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miércoles, 25 de agosto de 2010

Nanoexplosiones Para Introducir Moléculas, Proteínas y ADN Dentro de Células Vivas


25 de Agosto de 2010. Foto: Georgia TechUsando "nanoexplosiones" químicas que producen agujeros minúsculos en las membranas protectoras de las células, unos investigadores han demostrado una nueva técnica para introducir pequeñas moléculas terapéuticas, proteínas y ADN directamente en las células vivas.
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Los científicos han estado intentando durante décadas posicionar de modo más eficiente en las células el ADN y el ARN. Para ello, han recurrido a una amplia variedad de métodos, incluyendo usar virus para transportar el material genético hasta el interior de las células, recubrir ADN y ARN con agentes químicos especiales, o emplear campos eléctricos y ultrasonidos para abrir las membranas celulares. Sin embargo, estos métodos convencionales suelen tener una baja eficiencia o entrañan riesgos para la salud.

Parece que ahora las cosas van a cambiar mucho, gracias al desarrollo de la nueva técnica.
En ésta, nanopartículas de carbono activadas por ráfagas de luz láser desencadenan pequeñas explosiones, que abren agujeros en las membranas celulares el tiempo suficiente para que los agentes terapéuticos contenidos en el fluido circundante puedan penetrar dentro de las células a través de esos agujeros.

Mediante el ajuste de la exposición al láser, el equipo de Mark Prausnitz (de la Escuela de Ingeniería Química y Biomolecular, perteneciente al Instituto Tecnológico de Georgia) logró administrar una pequeña molécula marcadora al 90 por ciento de las células seleccionadas como objetivos, y más del 90 por ciento de las células tratadas sobrevivió.

Esta técnica permitiría inyectar en las células una amplia variedad de moléculas terapéuticas que ahora es muy difícil de introducir en su interior de manera práctica y sin matarlas. Una de las aplicaciones más importantes para esta tecnología sería la terapia genética, que resulta muy prometedora para diversas dolencias difíciles de tratar por otros medios. Hasta ahora, los progresos en el campo de la terapia genética han estado muy limitados por la dificultad de introducir ADN y ARN dentro de las células.

Hasta donde se sabe, este trabajo del equipo de Prausnitz es el primero en el que se utiliza la activación de nanopartículas de carbono reactivas por rayos láser para aplicaciones médicas. Será necesaria una labor de investigación adicional, y también ensayos clínicos, antes de que la técnica pueda utilizarse en humanos.

Información adicional en:

jueves, 20 de mayo de 2010

Tratar el Acné Con Nanobombas de Acido Láurico


19 de Mayo de 2010. Foto: UCSDUn producto natural que se encuentra en el aceite de coco y en la leche materna humana, el ácido láurico, se perfila como un posible nuevo tratamiento para el acné. Un equipo de especialistas ha desarrollado un "sistema de aplicación inteligente" capaz de enviar bombas nanométricas llenas de ácido láurico directamente hacia bacterias Propionibacterium acnes que habitan en la piel y que provocan el acné común.
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El acné común afecta a más del 85 por ciento de los adolescentes, y sólo en Estados Unidos a 40 millones de personas. Los tratamientos actuales tienen efectos secundarios indeseables, incluyendo el enrojecimiento de la piel. Los tratamientos a base de ácido láurico podrían evitar estos efectos secundarios.

El nuevo sistema de aplicación inteligente, desarrollado por la investigadora Dissaya "Nu" Pornpattananangkul en el laboratorio de Liangfang Zhang de la Escuela Jacobs de Ingeniería de la Universidad de California en San Diego, incluye nanopartículas de oro adheridas a las superficies de las nanobombas llenas de ácido láurico. Las nanopartículas de oro evitan que las nanobombas (liposomas) se adhieran unas a otras. Las nanopartículas de oro también ayudan a que los liposomas localicen las bacterias que causan el acné basándose en el microambiente de la piel, incluyendo el pH.

viernes, 2 de abril de 2010

Usando bacterias «esclavas» para construir pirámides


Ver vídeo: Swarm of Bacteria Builds Tiny Pyramid
Swarm of Bacteria Builds Tiny Pyramid [~3 min.]

La construcción de la pirámide escalonada usando 5000 bacterias controladas por ordenador como fuerza obrera comienza más o menos a partir del primer minuto del vídeo.

Más en Bacterias controladas por ordenador construyen una pirámide en La Información, vía IEEE Spectrum.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Se propone el entrelazamiento cuántico para el movimiento de objetos microscópicos


Ondas de luz

Investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han propuesto un nuevo paradigma que permitiría a los científicos observar el comportamiento cuántico en pequeños sistemas mecánicos.

Sus ideas, descritas en el ejemplar on-line anticipado de Proceedings of the National Academy of Sciences, ofrece un nuevo modo de abordar uno de los problemas más fascinantes de la mecánica cuántica: la naturaleza de la superposición cuántica y el entrelazamiento en sistemas cada vez más grandes y complejos.

Una superposición cuántica es un estado en el cual una partícula, como un fotón o un átomo, existe simultáneamente en dos posiciones. El entrelazamiento, al que Albert Einstein llamó “acción fantasmal a distancia”, permite a dos partículas compartir información incluso si están físicamente separadas.

Un reto clave al observar el comportamiento cuántico en un sistema mecánico cuántico es eliminar las interacciones entre el sistema y su ruidoso entorno — es decir, el material de alrededor que da soporte al sistema o algún otro contacto externo. Las vibraciones térmicas aleatorias de los alrededores del sistema, por ejemplo, pueden transferirse al objeto mecánico y destruir sus frágiles propiedades cuánticas. Para abordar este problema, un número de grupos de todo el mundo han empezado a usar configuraciones criogénicas en la que el entorno inmediato se enfría a temperaturas muy bajas para reducir la magnitud de estas vibraciones aleatorias.

El equipo de Caltech sugiere una aproximación fundamentalmente distinta: usar las fuerzas creadas por intensos rayos de luz para hacer “levitar” todo el objeto mecánico, liberándolo de este modo de cualquier contacto externo y soporte del material. Esta aproximación, demuestran los investigadores, puede reducir drásticamente el ruido, hasta el punto en el que diversas manifestaciones de comportamiento cuántico deberían ser observables incluso cuando el entorno esté a temperatura ambiente.

Entre los científicos implicados en el trabajo están Darrick Chang, becario de posdoctorado en el Instituto de Información Cuántica de Caltech; Oskar Painter, profesor asociado de física aplicada; y H. Jeff Kimble, Profesor William L. Valentine de Caltech y profesor de física.

La idea de usar fuerzas ópticas para atrapar o hacer levitar a pequeñas partículas está en realidad bien establecida. Fue llevada a cabo por primera vez por Arthur Ashkin de los Laboratorios Bell en las décadas de 1970 y 1980, y desde entonces ha formado parte de la base de avances científicos tales como el desarrollo de “pinzas ópticas” — usadas frecuentemente para controlar el movimiento de pequeños objetos biológicos — y el uso de lásers para enfriar átomos y atraparlos en el espacio. Estas técnicas proporcionan una caja de herramientas extremadamente versátil para manipular átomos, y han sido empleadas para demostrar una variedad de fenómenos cuánticos a nivel atómico.

En el nuevo trabajo, Chang y sus colegas demuestran teóricamente que puede lograrse un éxito similar cuando se reemplaza un átomo individual por un sistema mecánico mucho más masivo – pero aún a nanoescala. Un esquema relacionado ha sido presentado simultáneamente por un grupo del Instituto Max Planck para Óptica Cuántica en Garching, Alemania [http://arxiv.org/abs/0909.1469].

El sistema propuesto por el equipo de Caltech consiste en una pequeña esfera hecha de un material altamente transparente como la sílice fundida. Cuando la esfera entra en contacto con un rayo láser, las fuerza ópticas empujan de forma natural a la esfera hacia el punto donde la intensida de la luz es mayor, atrapando a la esfera en ese punto. La esfera tiene un tamaño típico de 100 nm de diámetro, o aproximadamente una milésima del grosor de un cabello humano. Debido a su reducido tamaño, las restantes interacciones de la esfera con el entorno – cualquiera que no implique contacto directo con otro material, debido a que la esfera está levitando — son los suficientemente débiles para que emerja con facilidad el comportamiento cuántico.

Para que aparezca tal comportamiento, no obstante, la esfera debe también estar colocada dentro de una cavidad óptica, la cual está formada por dos espejos situados a cada lado de la esfera atrapada. La luz que rebota adelante y atrás entre los espejos en ambos sentidos del movimiento de la esfera se usó para manipular el movimiento a nivel mecánico-cuántico.

Los investigadores describen cómo puede usarse esta interacción para eliminar energía de, o enfríar, el movimiento mecánico hasta que alcanza su estado base cuántico – la menor energía permisible por la mecánica cuántica. Un límite fundamental para este proceso viene fijado por la fuerza realtiva del enfriamiento óptico y el índice al cual el entorno tiende a calentar (retornar energía a) el movimiento, llevándolo de nuevo a la temperatura ambiente.

En principio, el movimiento de la esfera bien aislada puede ser enfriado empezando en la temperatura ambiente bajando hasta una temperatura final que es 10 millones de veces más baja; en ese estado súper-enfriado, el centro de masas de la esfera se mueve sólo la cantidad mínima posible fijada por las fluctuaciones cuánticas intrínsecas.

Los investigadores también proponen un esquema para observar una característica cuántica conocida como entrelazamiento, la cual yace en el corazón de la mecánica cuántica. Dos sistemas situados lejos entre sí que están entrelazados muestran correlaciones entre ellos que son más fuertes de lo que se permite de forma clásica. En ciertas circunstancias, el entrelazamiento puede ser un recursos muy valioso; forma la base de propuestas para realizar una metrología mejorada y ordenadores (cuánticos) más potentes.

El esquema propuesto consiste en enviar un par de rayos de luz inicialmente entrelazados — la producción de los cuales se logró por primera vez por el grupo de Kimble en Caltech en 1992 — en dos cavidades separadas, cada una conteniendo una esfera levitante. A través de un proceso conocido como transferencia de estado cuántico, todas las propiedades de la luz – en particular, el entrelazamiento y sus correlaciones asociadas — pueden ser mapeadas en el movimiento de las dos esferas.

Aunque los tamaños de estos objetos nanomecánicos aún están muy lejos de los asociados con la experiencia cotidiana, los investigadores de Caltech creen que su propuesta presenta una apasionante oportunidad para realizar y controlar fenómenos cuánticos a unas escalas sin precedentes — en este caso, para objetos que contienen aproximadamente 10 millones de átomos.

Otros investigadores implicados en este trabajo son el estudiante graduado Dalziel Wilson y los becarios de posdoctorado Cindy Regal y Scott Papp de Caltech; Jun Ye, miembro del JILA, un instituto conjunto de la Universidad de Colorado en Boulder y el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST); y Peter Zoller, profesor de la Universidad de Innsbruck. El trabajo fue iniciado mientras que Ye y Zoller estaban de visita en Caltech como Becarios Distinguidos Gordon y Betty Moore.

El trabajo del artículo en PNAS, “Cavity optomechanics using an optically levitated nanosphere”, fue patrocinado por la Fundación Gordon y Betty Moore, y la Fundación Nacional de Ciencia, la Oficina de Investigación del Ejército, Northrop Grumman Space Technology, los Fondos Científicos Austriacos, y los Proyectos de la Unión Europea.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Importante avance hacia la computación molecular

Un estudio descubre los parámetros y los límites con los que un gen puede transmitir información


Investigadores de la Escuela de Computación de la Universidad de Kentucky, en EEUU, han publicado un estudio en el que analizan la relación entre la velocidad con la que un gen puede propagar la información, el ruido producido en la señal, y su coste metabólico. Los parámetros que gobiernan estas relaciones quedan entonces al descubierto, permitiendo que a partir de ahora se den pasos firmes hacia adelante en la computación molecular. Esto permitirá que algún día podamos entender mucho mejor el funcionamiento de los sistemas biológicos, como nuestro propio cuerpo, y que también podamos diseñar tratamientos médicos ahora inimaginables, o crear 'máquinas biológicas'. Por Rubén Caro.


Foto: Wikipedia
La computación molecular es un modelo de computación alternativo al silicio, basado en el uso de moléculas de ADN como unidades de procesamiento. Es un campo de la ciencia que aún se encuentra en una etapa muy temprana de su desarrollo, pero que desde su nacimiento ha mostrado siempre un gran potencial futuro. Sobre todo debido a la gran cantidad de ejemplos de computación biológica que podemos encontrar en la naturaleza.

Un gran potencial

Nuestro cerebro, sólo por mencionar lo primero que nos viene a la cabeza, es el ejemplo por excelencia de sistema de procesamiento biológico. Además en los últimos años nos estamos dando cuenta de que su potencial es aún más inmenso de lo que nos habíamos imaginado. Sin embargo, su consumo de energía es ínfimo, comparado con cualquier sistema de computación artificial.

Sabemos que la potencia de nuestro cerebro viene de su capacidad de procesar en paralelo. Esa es precisamente la principal característica de la computación basada en moléculas de ADN. Se usa toda la longitud de la hélice de ADN simultáneamente, cada grupo de genes en paralelo, para realizar operaciones básicas con unidades de información.

Foto: Wikipedia
Hay muchas maneras de codificar información en los genes. Cada una se centra en alguna particularidad concreta, pero todas usan la misma base estructural. Todas ellas se engloban en el concepto de gen computacional. Tienen en común, además, que la base estructural sobre la que se apoyan, que es la estructura de nuestros genes, está diseñada para funcionar en un entorno celular. Es en ese entorno en el que, haciendo uso de los mismos mecanismos moleculares y funcionando con parámetros similares a los de las células vivas, se manipulan las moléculas de ADN de manera que sirvan para realizar cálculos.

Teoría y experimentación

Todo esto, desde la manipulación precisa del ADN hasta las previsiones de rendimiento, tienen una cierta base teórica, pero carecen de experimentación y constatación práctica. Es lo que pasa con las ciencias tan jóvenes, que sus fundamentos son demasiado teóricos y tienen aún mucho por hacer para ser fiables.

Por eso mismo, el doctor Dominique Chu y el estudiante de doctorado Radu Zabet, de la Escuela de Computación de la Universidad de Kentucky, en EEUU, han publicado un estudio en el que analizan la relación entre la velocidad con la que un gen puede propagar la información, los errores producidos en la señal, y su coste metabólico. Han encontrado que dado un cierto nivel metabólico, es decir, un cierto aporte de energía, existe un balance óptimo entre velocidad y errores de procesamiento. De forma similar, han hallado que fijada una velocidad de procesamiento, existe un nivel óptimo en el que se minimizan los errores de cálculo y el coste metabólico.

Este estudio da un paso importante al describir qué factores intervienen, y de qué manera, en el funcionamiento de un procesador molecular. Como indica el doctor Chu en su nota de prensa : "Hay variedad de diferentes mecanismos mediante los cuales los organismos vivos realizan cálculos, y lo hacen a distintos niveles. Los ejemplos incluyen el sistema nervioso en organismos superiores o incluso proteínas individuales. Entender qué controla la eficiencia y la velocidad de esas computaciones no es sólo de relevancia práctica - por ejemplo, en el contexto de nuevas formas de vida creadas con un propósito de ingeniería - sino que sobre todo provee de una nueva visión de los principios de diseño de los sistemas vivos. "

Equilibrio entre velocidad, precisión y energía

El nivel de metabolismo, la cantidad de reacciones químicas que se producen en un entorno celular, es el parámetro que controla el aporte de energía del medio hacia el bioprocesador. Es esencial conocer los parámetros que controlan el nivel metabolismo, y los que controlan cómo ésa energía es utilizada en el proceso.

También es esencial, como pasa en los demás modelos de computación, conocer los factores que controlan el nivel de errores en el procesamiento. Todos los sistemas de computación se basan en el uso de un sistema físico/químico continuo, con muchos tonos de gris, para llevar a cabo operaciones lógicas discretas, o blanco o negro. Pero como el medio físico no es perfecto, y nuestro control sobre él lo es aún menos, en el proceso de traducir los tonos de gris físicos al blanco o negro lógico siempre hay un porcentaje de error.

Como afirma el doctor Chu: "Nuestra investigación demuestra que la velocidad de computadoras biomoleculares está limitada fundamentalmente por el ratio metabólico, su capacidad de procesar energía. Uno de nuestros principales descubrimientos es que una computadora molecular tiene que encontrar un equilibrio entre la velocidad con la que se realiza el cálculo y la precisión del resultado. Sin embargo, un computador molecular puede aumentar su velocidad y su fiabilidad incrementando la energía invertida en ello. En computadores moleculares, esa energía provendría de fuentes de alimento."

Afirma que este es uno de los primeros documentos que constata límites fundamentales en computadores biomoleculares. Y termina diciendo: "Queda mucho trabajo por hacer para entender completamente las implicaciones para la computación molecular, pero también para nuestro conocimiento de los pricipios de diseño del mundo vivo".

martes, 24 de noviembre de 2009

Presentan los motores moleculares más pequeños del mundo

Esquema de pinza óptica

Investigadores del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (UAM-CSIC) en colaboración con la Universidad de Berkeley, han conseguido manipular por primera vez moléculas individuales de la ADN polimerasa del virus Phi29, lo que ha proporcionado información muy valiosa sobre el mecanismo de fidelidad encargado de mantener la copia del ADN.

El grupo de Margarita Salas del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM) en colaboración con Borja Ibarra del grupo de Carlos Bustamante de la Universidad de Berkeley (EE UU), ha utilizado la técnica de las pinzas ópticas para atrapar y manipular moléculas individuales de polimerasa del virus Phi29. Este trabajo ha sido publicado en la revista EMBO Journal.

De esta forma estos investigadores han podido seguir la actividad de una sola molécula de polimerasa mientras trabaja y se mueve a lo largo del ADN, encontrando que este diminuto motor molecular es capaz de ejercer fuerzas en el ADN superiores a 30 picoNewtons.

Escalando la polimerasa al tamaño humano, una persona con la misma relación fuerza-masa sería capaz de levantar diez millones de toneladas métricas, o el peso de más de 100 portaaviones.

Muchas de las proteínas del interior celular funcionan como auténticos motores moleculares de apenas unos nanómetros (una mil millonésima parte del metro) de tamaño. Estos diminutos motores utilizan la energía derivada del metabolismo para realizar diversos trabajos como desplazarse en una dirección determinada, transportar otras moléculas e incluso aplicar fuerzas mecánicas en su entorno más cercano.

Unos de los motores moleculares mas sorprendentes son las ADN polimerasas, las proteínas encargadas de duplicar la molécula del ADN. Estas polimerasas son capaces de leer la composición de bases de cada una de las hebras del ADN e incorporar la base complementaria en cada posición. Sorprendentemente, estos motores moleculares pueden avanzar a una velocidad de 30 000 bases por minuto y cometer tan solo un error por cada 100 millones de bases incorporadas, preservando de esta forma la información del ADN y por tanto la supervivencia del organismo.

Un copista con estas propiedades sería capaz de copiar toda la obra del Quijote en aproximadamente 30 minutos sin cometer un solo error. La polimerasa alcanza este sensacional nivel de precisión comprobando minuciosamente la complementariedad de las bases mientras avanza por el ADN. Cuando la base incorporada no es complementaria al ADN molde, la polimerasa cambia su conformación para ‘retroceder’ y eliminar la base incorrecta.

Motores de ADN

Clásicamente el funcionamiento de estos motores se ha estudiado en tubos de ensayo donde millones de polimerasas trabajan al mismo tiempo en una reacción no sincronizada. De esta manera muchos de los detalles del funcionamiento intrínseco de cada polimerasa se pierden en el promedio final.

Además, aplicando fuerza en el ADN los investigadores han conseguido por primera vez modular mecánicamente la actividad de la polimerasa y su capacidad de corrección de errores, lo que ha proporcionado información muy valiosa sobre el mecanismo de fidelidad encargado de mantener la copia del ADN.

“El estudio de los motores moleculares y los sistemas biológicos con estas técnicas, permitirá conocer mejor el funcionamiento interno de las células y algún día diseñar nano-máquinas sintéticas que compitan con la ingeniosa y eficiente maquinaria molecular diseñada por la naturaleza”, dicen los expertos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Técnica Para Fabricar el Diodo de una Sola Molécul

Foto: ASURecientemente, en el Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona, N.J. Tao y sus colaboradores han encontrado una forma de miniaturizar hasta extremos asombrosos un componente eléctrico fundamental. Su técnica para fabricar diodos hechos de una sola molécula está despertando un gran interés en la comunidad científica y en la industria de la electrónica.


En el mundo de la electrónica, los diodos son un componente versátil y ubicuo. Aparecen en muchas formas y tamaños, se usan en una serie interminable de dispositivos y son los ingredientes esenciales para la industria de los semiconductores. Fabricar componentes que incluyan diodos más pequeños, baratos, rápidos y eficaces ha sido el santo grial de un sector emergente de la industria electrónica, que ahora ha pasado a sondear el reino de lo nanométrico.
Un tamaño más pequeño significa costos más baratos y un mejor rendimiento para los dispositivos electrónicos. Las CPUs de la primera generación destinadas a ordenadores usaban unos pocos miles de transistores. Ahora incluso los ordenadores más simples y baratos usan millones de transistores en un solo chip.

Pero últimamente la tarea de miniaturización se ha hecho mucho más difícil, y la famosa "ley" de Moore que establece que el número de transistores basados en el silicio en un chip se duplica cada 18-24 meses, está comenzando a alcanzar sus límites físicos. El tamaño del transistor está alcanzando unas decenas de nanómetros, un tamaño que es sólo unas 20 veces mayor que el de una molécula.

La idea de sobrepasar los límites del silicio con un componente electrónico formado por una única molécula ha sido barajada por los expertos desde hace tiempo. Los químicos teóricos Mark Ratner y Ari Aviram propusieron, ya en 1974, el uso de moléculas individuales para componentes electrónicos como los diodos. Científicos de todo el mundo han estado intentando lograr esto durante más de 30 años.

El equipo interdisciplinario de Tao incluye a Luping Yu, de la Universidad de Chicago, quien proporcionó las moléculas para el estudio, así como a Ivan Oleynik de la Universidad del Sur de Florida, quien trabajó en la parte teórica del proyecto.

Información adicional en:



sábado, 3 de octubre de 2009

Nanotecnología

Ayer acabó en Donostia-San Sebastián un congreso sobre nanotecnología al que le dieron el nombre de «Atom by atom», donde se dio a conocer al gran público lo que es y lo que se espera de la nanotecnología.

Dos de los pioneros de ese campo fueron Heinrich Rohrer que fue el que inventó el microscopio de barrido de efecto túnel que es fundamental en nanotecnología; el otro es Sir Harold Kroto, que utilizando la herramienta de Rohrer descubrió una gran molécula con 60 átomos de carbono a la que llamó buckminsterfullereno que a veces se contrae en fullereno o buckyball.


(Fullereno)

Estas dos personas, ambos premios Nobel, han estado en el congreso y estuvieron en kutxaEspacio conversando y contestando preguntas de alumnos de secundaria; pero de eso ya se ha hablado mucho en los medios de comunicación y no voy a insistir en ello; ni voy a insistir en las promesas que ofrece esta tecnología; quiero ser mucho más pedestre y hablar de los productos nanotecnológicos que ya usamos en la vida cotidiana.

El título del congreso define muy bien de lo que estamos hablando. La nanotecnología trata de hacer «cosas» moviendo átomo a átomo, molécula a molécula, o a lo sumo unos pocos átomos o unas pocas moléculas. Lo de «cosas» sin duda no es un término muy científico ni está muy bien definido, pero lo he dejado a propósito, pues cualquier objeto que hagamos manipulando pequeños conjuntos de átomos o moléculas podemos llamarlo nanotecnología. Se suele admitir que si estamos manipulando estructuras de menos de 100 nm, estamos hablando de nanotecnología. Se suele estimar que un átomo individual tiene un diámetro de una décima de nm. Es decir, que en una línea de 100 nm caben unos 1 000 átomos; en una línea de 1 mm caben nada menos que diez millones de átomos.

Por ejemplo, los chips, que son el núcleo de nuestros equipos electrónicos (computadores, cámaras fotográficas, relojes digitales, teléfonos móviles,...) están hechos con técnicas de fabricación que hacen que un transistor (el dispositivo básico de toda la electrónica) tenga un tamaño inferior a 50 nm. Es decir, estamos hablando de nanotecnología.

Las pantallas sensibles al tacto de algunos teléfonos móviles, por ejemplo el iPhone, están hechas con estructuras inferiores a los 100 nm, así que podemos hablar de nanotecnología.

(Pantalla fabricada con nanotecnología)

Algunas cremas de protección solar, de esas que casi bloquean absolutamente la radiación ultravioleta, están hechas con partículas ultrafinas, por debajo de los 100 nm; es decir se trata de nanotecnología.

(Crema protección solar fabricada con nanotecnología)

Recientemente se han puesto a la venta utensilios de cocina (cucharones, espumaderas, espátulas, tablas donde se cortan los alimentos...) que son bactericidas. Es decir, en ellos no crecen las bacterias. Llevan recubrimientos hechos con nanotecnología.

(Utensilios de cocina bactericidas)

Lo mismo ocurre con telas que incorporan micropartículas de plata que también son bactericidas.

Se venden vidrios de ventanas o de automóviles con un recubrimiento nanotecnológico que hace que cuando les cae agua se autolimpian. Lo mismo se ha hecho con piel de zapatos a los que ya no hay que limpiar nunca.

(A la izquierda lo que ocurre cuando se moja un cristal clásico. A la derecha lo que ocurre con uno de los nuevos vidrios tratados con nanotecnología)

Una compañía vende ropa con nanocristales embebidos que tienen propiedades antibióticas y antiinflamatorias.

Recientemente se ha puesto a la venta un espray que es capaz de matar muchas bacterias malas: estafilococos, kelsiella pneumoniae, escherichia coli, pseudomoas aeruginosa,... y no lleva ningún antibiótico de los clásicos. Lo único que lleva es plata finamente pulverizada (lo de finamente significa nanoescala).

Por otro lado, muchas de las cosas que hacemos con la bioingeniería consisten en manipular moléculas de DNA. Se trata de cortar una de las moléculas del DNA por un punto concreto y allí añadir o sustituir alguna molécula. Estamos manipulando molécula a molécula: eso es, por lo tanto, nanotecnología.

Con varias moléculas de DNA se han logrado hacer nanomotores que se mueven cuando les da la luz del sol.

(Nanomotor que se mueve cuando le da la luz)

También se han hecho computadores de DNA. Es decir, moléculas de DNA que son capaces de hacer cálculos.

En estos momentos ya están la venta para el gran público más de mil productos realizados con nanotecnología. En los laboratorios hay miles de prototipos que van desde medicinas que atacan a los tumores hasta nanorobots que son capaces de destruir la obstrucción de colesterol de una arteria... Pero eso todavía es futuro.

En el futuro cercano vemos pastas de dientes que protegen, endurecen y reparan el esmalte dental; pantallas de bajísimo consumo, cementos con nanopartículas que los hacen muy resistentes, «cuerdas» de nanotubos más resistentes que el más resistente de los materiales actuales (acero, kevlar,...).

La nanotecnología es un nuevo campo fantástico. Quizá no sea tan nuevo pues ya tiene más de veinte años de edad y ya hay, tal como hemos dicho, más de mil productos de consumo a la venta.

De lo que no me cabe la menor duda es que el futuro de la nanotecnología es apasionante y nos depara muchas y muy gratas sorpresas.


(Uno de los primeros hitos de la nanotecnología fue escribir el logo de IBM con 35 átomos. Con ello se demostraba que era posible manipular "átomo a átomo": Atom by atom.)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Nanopartículas Capaces de Cruzar la Barrera Hematoencefálica

14 de Septiembre de 2009. Foto: University of WashingtonEl cáncer cerebral está entre los más mortales de los cánceres. También es uno de los más difíciles de tratar. Este tipo de cáncer es sumamente invasivo, y los resultados de los escaneos para visualizar las áreas afectadas son a menudo imprecisos. Los cirujanos deben enfrentarse a la gran barrera que constituye el cráneo, y quitar quirúrgicamente tanto como puedan del tumor. Luego los médicos usan radioterapia o quimioterapia para destruir las células cancerosas en el tejido circundante.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington, dirigido por Miqin Zhang, profesora de ciencia e ingeniería de los materiales, ha conseguido iluminar tumores cerebrales inyectando nanopartículas fluorescentes en el torrente sanguíneo. Estas nanopartículas son capaces de atravesar la barrera de sangre del cerebro (barrera hematoencefálica), casi impenetrable y que protege el cerebro de las infecciones. En los experimentos, las nanopartículas permanecieron en tumores de ratón durante cinco días y no hubo evidencia alguna de que causasen daños en la barrera hematoencefálica.

Los resultados muestran que las nanopartículas mejoraron el contraste en los escaneos mediante MRI y en las imágenes ópticas, materiales de diagnosis y seguimiento que son fundamentales para realizar adecuadamente una operación quirúrgica en el cerebro.

Los cánceres cerebrales son especialmente invasivos, en comparación con muchos otros. Invaden el tejido circundante y no hay ninguna frontera clara entre el tejido tumoral y el tejido cerebral normal. Siendo los cirujanos incapaces de distinguir esa frontera, toda operación quirúrgica se complica notablemente. Los problemas cognoscitivos severos son una secuela común de tales cirugías.

Inyectando estas nanopartículas con tinte infrarrojo, se logra que aumente el contraste entre el tejido del tumor y el normal. Así, durante la cirugía, los cirujanos pueden ver la frontera entre ambos con más precisión.

Hasta ahora, ninguna nanopartícula usada para obtener imágenes había podido cruzar la barrera hematoencefálica y enlazarse específicamente a las células tumorales. Con las técnicas convencionales actuales, los médicos inyectan tintes en el cuerpo y usan fármacos para abrir temporalmente la barrera hematoencefálica, con el consiguiente riesgo de que el paciente contraiga una infección.

Esta nueva tecnología de nanoiluminación también podría ayudar en la detección temprana del cáncer. Las técnicas actuales de obtención de imágenes tienen una resolución máxima de 1 milímetro. Las nanopartículas pueden mejorar la resolución en un factor de 10 o más, permitiendo la detección de tumores mucho más pequeños y por tanto posibilitando que el paciente sea puesto bajo tratamiento mucho antes, sin que el proceso canceroso deba estar más avanzado para detectarlo.

Información adicional en:


Nanopartículas Capaces de Cruzar la Barrera Hematoencefálica

14 de Septiembre de 2009. Foto: University of WashingtonEl cáncer cerebral está entre los más mortales de los cánceres. También es uno de los más difíciles de tratar. Este tipo de cáncer es sumamente invasivo, y los resultados de los escaneos para visualizar las áreas afectadas son a menudo imprecisos. Los cirujanos deben enfrentarse a la gran barrera que constituye el cráneo, y quitar quirúrgicamente tanto como puedan del tumor. Luego los médicos usan radioterapia o quimioterapia para destruir las células cancerosas en el tejido circundante.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington, dirigido por Miqin Zhang, profesora de ciencia e ingeniería de los materiales, ha conseguido iluminar tumores cerebrales inyectando nanopartículas fluorescentes en el torrente sanguíneo. Estas nanopartículas son capaces de atravesar la barrera de sangre del cerebro (barrera hematoencefálica), casi impenetrable y que protege el cerebro de las infecciones. En los experimentos, las nanopartículas permanecieron en tumores de ratón durante cinco días y no hubo evidencia alguna de que causasen daños en la barrera hematoencefálica.

Los resultados muestran que las nanopartículas mejoraron el contraste en los escaneos mediante MRI y en las imágenes ópticas, materiales de diagnosis y seguimiento que son fundamentales para realizar adecuadamente una operación quirúrgica en el cerebro.

Los cánceres cerebrales son especialmente invasivos, en comparación con muchos otros. Invaden el tejido circundante y no hay ninguna frontera clara entre el tejido tumoral y el tejido cerebral normal. Siendo los cirujanos incapaces de distinguir esa frontera, toda operación quirúrgica se complica notablemente. Los problemas cognoscitivos severos son una secuela común de tales cirugías.

Inyectando estas nanopartículas con tinte infrarrojo, se logra que aumente el contraste entre el tejido del tumor y el normal. Así, durante la cirugía, los cirujanos pueden ver la frontera entre ambos con más precisión.

Hasta ahora, ninguna nanopartícula usada para obtener imágenes había podido cruzar la barrera hematoencefálica y enlazarse específicamente a las células tumorales. Con las técnicas convencionales actuales, los médicos inyectan tintes en el cuerpo y usan fármacos para abrir temporalmente la barrera hematoencefálica, con el consiguiente riesgo de que el paciente contraiga una infección.

Esta nueva tecnología de nanoiluminación también podría ayudar en la detección temprana del cáncer. Las técnicas actuales de obtención de imágenes tienen una resolución máxima de 1 milímetro. Las nanopartículas pueden mejorar la resolución en un factor de 10 o más, permitiendo la detección de tumores mucho más pequeños y por tanto posibilitando que el paciente sea puesto bajo tratamiento mucho antes, sin que el proceso canceroso deba estar más avanzado para detectarlo.

Información adicional en:

sábado, 29 de agosto de 2009

Imagen de una molecula


Por primera vez científicos lograron captar la imagen de una molécula con un detalle estructural sin precedentes, incluso se pueden ver los enlaces químicos que la mantienen unida.

Los científicos del centro de investigación de IBM en Zurich usaron lo que se conoce como microscopio de fuerza atómica o AFM (en sus siglas en inglés).

Y aunque en el pasado, utilizando técnicas similares, ya se había logrado observar la conformación física de un nanotubo de carbono, ésta es la primera vez que se puede observar la estructura con tanto detalle.

El entendimiento de la estructura molecular a esta escala -afirman los expertos- podría ayudar en el diseño de muchas cosas a escala molecular, en particular materiales electrónicos y hasta medicamentos.

El equipo de científicos -que publica los detalles de su investigación en la revista Science- es el mismo grupo que en julio pasado logró por primera vez medir la carga eléctrica de un átomo único.

Enfoque fino

En ambos casos los investigadores de IBM Zurich utilizaron una versión del AFM que actúa como un pequeñísimo diapasón (la herramienta que se usa para afinar instrumentos musicales).

Con éste, uno de los dientes del diapasón pasa increíblemente cerca a la muestra y el otro un poco más lejos.

Cuando se hace vibrar al diapasón el diente más cercano experimenta un cambio minúsculo en la frecuencia de su vibración, simplemente porque se está acercando a la molécula.

Al comparar las frecuencias de los dos dientes se puede obtener una medición de la distancia desde del diente más cercano con lo cual se puede establecer de forma efectiva un "mapa" de la estructura molecular.

Esta medición requiere de una precisión extrema.

Para evitar los efectos de las moléculas de gas extraviadas y del sacudimiento general a escala atómica que experimentan los objetos a temperatura ambiente, todo el proceso debe mantenerse al alto vacío y a temperaturas extraordinariamente frías.

Sin embargo, como la punta de los dientes del AFM no están bien definidas y no son lo suficientemente agudas a la escala de átomos únicos, esto provocaba que las imágenes se vieran borrosas.

Los investigadores pensaron que podían evitar este efecto eligiendo deliberadamente una pequeña molécula única (de pentaceno) -formada por un átomo de carbono y uno de oxígeno- y formando una punta del AFM lo más aguda y mejor definida posible.

Con átomos periféricos

Su medición de la molécula de pentaceno utilizando esta punta de monóxido de carbono muestra los enlaces entre los átomos de carbono en cinco anillos unidos, e incluso releva enlaces a los átomos de hidrógeno en la periferia de la molécula.

Tal como explicó a la BBC Leo Gross, quien dirigió la investigación, el equipo planea ahora combinar su capacidad para medir cargas individuales con esta nueva técnica para representar moléculas con un nivel de detalle sin precedentes.

Esto, dice el científico, podrá ayudar en particular al campo de la electrónica molecular, que es un futuro potencial de la electrónica en el que las moléculas individuales actúan como interruptores y transistores.

Aunque el enfoque puede trazar los enlaces etéreos que conectan a los átomos, no puede distinguir entre átomos de diferente tipo.

El equipo intenta ahora usar la nueva técnica junto con otro método similar conocido como microscopía de efecto túnel (STM) -en el que un pequeño voltaje es aplicado a lo largo de la muestra- para determinar si los dos métodos combinados pueden mostrar la naturaleza de cada átomo en las imágenes del AFM.

Esto, dice Leo Gross, ayudaría a todo el campo de la química, en particular la química sintética que se utiliza en el diseño de fármacos.

Los resultados, agrega el científico, serán también de mucho interés para quienes estudian el mundo de la nanotecnología con instrumentos similares.

martes, 18 de agosto de 2009

El hombre de dióxido de carbono y el "atomilismo"

Si escribes en Google atomilismo te sale el dichoso cartelito «Quizás quiso decir». Me ha extrañado muchísimo no ver el término aún castellanizado. Fue en 1989 cuando IBM consiguió mover átomos individualmente por primera vez, con el «Microscopio de Efecto Túnel» (STM-Scanning Tunneling Microscope). En 1990 publicaban la famosa imagen de su logo formado por átomos de xenón sobre níquel.

Logo de IBM realizado con xenón sobre níquel. Crédito: IBM. Image originally created by IBM Corporation.

En la web de Almaden Research Center hay una sección titulada Moving Atoms, en la cual pueden verse tres imágesnes bajo el subtítulo de Atomilism. Podría convertirse en el futuro en una corriente artística basada en el movimiento de átomos. El que más me ha gustado, el hombre de dióxido de carbono.

Monigote humano construido con monóxido de carbono sobre platino. Crédito: IBM. Image originally created by IBM Corporation.


Microscopio de Efecto Túnel - STM

Fueron Heinrich Rohrer y Gerd Binnig en 1981 quienes desarrollaron el STM y recibieron el Nobel por ello en 1986. El funcionamiento se basa en un efecto cuántico homónimo, es decir, el efecto túnel. El efecto túnel es un fenómeno que ocurre a escala de nanómetros (aunque muchos magufos lo usan para demostrar chaladuras, pues tiene un nombre resultón) y consiste en que un electrón puede superar una barrera de potencial superior a su propia energía cinética. No es nada extraño si recordamos que el estado de un electrón no puede definirse mediante variables clásicas, sino por una nube de probabilidad. En algunos casos esta nube de probabilidad sobrepasa la barrera pudiendo provocar cierta intensidad eléctrica. Repito, a escala nanométrica (0,000000001 m), que nadie piense que puede superar una pared.

El STM aprovecha este curioso fenómeno. Las medidas y manipulaciones deben hacerse con un objeto que tenga unas dimensiones del orden de lo que se maneja. Por eso, la sonda es una punta de wolframio que tiene unos pocos átomos de grosor (lo ideal es uno solo). El movimiento de los átomos se consigue con intensidades de corriente más pequeñas que el nanoamperio.

Más información en la web del Instituto Universitario de Investigación de Nanociencia de Aragón.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Fuerza repulsiva en la luz

12 de Agosto de 2009. Foto: Hong Tang/Yale UniversityUn equipo de investigadores de la Universidad Yale ha descubierto una fuerza de "repulsión" en la luz que puede ser utilizada para manipular componentes en microchips de silicio, lo cual significa que los nanodispositivos futuros podrían ser controlados mediante luz en vez de mediante electricidad.

El equipo anteriormente había descubierto una fuerza de "atracción" en la luz y había mostrado cómo se podía manipular para mover componentes en determinados micro y nanosistemas (pequeños interruptores mecánicos en un chip). Los científicos ahora han desvelado una fuerza de repulsión complementaria.

Los investigadores habían teorizado desde el año 2005 sobre la existencia de las fuerzas de atracción y repulsión, pero esta última no había sido comprobada hasta ahora. El equipo que lo ha logrado ha trabajado bajo la dirección de Hong Tang, profesor en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad Yale.

Las fuerzas de atracción y repulsión de la luz descubiertas por el equipo de Tang actúan separadamente de la fuerza creada por la presión de radiación de la luz, la cual ejerce presión contra un objeto a medida que lo ilumina.

Para crear la fuerza de repulsión en un chip de silicio, el equipo dividió un rayo de luz infrarroja en dos rayos separados y forzó a cada uno a viajar por un nanocable de silicio cubriendo una longitud diferente, en un sistema llamado guía de ondas. Como resultado, los dos rayos de luz se desfasaron entre sí, creando una fuerza de repulsión de intensidad controlable: cuanto mayor sea la diferencia de fase, más fuerte será la fuerza.

En el trabajo también han intervenido Mo Li y Wolfram Pernice.

El uso de ambas fuerzas, la de atracción y la de repulsión, permite ahora a los científicos tener un mayor grado de control en el uso de la luz y poder manipular componentes con mayor capacidad de maniobra. Los investigadores han demostrado que estas dos fuerzas lumínicas son ajustables.

Este control no es posible en el espacio libre. Es sólo posible cuando la luz es confinada a las guías de ondas de tamaño nanométrico que son colocadas muy cerca una de la otra en el chip.

La fuerza de la luz es interesante porque actúa de modo opuesto a como lo hacen los objetos eléctricamente cargados. Las cargas eléctricas opuestas se atraen entre sí, mientras que en este caso los rayos de luz con fase distinta se repelen entre sí.

Estas fuerzas lumínicas algún día podrían controlar dispositivos de telecomunicaciones que requerirían una ínfima parte de la energía consumida por los convencionales, y que serían mucho más rápidos que estos. Otra de las muchas ventajas de utilizar la luz en vez de la electricidad es que la luz puede ser enrutada a través de un circuito casi sin interferencia alguna sobre la señal.

Información adicional en:

domingo, 9 de agosto de 2009

Cerebro artificial, "dentro de 10 años"

Un cerebro humano artificial puede ser construido dentro de los próximos diez años, afirmó el científico Henry Markram.

Conferencia TED Global

Markram ya reconstruyó partes del cerebro de una rata (Foto: TED / J.D. Davidson)

“No es imposible construir un cerebro humano, y podemos lograr esto en diez años”, dijo Markram, director del Blue Brain Project (BBP), en la conferencia sobre tecnología TED Global en Oxford, Inglaterra.

BBP es un proyecto científico internacional, financiado por el gobierno suizo y donaciones particulares, cuyo objetivo es construir una copia artificial del cerebro de los mamíferos.

Markram ya ha imitado partes del cerebro de ratas.

Según explica el periodista de tecnología de la BBC en Oxford, Jonathan Fildes, Markram destacó la importancia que este cerebro humano sintético tiene en la investigación para tratamientos de enfermedades mentales.

Su equipo de científicos está concentrado en la columna neocortical, conocida como neocórtex (la capa del cerebro responsable de funciones superiores como el pensamiento consciente).

Durante los últimos 15 años, el profesor Markram y sus compañeros han logrado descifrar la estructura de la columna neocortical.

"Diez mil laptops"

El proyecto trabaja con un modelo de software que reproduce decenas de miles de neuronas, todas diferentes entre sí, y que les ayudó a construir, artificialmente, esta columna.

"Precisaríamos una laptop por cada neurona", dice el científico. "Por lo tanto, precisaríamos diez mil laptops".

Neuronas

Por cada neurona se precisaría una laptop.

En cambio, el equipo usa una supercomputadora IBM con diez mil procesadores.

Las simulaciones comenzaron a dar pistas a los investigadores sobre el funcionamiento del cerebro. Por ejemplo, pueden mostrar al cerebro una imagen, como una flor, y seguir la actividad eléctrica de la máquina, o sea, ver cómo se hace la representación de la imagen.

"Se estimula al sistema y éste crea su propia representación", explica Markram.

El objetivo es extraer esta representación y repetirla, de manera que los investigadores puedan ver directamente cómo funciona el cerebro.

Según Markram, además de ayudar a comprender los mecanismos del cerebro, el proyecto puede dar nuevas pistas para entender los problemas mentales y para desarrollar los tratamientos correspondientes.

"Cerca de dos mil millones de personas en el mundo sufren desórdenes mentales", dijo Markram a los asistentes a la conferencia.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Aplicación Selectiva Automática de Medicamentos a Células Específicas


5 de Agosto de 2009.

Foto: Zhong Huang/Cornell UniversityAhora es posible diseñar recipientes diminutos del tamaño de un virus para inyectar fármacos y otros materiales con casi un cien por cien de eficiencia a las células deseadas en el torrente sanguíneo.

Según un nuevo estudio de la Universidad Cornell, la técnica podría ser utilizada algún día para inyectar vacunas, medicamentos, o material genético con el objetivo de tratar el cáncer y diversos trastornos sanguíneos e inmunitarios.

"Este estudio amplia mucho el abanico de terapias", señala Michael King, profesor de ingeniería biomédica de la Universidad Cornell, coautor del estudio junto a Zhong Huang, antes en esta universidad y ahora en la Escuela de Medicina de la Universidad de Shenzhen, en China. Con el nuevo método, es posible enviar a un blanco específico casi cualquier fármaco o material genético que se pueda encapsular.

La técnica envuelve el rellenar los recipientes diminutos hechos de lípidos, o cápsulas de tamaño nanométrico, con una carga molecular y recubrir las cápsulas con proteínas adhesivas llamadas selectinas, que se enlazan de manera específica a las células diana.

El estudio muestra que, ya que sólo las células diana "ingieren" el contenido de las nanocápsulas, la técnica podría reducir grandemente los efectos secundarios adversos de algunos fármacos.
En un trabajo previo, King mostró cómo las células cancerosas en metástasis que se encuentran circulando en el torrente sanguíneo pueden adherirse a dispositivos recubiertos con selectina que contienen una segunda proteína que programa a las células cancerosas para autodestruirse.

El presente estudio demuestra que el material genético puede ser liberado con precisión en células blanco, logrando la desactivación de genes específicos y que se interfiera así con procesos que desencadenan la enfermedad.

Los investigadores llenaron nanocápsulas con ARN especialmente preparado y las adaptaron para adherirse a células específicas. Cuando las células diana "ingirieron" las cápsulas, el ARN desactivó un gen que codifica una enzima que contribuye a la degradación del cartílago en la artritis.

De un modo similar, el método podría ser usado, entre otras aplicaciones, para aplicar a las células específicas fármacos de quimioterapia, moléculas que mitigan trastornos autoinmunes, y los antígenos de una vacuna a los glóbulos blancos.

Información adicional en: