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lunes, 14 de diciembre de 2009

Los autistas no pueden entender el "yo"

Científicos encontraron evidencia de que la autoconciencia -el entendimiento del yo- es un gran problema para la gente con autismo.
Niño con autismo

Se cree que el autista tiene problemas para procesar la información sobre sí mismo.

Los investigadores de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, descubrieron que los cerebros de autistas son menos activos cuando se ven involucrados en pensamientos autoreflexivos.

Según el estudio -publicado en la revista Brain (Cerebro)- los resultados ofrecen información importante para poder entender las dificultades sociales que se enfrentan en los llamados trastornos del espectro autista.

Durante muchos años se ha considerado al autismo una enfermedad caracterizada por un extremo egocentrismo.

La nueva investigación demuestra, sin embargo, que la gente que sufre el trastorno tiene problemas cuando se trata de pensar o reflexionar sobre sí misma.

"La reina y yo"

Los científicos del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge utilizaron tecnología de imágenes de resonancia magnética funcional para medir la actividad cerebral de 66 voluntarios hombres, la mitad de los cuales había sido diagnosticado con algún trastorno autista.

Se pidió a los voluntarios que emitieran un juicio sobre sus propios pensamientos, opiniones, preferencias o características físicas y también sobre alguien más, en este caso la reina Isabel II.

Los participantes debían responder a las preguntas mientras se llevaban a cabo los escáneres cerebrales, de tal forma que los científicos pudieron visualizar las diferencias entre la actividad cerebral de los autistas y los que no sufrían el trastorno.

En particular, les interesaba analizar una región del cerebro llamada corteza prefrontal ventromedial (vMPFC) que se sabe se activa cuando la gente piensa en sí misma.

"Esta área es como un detector de la autorelevancia" dice el profesor Michael Lombardo, quien dirigió el estudio.

"Ya que por lo general responde más a la información que está relacionada con nosotros mismos".

Más actividad

La forma atípica con que el cerebro autista maneja la información autorelevante podría desviar el desarrollo social de un niño, particularmente en lo que se refiere a la forma como se relaciona con el mundo social que los rodea

Prof. Michael Lombardo

El profesor Lombardo descubrió que en los participantes sin autismo esta zona del cerebro era más activa cuando se le pedía al voluntario que respondiera preguntas sobre sí mismo que cuando debía responder sobre la reina.

Sin embargo, en las personas autistas la región cerebral respondía siempre de la misma forma, tanto cuando pensaban en sí mismas como cuando pensaban en la reina.

Según el investigador, estos resultados demuestran que el cerebro autista tiene problemas cuando necesita procesar información sobre sí mismo.

"Para poder navegar por las interacciones sociales con los demás es necesario mantener un rastro de las relaciones entre nosotros mismos y los demás" dice el científico.

"En algunas situaciones sociales es importante notar que "yo soy similar a ti", mientras que en otras situaciones podría ser importante notar que "yo soy diferente a ti"".

"La forma atípica con que el cerebro autista maneja la información autorelevante podría desviar el desarrollo social de un niño, particularmente en lo que se refiere a la forma como se relaciona con el mundo social que los rodea", expresa el investigador.

Otros expertos afirman que estos resultados ofrecen información nueva e importante sobre la forma como las personas autistas se relacionan con los demás.

"Sabemos que mucha gente con autismo desea interactuar con los otros y hacer amigos pero tiene dificultades para reconocer o entender los pensamientos y sentimientos de la demás gente". afirma la doctora Gina Gómez de la Cuesta, de la Sociedad Nacional Autística del Reno Unido.

"Esta investigación demuestra que la gente con autismo quizás también tiene dificultades para entender sus propios pensamientos y sentimientos y los mecanismos cerebrales que subyacen a este proceso" señala la experta.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Desligar la Percepción del "Yo" de la Ubicación Espacial del Propio Cuerpo

11 de Septiembre de 2009. Foto: PLoSCuando sentimos que somos tocados, usualmente alguien o algo nos está tocando físicamente, y percibimos que estamos ubicados en el mismo lugar que nuestro cuerpo. Unos neurocientíficos en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) han analizado en una nueva investigación la relación entre la autoconciencia corporal y la forma en que se representan espacialmente los estímulos de tacto en los humanos. Y han descubierto que las sensaciones de tacto se pueden sentir y ubicar allí donde se ve un cuerpo "virtual". Este hallazgo proporcionará nuevas estrategias para reforzar la percepción sensorial en los sistemas de Realidad Virtual y para crear mundos virtuales más vívidos y realistas.

En su investigación anterior, el laboratorio del profesor Olaf Blanke en la Escuela Politécnica Federal de Lausana encontró que se puede alterar la conciencia de nuestro propio cuerpo (el sentido de autoidentificación y autoubicación) en personas sanas bajo ciertas condiciones experimentales, produciendo sensaciones similares a las que se sienten en las experiencias descritas como "extracorporales".

Varios estudios anteriores mostraron que si se coloca una mano de goma de forma tal que se extienda desde el brazo de una persona y oculte de la vista su mano real, y se tocan a la vez su mano real y la mano de goma, a la persona le parece sentir el contacto en el lugar donde ve que se toca la mano de goma. Este efecto y la "pertenencia" experimentada de la mano de goma se conocen como la "ilusión de la mano de goma".
Los autores del nuevo estudio buscaron expandir esta investigación para ver si la percepción del tacto varía cuando los humanos experimentamos la sensación de poseer un cuerpo virtual completo. Ellos diseñaron una tarea de comportamiento innovadora en la cual los participantes en el experimento tuvieron que tratar de detectar dónde se manifestaban unas vibraciones en su cuerpo. Al mismo tiempo, los participantes veían su propio cuerpo mediante una pantalla sujetada en su cabeza. Esta pantalla estaba conectada a una cámara que filmaba al participante desde dos metros atrás. Los participantes tenían que ignorar destellos de luz que aparecían en su cuerpo cerca de los dispositivos de vibración. A los sujetos se les indujo la sensación de que estaban ubicados en la posición donde veían su cuerpo, o sea, a dos metros en frente de ellos.

Se comprobó que el mapa de las sensaciones de tacto estaba alterado durante la ilusión de cuerpo completo. La comprobación se basó en medir cuánto interferían los destellos de luz en la percepción de las vibraciones. El mapa del tacto en el espacio estaba desplazado hacia el cuerpo virtual cuando los sujetos sentían que ellos estaban ubicados en el cuerpo virtual que veían.

Este estudio demuestra que ciertos cambios cruciales en la autoconciencia (¿Dónde me encuentro? y ¿Cuál es mi cuerpo?) están acompañados por cambios en la ubicación física que creemos que ocupa una parte de nuestro cuerpo sometida a sensaciones táctiles.

Estos datos revelan que los mecanismos cerebrales de procesamiento multisensorial son vitales para la experiencia consciente del "Yo" y pueden ser manipulados científicamente para hacer que una persona sienta que su cuerpo es el de un avatar digital, el de un robot controlado por telepresencia, o el de otras máquinas.

Información adicional en: