Neurología | |
Miércoles, 22 de Diciembre de 2010 09:00 | |
Los bebés nacidos después de los nueve meses de gestación y no antes, vienen al mundo con un conjunto crucial de redes ya formadas en sus cerebros, según una nueva investigación que pone en entredicho algunas teorías previas sobre la actividad del cerebro y cómo éste se desarrolla. ![]() Foto: ICL El equipo de investigadores dirigidos por expertos del Imperial College de Londres se valió de escaneos mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) para observar en el cerebro de 70 bebés, nacidos entre las semanas 29 y 43 de la gestación, los sistemas neuronales que están constantemente activos, también cuando una persona no está concentrada en una tarea específica, e incluso durante el sueño. |
martes, 28 de diciembre de 2010
EL CEREBRO DE LOS RECIEN NACIDOS TIENE REDES NEURONALES QUE SE CREIA SE DESARROLLABAN A MAS EDAD
jueves, 28 de octubre de 2010
A LOS CUATRO AÑOS DE EDAD, LOS NIÑOS YA ENTIENDEN LA IRONIA
Miércoles, 20 de Octubre de 2010 09:33 |
Los hallazgos realizados en una nueva investigación de la Universidad de Montreal revelan que los niños de cuatro años de edad son capaces de entender y usar la ironía. Este estudio podría influir en el modo en que los padres se comunican con sus retoños. En estudios anteriores se había llegado a la conclusión de que antes de los 8 ó 10 años de edad no se entendía la ironía. Sin embargo, esos estudios fueron realizados mayormente en un entorno de laboratorio y se centraron sobre todo en el sarcasmo. |
martes, 19 de octubre de 2010
La Capacidad de los Recién Nacidos Para Notar el Frío


El hallazgo se suma a los descubrimientos esclarecedores sobre la proteína detectora del frío TRPM8, identificada por primera vez en un estudio realizado en 2002 por el profesor David McKemy de la Universidad del Sur de California.
Un estudio directo de la proteína TRPM8 en los seres humanos aún no es posible.
El nuevo estudio de McKemy demuestra que la "circuitería" de detección del frío comienza a desarrollarse en el útero, pero no madura hasta bastante después del nacimiento.
Unos tres o cuatro días antes de que el animal nazca, la proteína ya se expresa. Sin embargo, todo apunta a que los axones de estos nervios que van hacia la médula espinal no concluyen su formación hasta dos semanas después del nacimiento.
El retraso en el desarrollo de la detección del frío tiene su lógica: Difícilmente hace frío dentro del vientre materno. Detectar el frío no es, por tanto, una prioridad.
En cambio, los ratones sí nacen con un agudo sentido del olfato, que necesitan para amamantarse con éxito.
Si bien el desarrollo sensorial de los ratones difiere del de los seres humanos (los ratones nacen ciegos, por ejemplo) el estudio podría servir como base biológica a partir de la cual lograr hacer descubrimientos relacionados con la alteración de la sensibilidad al frío en los bebés prematuros.
En un estudio sobre la sensación de temperatura realizado en 2008 por el Instituto de Salud Infantil del University College de Londres, los investigadores descubrieron que los niños de 11 años que en su día nacieron antes de tiempo eran menos sensibles a la temperatura que los nacidos tras los nueve meses de gestación.
"Esto concuerda con nuestras observaciones que demuestran que la "circuitería" no está del todo desarrollada hasta después del nacimiento. Por lo tanto, cualquier cosa que interrumpa esta formación en esa importante etapa podría tener efectos a largo plazo", señala McKemy.
viernes, 21 de mayo de 2010
Primer Recién Nacido Tratado Con Gas Xenón Para Impedir Daños Cerebrales Por Falta de Oxígeno


Sin contar los casos de nacimientos prematuros, cada año muchos bebés, que de otro modo gozarían de buena salud, mueren o sufren una lesión cerebral a causa de la falta de oxígeno y/o de suministro de sangre al nacer. Esto puede acarrear secuelas de por vida, como por ejemplo la parálisis cerebral. Sólo en el Reino Unido, esa cifra anual de nacimientos problemáticos tras nueve meses de gestación asciende a más de 1.000.
El uso del gas xenón para prevenir las lesiones cerebrales fue desarrollado por la profesora Thoresen con la ayuda del Dr. John Dingley de la Universidad de Swansea, Reino Unido.
La Universidad de Bristol y el Hospital de St Michael han sido pioneros en el uso de nuevos tratamientos para las lesiones cerebrales en los bebés desde 1998, cuando la profesora Thoresen empezó a someter a temperaturas frías a los bebés tras la falta de oxígeno y demostró que esta técnica podía reducir los daños cerebrales del recién nacido.
El trabajo del laboratorio de la profesora Thoresen había demostrado que el enfriamiento después de la falta de oxígeno reducía las lesiones cerebrales en modelos animales. Luego, los ensayos clínicos en seres humanos probaron que un enfriamiento leve, de sólo unos pocos grados durante 72 horas, es un tratamiento seguro y beneficioso.
Sin embargo, el enfriamiento sólo reduce parcialmente el alcance de las discapacidades y no las evita en todos los bebés. Entonces comenzó la búsqueda de un segundo tratamiento que se pudiera agregar al de enfriamiento, con el fin de reducir aún más el nivel de daños.
El xenón es un gas anestésico muy raro y químicamente inerte, que se halla en cantidades mínimas en el aire que respiramos. En 2002, John Dingley y Thoresen comprendieron el potencial de la combinación del xenón con la refrigeración para reducir aún más el grado de gravedad de las secuelas. En los últimos ocho años, han demostrado en el laboratorio que la acción del xenón se suma al efecto protector del enfriamiento en el cerebro.
Información adicional en:
sábado, 15 de mayo de 2010
La vida moral de los bebés

Nuestras más "elevadas facultades morales" no son inexplicables desde la evolución biológica, como temía Alfred Russel Wallace:
Decir que un rasgo biológico evoluciona para un propósito no significa que siempre funcione, en el aqui y ahora, para ese propósito. La excitación sexual, por ejemplo, evolucionó presumiblemente porque servía para hacer bebés; pero por supuesto podemos excitarnos en todo tipo de situaciónes en las que hacer niños simplemente no es una opción, por ejemplo, mientras vemos pornografía. De forma similar, nuestro impulso de ayudar a los demás evolucionó probablemente por el beneficio reproductivo que nos daba en ciertos contextos.
Aunque la biología (como la capacidad empática de los bebés) no sea suficiente:
El aspecto de la moralidad que realmente nos maravilla, su generalidad y universalidad, es el producto de la cultura, no de la biología. No hay ninguna necesidad de postular intervención divina. Un pleno desarrollo de la moralidad es el producto del desarrollo cultural, de la acumulación de aportaciones racionales e innovaciones que ha costado conseguir. La moralidad con la que comenzamos es primitivia, no sólo en el sentido obvio de que es incompleta, sino en el sentido profundo de que cuando los individuos y las sociedades aspiran a una moralidad ilustrada, en la que todos los seres dotados de razón y sufrimiento se sitúan en la misma base, donde todo el mundo es igual, entonces deben luchar contra lo que poseen los niños desde el punto de salida.
En un largo e imprescindible ensayo de Paul Bloom sobre estudios morales en niños.
domingo, 28 de febrero de 2010
Los bebés reconocen las intenciones de los adultosLos bebés reconocen las intenciones de los adultos
Un estudio demuestra, además, que los más pequeños responden en consecuencia
Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de York, en Canadá, ha revelado que bebés muy pequeños –de sólo seis meses de edad-, saben cuándo se les está “tomando el pelo”, que esta actitud no les gusta, y que expresan su disconformidad o reaccionan en consecuencia. Los resultados de esta investigación demuestran empíricamente por vez primera que los niños de esas edades son capaces de identificar las intenciones de los adultos y de dar una respuesta a éstas. Hasta el momento, esta habilidad se había podido demostrar sólo a partir de los nueve meses. Por Yaiza Martínez.
Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de York, en Canadá, ha revelado que bebés muy pequeños –de sólo seis meses de edad-, saben cuándo se les está “tomando el pelo”, que esta actitud no les gusta, y que expresan su disconformidad o reaccionan en consecuencia.
Según publica dicha universidad en un comunicado, en la investigación fueron analizadas las reacciones de bebés de seis y nueve meses ante un juego que consistía en que un adulto se mostraba bien incapaz bien reticente a compartir un juguete con los pequeños.
Los bebés detectaron y aceptaron con calma el hecho de que el adulto no fuera capaz de compartir con ellos el juguete por razones que escapaban a su control pero, por el contrario, se mostraron agitados cuando resultó evidente que el adulto, simplemente, no tenía intención de compartir.
Comprender intenciones
Según la directora del estudio, una estudiante de doctorado llamada Heidi Marsh que trabajó bajo la dirección de Maria Legerstee, directora del Centro de Estudios de la Infancia de la Universidad de York, los bebés son capaces de diferenciar si se les está gastando una broma o si se está siendo manipulador con ellos, y además saben cómo transmitir su opinión al respecto.
Marsh afirma, asimismo, que los resultados obtenidos constituyen la primera demostración empírica de que niños de hasta seis meses de edad son capaces de comprender las intenciones de los actos de los adultos.
Hasta el momento, se habían obtenido evidencias basadas únicamente en la habituación visual de los niños ante determinados estímulos (la habituación en psicología es el proceso de acostumbramiento o aprendizaje no asociativo a los estímulos del medio interno o externo, y está considerada una forma alternativa de integración).
Es decir, que estudios previos habían observado los patrones de las miradas de los pequeños cuando a éstos les eran presentados estímulos diversos pero, según la investigadora, esta fórmula de estudio resulta demasiado abierta a interpretaciones y, en consecuencia, a conclusiones confusas.
Respuestas sociales
Por otro lado, en investigaciones anteriores se concluyó que la capacidad de diferenciar las intenciones de los adultos no se desarrollan hasta los nueve meses de edad, algo que el estudio de Marsh desmiente.
La investigadora señala que un niño de seis meses de edad, comparado con uno de nueve meses, expresa de manera distinta lo que sabe.
El aspecto innovador de estudio radica en que se han usado medidas acordes con el comportamiento cotidiano de los bebés de seis meses con el fin de comprender lo que éstos son capaces de entender.
Los científicos registraron las respuestas sociales de los pequeños, como la tristeza, las miradas de rechazo, las sonrisas o sus vocalizaciones, además de atender a otras respuestas más físicas, como el hecho de dar golpes.
Incapacidad, resistencia
Al estudio fueron sometidos 40 niños, de ambos sexos. Los bebés fueron sentados sobre el regazo de sus madres junto a una mesa, y situados enfrente de otro adulto.
En la mitad de las pruebas realizadas, el juguete no les fue entregado a los niños porque dicho adulto no “quería” compartirlo y, en otras pruebas, no les fue entregado porque el adulto, aunque intentaba dárselo, no era capaz de hacerlo.
A los niños se les sometió a tres situaciones: de bloqueo, de burla y de juego. En cada una de estas situaciones hubo una condición de incapacidad de compartir el juguete y otra de resistencia a compartirlo por parte del adulto.
Así, por ejemplo, en la situación de burla, el adulto extraño sostuvo un sonajero cerca de los niños y, después, lo ocultó detrás de él (condición de resistencia a compartir). Asimismo, una atractiva pelota cayó “accidentalmente”, de manera que quedó fuera del alcance del adulto (condición de incapacidad de compartir).
Independencia y reacciones
Los movimientos visibles tanto del adulto como del juguete fueron reflejo de las condiciones de cada prueba, esto es, fueron diseñados para que los niños pudieran comprender las intenciones o la situación del adulto.
Incluso las expresiones faciales de éste se utilizaron para expresar resistencia a compartir o incapacidad para hacerlo.
Los resultados fueron los siguientes: los niños de ambas edades (seis y nueve meses) desviaron sus miradas durante las pruebas en que el adulto se mostró renuente a compartir.
En estas pruebas, además, los niños de nueve meses dieron golpes con sus brazos, mientras que los bebés de seis meses mostraron otro tipo de reacciones correspondientes a afectos negativos, como fruncimiento del ceño. Estas reacciones no se dieron en ningún bebé en las condiciones de incapacidad para compartir el juguete.
Otro dato revelado por la investigación fue, según Marsh, que aquellos niños más independientes resultaron ser menos expresivos ante las situaciones de renuencia a compartir (por ejemplo, lloraban menos que otros), pero físicamente más proclives a demostrar una resistencia activa a la situación.
Esta diferencia sugiere que es importante analizar las habilidades sociales y cognitivas de los niños para comprender el espectro de comportamientos sociales que puede darse a estas edades. La revista Infancy ha publicado un artículo detallado sobre esta investigación.
El cerebro nace preparado
La inteligencia y las capacidades de los más pequeños han sido objeto de diversos estudios en los últimos años.
Sus resultados han permitido constatar el sorprendente grado de conciencia de los bebés, demostrando, por ejemplo, que éstos, con tan sólo cinco meses, son ya capaces de diferenciar entre sólidos y líquidos o que, con sólo dos o tres días de edad, ya pueden detectar el ritmo de la música.
Los especialistas señalan que estas habilidades tan precoces se deben a que el ser humano nace con conocimientos innatos y que es un experimentador muy precoz. Es decir, que el cerebro de los individuos de nuestra especie no es un papel en blanco al nacer.
sábado, 20 de febrero de 2010
Dos idiomas en el vientre materno logran bebés bilingües
Los bebés que escuchan habitualmente dos idiomas mientras están en el vientre materno, están más abiertos a ser bilingües, según muestra un estudio publicado esta semana en Psychological Science.
Psicológos de la Universidad de British Columbia e investigadores de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo en Francia, estudiaron dos grupos de recién nacidos, uno de los cuales sólo había escuchado inglés en el vientre materno y el otro había escuchado inglés y tagalog, que se habla en Filipinas.
Para determinar las preferencias de los bebés hacia una lengua, los investigadores estudiaron el reflejo de succión en los recién nacidos, el aumento de la succión en los recién nacidos indica su interés hacia un estímulo.
Monitorizando el comportamiento de succión en los bebés
En el primer experimento, los niños escucharon 10 minutos de charla, alternando cada minuto, entre inglés y tagalog.
Los niños que sólo escuchaban inglés, estaban más interesados en el inglés que en el tagalog, en otras palabras, “mostraban un aumento en el reflejo de succión”, al oír inglés más que cuando escuchaban tagalog.
Los niños expuestos a los dos idiomas mostraban, en cambio, igual preferencia por ambos, inglés y tagalog, sugiriendo a los investigadores que la exposición bilingüe prenatal prepara a los niños para escuchar y aprender ambas lenguas nativas.
Los bebés discriminan entre lenguas
Los investigadores también estudiaron a los recién nacidos para ver si podían diferenciar entre los dos idiomas – clave para convertirse en bilingües.
Los niños escuchaban frases en uno de los idiomas hasta que perdían el interés, y entonces escuchaban frases en el otro, o en el mismo idioma pero hablado por una persona distinta.
Mostraban un aumento del reflejo de succión cuando escuchaban hablar en el otro idioma, pero su succión no aumentaba cuando escuchaban frases adicionales en la misma lengua.
Según los autores del estudio, “estos resultados sugieren que los niños bilingües, junto con los niños monolingües, son capaces de diferenciar entre dos lenguas, proporcionando un mecanismo desde los primeros momentos de la vida que ayuda a garantizar que los niños bilingües no confunden los dos idiomas”.
Fecha Original: 17 de febrero de 2010
Enlace Original
martes, 5 de enero de 2010
Nuevo hallazgo sobre el cerebro humano

Investigadores en Europa han llegado a la conclusión que dar los primeros pasos va conectado con el desarrollo del cerebro.
Es por eso que por lo menos un humano necesita un año para poder comenzar a caminar.
El cerebro es el conductor de las extremidades del ser humano; y el desarrollo motor del hombre depende de este.
Además, según los especialistas, es difícil aprender a caminar en dos extremidades.
Científicos de la Universidad de Lund en Suecia han demostrado que el desarrollo del cerebro en un bebé es equivalente a la capacidad para caminar; que ambos van de la mano y que, a veces, es similar a como ocurre en otros mamíferos como los pequeños roedores y los elefantes.
Sin embargo, antes se pensaba algo diferente:
que los humanos no estaban relacionados con otros mamíferos en cuanto al cerebro se refiere.
El estudio fue publicado por la revista PNAS y demuestra que, contrariamente a lo convencional, utiliza la concepción y no el nacimiento como el punto de partida del desarrollo motor, en su comparación entre diferentes mamíferos.Los humanos tienen más células en el cerebro y el tamaño de éste es más grande que otras especies de mamíferos.
Pero, con respecto a caminar, el desarrollo del cerebro aparece ser similar."Nuestro estudio demuestra que la diferencia es cuantitativa y no cualitativa", dijo Martín Garwicz, uno de los investigadores.
Uno de los hallazgos más importantes de este estudio es que es realmente es posible predecir con gran precisión cuando los bebés humanos empiezan a caminar."Nuestro estudio arroja nueva luz sobre las teorías de, por ejemplo, la biología evolutiva y del desarrollo", dijo Garwicz.
"Por otra parte, nuestros resultados demuestran similitudes entre los genomas de diferentes mamíferos.
Estas similitudes quizás no sorprenden tanto, lo que sí es el producto final -humanos y ratas- puede ser muy diferente, pero nuestro estudio sugiere que los bloques de construcción y los principios de cómo estos elementos interactúan entre sí durante el desarrollo podría ser el mismo".
El estudio se originó en un intento de desmitificar las concepciones del desarrollo motor de comportamientos entre dos especies lejanamente relacionadas.
Las similitudes en términos relativos, los cursos de tiempo de desarrollo entre las dos especies, fueron tan sorprendentes, que los científicos empezaron a preguntarse si la regularidad aplica a otros mamíferos y, en última instancia, también a los seres humanos.
El grupo comparó 24 especies que, en conjunto, representan la mayoría de los mamíferos existentes a pie.
Algunos, como los grandes simios, están estrechamente relacionados con los humanos; mientras que otros, como los roedores, los animales con pezuñas, y los elefantes, se apartaban del camino evolutivo unos 90-100 millones de años.
Aunque hay diferencias en el cerebro entre varias especies y el tamaño del cuerpo, el tiempo de gestación, y la madurez del cerebro al nacer, la comparación muestra que los bebes de casi todas las especies comienzan a caminar al punto que se consigue un desarrollo cerebral.
Quizás los seres humanos puedan ser únicos, pero no en cuanto a comenzar a caminar se refiere. Esto ocurre cuando el sistema nervioso ha alcanzado un determinado nivel de madurez, sin importar si se trata de un elefante, un potro, o un bebé humano.
Cerebellar development and the physiology of adaptive motor control
Principal investigator: Garwicz, Martin, Professor, PhDDepartment: Department of Experimental Medical Science
E-mail: Martin.Garwicz@med.lu.se
Phone: +4646-2227755
Integrative neuroscience is concerned with relationships between activity in biological neuronal networks and perceptions, thoughts and feelings, intentions and behaviour of an organism. The present project is concerned with postnatal motor development, with the ultimate goal to understand how movement skills are learnt and expressed by the cerebellum. By virtue of its capacity to coordinate muscle activity the cerebellum is crucial for our ability to move harmoniously. It has established adaptive capacity and plastic neuronal mechanisms that implement this adaptivity in well−documented ways.
In our previous studies neuronal networks of the paravermal cerebellum have been dissected physiologically and anatomically at a high level of resolution. Equally importantly, the functional relationships between these cerebellar networks and fundamental spinal reflex pathways have been characterised. The latter analysis has provided essential clues to what kind of information the cerebellum receives from the motor apparatus and the spinal cord. These two factors combined make the intermediate cerebellum a unique model system for the study of general central nervous mechanisms, such as adaptation and synaptic plasticity. These phenomena can now be studied in a global context, with well−defined relationships to the behavioural level of analysis. Our aim is to clarify relationships between adaptive motor behaviour and the neural plasticity underlying it and thus to pinpoint cerebellar correlates of the dramatic postnatal development of motor competence. Behavioural analysis will be combined with morphological and physiological mapping. The functional connectivity of the climbing fibre system and influences of afferent signals from the motor apparatus on the functional interplay between climbing fibre and mossy fibre − parallel fibre systems will be analysed.
Besides providing new insights into cerebellar development, general principles concerning how the central nervous system makes use of sensory signals in developmental programming and re−programming of motor functions may prove instrumental for a rational design of motor (re)habilitation programs, especially for children.
Publications
Martin Garwicz, Maria Christensson, and Elia Psouni
A unifying model for timing of walking onset in humans and other mammals
PNAS 2009; doi:10.1073/pnas.0905777106:
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Christensson M, Broman J, Garwicz M
Time course of cerebellar morphological development in postnatal ferrets: ontogenetic and comparative perspectives
Journal of Comparative Neurology 2007; 501(6):916−930
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Christensson M, Garwicz M
Ontogenesis of within−session locomotor habituation in the open field
Neuroreport 2005; 16(12):1319−23
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Christensson M, Garwicz M
Time course of postnatal development in ferrets: ontogenetic and comparative perspectives
Behavioural Brain Research 2005; 158:231−42
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Apps R, Garwicz M
Anatomical and physiological foundations of cerebellar information processing
Nature Reviews Neuroscience 2005; 6:297−311
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lunes, 9 de noviembre de 2009
Aseguran que los bebés empiezan a aprender su idioma desde el útero
|Los científicos pensaban que la lengua materna influía en la producción de sonidos más tarde. Un estudio publicado hoy sostiene que el llanto es fundamental para desarrollar el habla y que los recién nacidos prefieren copiar melodías típicas del lenguaje que oyeron durante el último trimestre del embarazo.
La primera palabra. Uno de los grandes "eventos" en la vida del ser humano. Pero abandonar los simpáticos balbuceos y poder expresar lo que se quiere es un proceso mucho más largo de lo que se creía. O al menos eso sostiene un estudio realizado por científicos de Alemania y Francia que aseguran que las bases del habla se adquieren a partir del tercer trimestre del embarazo. Allí, en pleno útero.
Rodeado de líquido amniótico, el bebé no sólo reconoce y prefiere la voz de su madre sino que es capaz de percibir las emociones de los mensajes gracias a las diferentes entonaciones y las distintas "melodías" que se generan al hablar, descubrieron los científicos que publicaron su trabajo en la revista Current Biology.
Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que el llanto es fundamental para el desarrollo del lenguaje. "El descubrimiento más notable es que los neonatos no sólo son capaces de producir diferentes melodías de llanto sino que además prefieren producir el tipo de melodías que son típicas del idioma que oyeron durante su vida fetal, dentro del último trimestre de gestación", explicó Kathleen Wermke de la Universidad de Würzburg en Alemania. "Contrariamente a lo que sostienen las interpretaciones ortodoxas, estos datos ponen de relieve la importancia del llanto de los bebes como base para el desarrollo del lenguaje".
El equipo de Wermke registró y analizó el llanto de 60 recién nacidos sanos, 30 de familias francesas y 30, de alemanes. Todos tenían entre tres y cinco días de vida. Los resultados de los estudios revelaron claras diferencias en la forma que los bebés lloran, basadas en su lengua materna.
Específicamente, los chiquitos franceses lloraban con una curva melódica ascendente, mientras que los alemanes lo hacían con un tono descendente, patrones que se repiten como diferencias características en los dos idiomas, explicó Wermke.
Los investigadores recordaron que los fetos son capaces de memorizar sonidos del mundo exterior una vez que han llegado al último trimestre de gestación, y tienen particular sensibilidad por la curva melódica de la música y del lenguaje. Y agregaron que, tras nacer, la preferencia por el lenguaje que escucharon en el útero y su capacidad para distinguir entre diferentes lenguas y cambios de tono se basa fundamentalmente en la melodía.
Aunque estudios anteriores habían demostrado que la exposición prenatal a la lengua materna influía en la percepción de los bebés, los científicos pensaban que el idioma de los padres afectaba la producción de sonidos mucho más tarde. Con estas nuevas evidencias, los investigadores ahora creen que no es así.
Sabiendo que los bebes pueden imitar sonidos vocálicos de los adultos que los rodean, pero recién a partir de las doce semanas de vida (antes no es posible físicamente), los científicos alemanes y franceses fueron por más y llegaron a un conclusión.
Imitar la curva melódica, en cambio, "se basa en mecanismos respiratorio-laríngeos bien coordinados y no está limitada por la inmadurez articulatoria", señalaron. "Los recién nacidos probablemente están muy motivados a imitar el comportamiento de la madre para atraerla y así propiciar el apego. Como la curva melódica quizá es el único aspecto del habla materna que los recién nacidos son capaces de imitar, esto podría explicar por qué encontramos esta imitación a edad tan temprana".
lunes, 26 de octubre de 2009
Aprender a Gatear Va Unido a Aprender a Captar el Riesgo de Colisión de Objetos Acercándose

Un objeto aproximándose en curso de colisión proyecta una imagen en aumento en la retina, lo que proporciona la información de que el objeto se está acercando y cuán inminente es el peligro. Los estímulos de esta clase crean ondas de actividad neuronal en la corteza visual de los adultos. Los autores del estudio investigaron cómo y dónde el cerebro de los niños extrae y procesa la información sobre una colisión inminente.
Los científicos utilizaron electroencefalografía de alta densidad para medir la actividad cerebral en 18 bebés de cinco a once meses de edad, cuando un punto multicolor en aumento en una pantalla (imitando un objeto aproximándose) se les acercaba a tres velocidades distintas. Los investigadores también registraron la mirada de ambos ojos.
Descubrieron que la actividad cerebral de los bebés relativa a la percepción y procesamiento del estímulo del objeto virtual acercándose, claramente tuvo lugar en la corteza visual. Los bebés de más edad (de diez a once meses de edad) fueron capaces de procesar la información mucho más rápidamente que los de entre cinco y siete meses. Este descubrimiento sugiere que en los bebés de diez a once meses de edad hay redes neuronales bien establecidas para detectar una colisión inminente, pero no aún entre los de cinco a siete meses. Los que tienen entre ocho y nueve meses se encuentran en algún punto intermedio.
Esto podría interpretarse como un signo de que las redes neuronales apropiadas están en proceso de establecerse entre los ocho y los nueve meses. Precisamente, ésta es también la edad promedio en que los bebés comienzan a gatear.
Información adicional en:
domingo, 25 de octubre de 2009
Esperanza para evitar bebés prematuros
Un fármaco utilizado para tratar el cáncer puede detener las contracciones y podría prevenir el trabajo de parto prematuro, aseguran investigadores.

Los investigadores destacan que encontrar un nuevo tratamiento para el parto prematuro sería "un gran paso".
El equipo de la Universidad de Newcastle probó la droga Trichostatin A (TSA) en tejido tomado de 36 mujeres sometidas a una cesárea.
Los investigadores dijeron que el tratamiento funciona mediante el aumento de los niveles de una proteína que controla la relajación muscular.
Un experto dijo que con las tasas de nacimientos prematuros en aumento -hay 50.000 al año en el Reino Unido- se necesitaba un nuevo tratamiento con urgencia.
El trabajo de parto y el nacimiento prematuro siguen siendo la principal causa de muerte en niños en el mundo desarrollado. Alrededor de 1.500 bebés fallecen en el Reino Unido cada año.
Varios medicamentos son utilizados para tratar de evitar el trabajo de parto prematuro, pero la mayoría tiene efectos secundarios graves.
La droga Trichostatin A es conocida por promover la muerte de las células cancerosas.
Los investigadores obtuvieron permiso para tomar muestras de los músculos de las mujeres mientras eran sometidas a cesáreas en el Royal Victoria Infirmary de Newcastle, informó la revista Medicina Celular y Molecular.
Contracciones
Los expertos expusieron el músculo a la droga Trichostatin y midieron los efectos en las contracciones espontáneas y en las inducidas por la droga, la oxitocina.
Podría tener un papel en la prevención del nacimiento prematuro; encontrar un nuevo tratamiento para el parto prematuro sería un gran paso adelante
Dra. Yolanda Harley, subdirectora de investigación en Acción de Investigación Médica
Y encontraron que, en promedio, las contracciones se redujeron en un 46% en el caso espontáneo y en un 54% en las inducidas por la oxitocina.
Previamente ya había sido demostrado que la proteína kinasa A (PKA) estaba involucrada en el control de la relajación del útero durante el embarazo.
Los investigadores demostraron que la TSA incrementó los niveles de proteína de una sub-unidad de la PKA.
El profesor Nick Europe-Finner, quien dirigió la investigación, dijo: "No vamos a dar este medicamento a un paciente porque puede dañar hasta el 10% de los genes en una célula".
"Pero sí muestra que otros agentes más específicos actúan sobre las mismas enzimas, pero sólo uno a la vez merece la pena ser investigado", explicó.
Nuevo tratamiento
La Dra. Yolanda Harley, subdirectora de investigación en Acción de Investigación Médica, que financió el estudio, dijo: "Este proyecto ha puesto de manifiesto algunas de las vías moleculares que regulan las contracciones uterinas y así podría estar relacionado con el nacimiento prematuro".
"Podría tener un papel en la prevención del nacimiento prematuro, encontrar un nuevo tratamiento para el parto prematuro sería un gran paso adelante".
La profesora Jane Norman, un portavoz del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists, aseguró: "Por el momento, no es posible tratar de manera eficaz el trabajo de parto prematuro. Sólo tenemos medicamentos que lo retrasan por 24 horas o menos, no lo suficiente para asistir el nacimiento de manera segura".
"Una de las cosas interesantes de esta investigación es que están usando una nueva clase de drogas. Los medicamentos que estamos utilizando actualmente han existido por mucho tiempo", explicó.