agua activar otras células que liberan vasopresina, una hormona que ordena al cuerpo almacenar agua, el sistema circadiano mantiene hidratado el cuerpo durante el sueño.
“Hace años que sabemos que hay un ritmo de vasopresina que está alto cuando estamos durmiendo. Pero nadie sabía cómo ocurría. Y este grupo identificó un mecanismo fisiológico muy concreto de cómo ocurre”, dice Christopher Colwell, neurocientífico que estudia el sueño y los ritmos circadianos de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, en Los Ángeles.
El cuerpo regula su contenido de agua principalmente equilibrando el consumo de agua y las pérdidas producidas a través de la orina. Las personas no beben durante el sueño, por lo que el cuerpo tiene qye minimizar las pérdidas de agua para continuar lo bastante hidratado. Los científicos saben que bajos niveles de agua excitan a un grupo de células llamadas neuronas osmosensoriales, que dirigen otros grupos de neuronas para liberar vasopresina a la sangre. Los niveles de vasopresina aumentan durante el sueño; neuronas reloj que, mientras tanto, permanecen más tranquilas.
Aviso de sed
Trudel y Bourque probaron la idea de que la actividad disminuida de la neurona reloj podría permitir a las neuronas osmosensoriales activar más fácilmente a las neuronas liberadoras de vasopresina, lo cual significaría una mayor retención de agua y menor producción de orina durante el sueño.
Para hacer esto, aislaron finas porciones de cerebro de rata que contenían intacta la parte sensorial, los liberadores de vasopresina y las neuronas reloj. Incluso cuando las sacaron del cerebro, las neuronas reloj continuaron marcando el tiempo.
La pareja entonces estimulaba las neuronas sensoriales y grababan cualquier actividad eléctrica en las neuronas liberadoras de vasopresina para monitorizar la comunicación entre los dos grupos de células. Los investigadores pasaron a observar el efecto del reloj celular en esta ruta. Cuando no activaban las células reloj durante la parte del “sueño” de su ciclo, era más fácil que las células sensoriales se comunicaran con las células liberadoras de vasopresina. En cambio, cuando activaban las células reloj, esta comunicación disminuía marcadamente.
Los resultados sugieren que las células reloj funcionan como un regulador del control del agua. Cuando su actividad es alta, impiden a las células sensoriales ordenar a las células secretoras la liberación de vasopresina. Entonces, cuando las células reloj disminuyen su actividad, las células sensoriales pueden ordenar fácilmente a las células secretoras la liberación de vasopresina, asegurando que el cuerpo mantenga sus reservas de agua.
Colwell señala que el estudio se realizó en ratas, que son nocturnas. Aunque el ciclo de la vasopresina y la actividad de las neuronas reloj son similares en ratas y humanos, la cuestión de si ambos mecanismos ocurren del mismo modo en los animales y en las personas por la noche continúa sin respuesta.
“We show this for this one circuit, but it’s possible that clock neurons regulate other circuits in a similar manner and this remains to be studied,” says Bourque. He speculates that future studies might reveal whether the same mechanism regulates hunger, sleepiness and other aspects of physiology related to circadian rhythms.
“Lo demostramos para este circuito, pero es posible que las neuronas reloj regulen otros circuitos de manera similar y estos quedan por ser estudiados”, dice Bourque. Especula que estudios futuros podrían revelar que el mismo mecanismo regula el hambre, la somnolecia y otros aspectos fisiológicos relacionados con los ritmos circadianos.
lunes, 25 de enero de 2010
Los anuncios que fomentan el culto al cuerpo generan estrés

En españa una nueva ley prohibirá la emisión de este tipo de publicidad en televisión entre las 06.00 y las 22.00 horas. el objetivo es proteger a los menores de trastornos como la anorexia |
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ROBERTO PEREZ | LAURA TARDÓN |
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El fomento del culto al cuerpo a través de la publicidad puede tener los días contados, al menos entre las seis de la mañana y las 10 de la noche. Una nueva ley audiovisual, que ahora está en manos del Senado, plantea prohibir, durante esta franja horaria, la emisión de anuncios publicitarios que promuevan esta ilusión por un físico perfecto. Esto incluye «productos adelgazantes, intervenciones quirúrgicas (como la liposucción) o tratamientos de estética que apelan al rechazo o al éxito social». «Hay anuncios realmente agresivos. Por ejemplo, los productos milagro de teletienda, como la baba de caracol, que promete la desaparición del acné y las manchas de la piel en dos semanas. Tienen verdaderos adictos», señala Gloria Jiménez Marín, profesora de publicidad en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Según el informe Infoadex (analiza la inversión publicitaria total cada año), de los 14.914 millones de euros que se invirtieron en publicidad durante 2008, cerca de 1.100 corresponden a productos de alimentación, salud, higiene y belleza. De hecho, entre los primeros 10 anunciantes se encuentran firmas como L'Oreal, Danone y Procter & Gamble (con productos de cosmética). El proyecto de ley establece que los contenidos que puedan ser «perjudiciales para el desarrollo físico, mental o moral de los menores sólo podrán emitirse entre las 22.00 y las 6.00 horas y tendrán que ir siempre precedidos por un aviso acústico y visual». El objetivo: proteger a los menores. «La publicidad podría generar ansiedad, estrés, complejo de inferioridad, incluso trastornos de la alimentación, como la anorexia y la bulimia, aunque no hay que olvidar que hay otros factores desencadenantes», afirma el psicólogo Carlos Rodríguez Díaz. Según el especialista, los anuncios se centran en modelos publicitarios que «rozan una perfección falsa que se vende como normal. Frases y escenarios idílicos que consiguen que uno vea su realidad inferior y esto le genera insatisfacción, inseguridad e infelicidad». Los niños y los adolescentes son especialmente susceptibles. «Aún no tienen una personalidad formada, ni criterio, ni conciencia de quiénes son y del mundo que les rodea», indica Rodríguez Díaz. Sin embargo, «si los anuncios van acompañados de las explicaciones de los padres, no tienen tanta influencia», expone el psicoterapeuta Luis Muiño. Aunque no existe la fórmula mágica, hay varias técnicas para conseguir que un anuncio sea exitoso. Sobre todo, señala Gloria Jiménez, con «el uso de la emoción (en mayúsculas), los testimonios, las imágenes que comparan el antes y el después, el humor, el uso del 'tú', la empatía, los silencios...». Francisco José Rubia, neurocientífico y profesor de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, subraya que «la publicidad se dirige precisamente a la parte emocional del individuo porque será lo que le haga reaccionar sin pensar, de forma instintiva». Y añade: «Somos enormemente influenciables por la publicidad». Si las inserciones son televisivas, los efectos son aún mayores. «El 80% de la información que recibimos se procesa en los sistemas visuales», argumenta Antonio Crespo, especialista en procesos psicológicos básicos y profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Los publicistas son conscientes de estos elementos y también tienen en cuenta el esquema cognitivo del público objetivo. «Para que un anuncio sea exitoso entre los mayores, el proceso es lento. Primero, hay que llamar su atención, despertar el interés por la oferta, el deseo de adquisición y, finalmente, lograr la actitud de compra. Sin embargo, en los niños, el esquema es distinto. Quieren directamente la compra, pero olvidan el anuncio en un momento, por lo que debemos repetir mucho los mensajes». Los expertos consultados por SALUD están de acuerdo. La nueva ley será bienvenida porque protegerá a los jóvenes de los posibles efectos nocivos de la publicidad, aunque no hay que olvidar que los padres y los centros educativos también desempeñan un papel primordial. |
viernes, 9 de octubre de 2009
Localizan la Región Cerebral Responsable de Nuestro Sentido del Espacio Personal
9 de Octubre de 2009.


Aparte de esto, podemos renunciar temporalmente a nuestra distancia personal preferida, estando mucho más dispuestos a aceptar menos espacio en un atestado vagón de metro de lo que estaríamos dispuestos durante un paseo por el campo.
En un descubrimiento que aporta nuevos y esclarecedores datos sobre los mecanismos neurales implicados en el comportamiento social, unos neurocientíficos en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) han localizado la estructura cerebral responsable de nuestro sentido del espacio personal.
El descubrimiento podría a su vez conducir a importantes hallazgos sobre el autismo y otros trastornos mentales donde la distancia social es una cuestión importante.
La estructura es la amígdala (un par de regiones en forma de almendra localizadas en los lóbulos temporales mediales.
Los científicos, dirigidos por Ralph Adolphs y Daniel P. Kennedy, fueron capaces de detectar esta relación con la ayuda de una paciente única, una mujer de 42 años a la que se refieren como SM, quien tiene una lesión extensa en la amígdala a ambos lados de su cerebro.
"SM es única, porque ella es una de las pocas personas en el mundo con una lesión bilateral tan clara de la amígdala, lo cual nos da la oportunidad de estudiar su papel en los humanos", explica Kennedy.
SM tiene dificultad para reconocer el miedo en la cara de los demás, y para valorar la honradez de una persona, dos consecuencias de las lesiones en la amígdala.
Durante los años en que la ha estudiado, Adolphs también ha comprobado que la muy extrovertida SM es casi demasiado amistosa, hasta el punto de "violar" lo que otros podrían percibir como su propio espacio personal. En otras palabras, que se acerca físicamente demasiado a las personas. "Ella es sumamente amistosa, y quiere acercarse a la gente más de lo normal. Es algo que resulta evidente de inmediato cuando se interactúa con ella ", explica Kennedy.
Los estudios anteriores en humanos nunca habían revelado una asociación entre la amígdala y el espacio personal.
Intrigado por el insólito comportamiento social de SM, Adolphs, Kennedy, y sus colegas diseñaron un experimento simple para cuantificar y comparar el sentido del espacio personal de ella con el de voluntarios sanos.
El experimento consiste en lo siguiente: La persona (SM o uno de otros 20 voluntarios, representando una muestra representativa en cuanto a edad, etnia, educación, y género) empieza a una distancia predeterminada de un experimentador, luego camina hacia él y se detiene cuando la distancia entre ambos es la que le resulta más confortable. La distancia entre el sujeto y el experimentador se mide entonces con un dispositivo digital láser.
Para los 20 sujetos normales, el promedio de la distancia preferida era de 64 centímetros. La distancia preferida de SM era de sólo 34 centímetros.
Adolphs y sus colegas usaron un escáner de resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) para examinar la activación de la amígdala en un grupo separado de sujetos sanos que fueron confrontados a distancias variables al experimentador. La relación resultó evidente. Los resultados del estudio muestran que la amígdala está implicada en la regulación de la distancia social.
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