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lunes, 26 de julio de 2010

Cómo llegar a los 120 años

El abuelo del futuro: un mix biotecnológico de larga duración.

00:37 25/07/2010 La ciencia asegura que no se trata de un cuento. En el futuro, cruzar la centena se volverá algo normal. Aunque los seres humanos para entonces no serán nada corrientes. Tomarán complementos rejuvenecedores y cargarán con válvulas y articulaciones irrompibles. La fuente de la eterna juventud, cada vez más cerca

Cuando al británico Henry Allingham le preguntaron cual era el secreto de su longevidad primero guiñó un ojo y después respondió: "Tabaco, whisky y mujeres muy salvajes". Su maratónica existencia terminó a los 113 años. El bueno de Henry había atravesado tres siglos: del nacimiento de la aviación a la web 2.0.

Henry bromeaba. No tardó en reconocer que a lo largo de su vida había aplicado una simple máxima filosófica: "conocer mis propios límites".

Si se ha vivido lo suficiente lo habremos escuchado más de una vez: "comió asado tres veces por semana, tomó, fumó y vivió hasta los 95 sin problemas". Las estrictas normas de higiene que deberían prolongar el ciclo vital siempre se tropiezan con este anecdotario irrefutable. Hay gente que no se cuida pero vive igual. Como hay quien se priva de todo y termina muriendo relativamente joven por asuntos que otros han esquivado alegremente.

La ciencia está encontrando una respuesta a estas excepciones a la regla. Porque la regla existe y no suele fallar tan a menudo. Las causas de muerte prematura se encuentran asociadas sin discusión al consumo excesivo de cigarrillos, alcohol y drogas varias. Tampoco ayuda permanecer demasiado tiempo sobre el sillón.

Pero no todos somos iguales. Estudios recientes han demostrado que las personas centenarias poseen una serie de variantes genéticas de las que carecen los demás. El cuerpo humano es la metáfora de un delicado equilibrio. Cuando comienza a envejecer es el propio sistema el que se encarga de que las células agotadas no continúen reproduciéndose para mal. A esto se dedican los famosos radicales libres vinculados al proceso de envejecimiento.

El éxito de una de las ramas de la industria farmacéutica se ha basado en la producción de complementos destinados a combatir los radicales libres. Sin embargo, al inhibirlos se anularía también su acción preventiva la cual impide que se generen tumores, cáncer, entre otras enfermedades. "Los radicales libres son dañinos pero también son parte esencial de la vida", ha dicho Thomas Kikwood, director del Instituto del Envejecimiento y la Salud de la Universidad de Newcastle.

Volviendo a los centenarios. Durante años se pensó que los longevos carecían de ciertas variantes asociadas a las enfermedades pero ahora se sabe que, al igual que el común de la gente, las tienen con la diferencia de que también vienen "recargados" con variantes protectoras. Que es como decir que tienen el problema y la solución. La ciencia en los próximos años tratará de aislar y de reconocer esas variantes y operar directamente sobre ellas.

Hace más de una década Deepak Chopra anticipó que la pretensión de vivir 120 años no era una fantasía. En su libro "Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo" plantea una serie de acciones destinadas a extender la vida: dieta y ejercicio físico adecuados a las tipologías de cada persona. También subraya el poder de la meditación. "A través de ella podemos vivir hasta los 120 años, disminuir nuestra presión arterial, controlar nuestro peso, eliminar enfermedades relacionadas con el estrés", le dijo en 1997 a "Newsweek". Por ahora Chopra no representa sus 64 años.

En el 2006 un estudio realizado por el "Journal of Epidemiology and Community Health" reveló que los solteros tienden a vivir menos que los casados. Según sus estadísticas la gente que nunca se había casado tenía un 58% más de posibilidades de morir antes que un grupo de personas casadas de la misma edad. Otro estudio realizado en 2008 por la Universidad de Sheffield, reveló que los hombres que optan por tener más de una mujer, o sea, los polígamos, viven hasta un 12% más.

Ese mismo año un grupo de investigadores norteamericanos confirmó que, tal como se sospechaba, en el vino podría hallarse una de las claves de la longevidad. Y la clave se llama resveratrol, un componente que se encuentra en algunos tintos, las nueces y el maní.

Hace 20 años el doctor Leonard Guarente, del Massachusetts Institute of Technology, demostró que un fantástico reflejo de fertilidad y crecimiento, que produce en el cuerpo la mejora de sus tejidos, era activado por unas proteínas del propio organismo: las sirtuinas. Hay otro camino comprobado para lograr este efecto rejuvenecedor: bajar en forma radical el consumo de calorías. En otras palabras: matarse del hambre. Algunos ratones de laboratorio lo han soportado sobreviviendo un 30 por ciento más que sus compañeros de celda. Probar la experiencia en seres humanos equivaldría a una tortura china.

Lejos de justificar el dolor en procura de la eternidad, un estudiante de Guarente, el doctor David Sinclair, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, descubrió en 2003 que las proteínas milagrosas se activaban ante la presencia de compuestos naturales como el resveratrol. Básicamente lo que están logrando estos científicos es identificar cuales son los sujetos que en determinado momento y contexto acompañan nuestros desarrollo físico haciéndonos más saludables. Resolver cómo activarlos a gusto y placer es un gran paso que la ciencia aun no ha dado.

Un ciudadano de la antigua Roma moría aproximadamente a los 22 años mientras que, según estadísticas de las Naciones Unidas, un bebé que nace hoy en Japón vivirá unos 81 años. Podría suponerse que las cosas han evolucionado pero si uno nace en lugares como Liberia o Lesoto, es bastante seguro que no pasará de los 40.

Vivir más es la suma de diversos factores. Datos demográficos del "Journal of Health and Welfare Statistics" indican que en el archipiélago de Okinawa se registra la mayor proporción de centenarios del mundo: 61,03 por cada 100.000 habitantes.

El profesor Makoto Suzuki, del Centro de Investigaciones de Okinawa en Ciencias de la Longevidad, estudió durante 30 años a unos 2.000 centenarios, y concluyó que esta sorprendente cifra se explica por factores genéticos (son hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de gente longeva) y por factores culturales como la dieta -que incluye pescado y cerdo y complejos sistemas de cocción- y la actividad física. "Fallecen no de una enfermedad fatal en particular, sino de un rápido declive causado por el encadenamiento de una enfermedad benigna con la desnutrición, la discapacidad cognitiva y la inmovilidad", explicó el doctor.

¿No les suena conocido? Una vez cada tanto nos enteramos o somos testigos de personas que transcurren su vida bajo el signo de Okinawa. Sin ir demasiado lejos, pienso en mi abuela Julia, 95 años. Todavía se levanta a las 8 de la mañana e inicia el proceso de su cocina que concluye 4 horas después. Una vez por día camina junto a mi madre durante una o dos horas y lee rigurosamente dos o tres libros por mes. No bebe. No fuma. Pero su marido, de 88, si bebió hasta aburrirse. Tampoco él se ha jubilado.

En el futuro los hombres y mujeres centenarios serán porcentualmente humanos y máquinas. Un mix biotecnológico. El Instituto de Ingeniería Médica y Biológica de la Universidad de Leeds está trabajando en perfeccionar piezas que fallan por el uso.

Los científicos han desarrollado una articulación hecha de una aleación de cobalto-cromo y una bola o "cabeza" de cerámica que soportará los 100 millones de pasos que una persona de 50 años habrá dado a los 100 años. El programa también incluye la regeneración de válvulas cardíacas (a partir de válvulas ajenas "limpias de información biológica"), creación de "parches" para reparar venas, nuevos ligamentos, cartílagos y piel "de repuesto".

Otros grupos de científicos se han abocado a experimentar con hormonas capaces de rejuvenecer el cuerpo o a mantenerlo a salvo de enfermedades tradicionales. El estrógeno, por ejemplo, puede prevenir la aparición de osteoporosis y retardar la aparición de algunos tipos de demencias y accidentes cerebrovasculares.

El abuelo del futuro semejará una especie de biorrobot. ¿Recuerdan al "Hombre bicentenario" de Robin Williams? Justamente eso, aunque al revés: se tratará de un humano reconvirtiéndose en máquina.

El genetista británico Aubrey de Grey, llamado "el profeta de la longevidad", ha planteado la teoría de las edades bíblicas. Según De Grey, el ser humano del futuro alcanzará los 1.000 años. "El envejecimiento se puede lograr combatiéndolo como un problema de ingeniería: no buscando balas mágicas elusivas y quizás ilusorias, sino catalogando los cambios moleculares y celulares que eventualmente nos matan e identificando formas de reparar –o revertir– esos cambios", asegura.

Parece ciencia ficción y tal vez lo sea. Los paroxismos suelen terminar mal. La verdad es que los simples consejos médicos siguen surtiendo efecto. Para vivir un poco más no es necesario mudarse a Okinawa. Le pregunto a mi doctor de cabecera, el doctor Víctor Lipovetzky: ¿existe algo que una persona común, sin grandes recursos, pueda hacer para vivir 100 años?

–La única forma de llegar a viejo y con salud es tener la suerte de no morirse ni enfermarse antes. Todas las recomendaciones habituales de vida "sana" sin duda ayudan a ganar la apuesta, pero llegar a 100 es asunto de azar. Por ejemplo, a los 85 años, una de tres personas tiene Alzheimer, que limita la vida a muy pocos años.

–¿Y si tuviera los recursos?

–Ser pobre limita el promedio de vida, por distintas razones. Basta no ser pobre, sin necesidad de ser millonario, para tener la posibilidad de cumplir con una vida "sana", si es que se quiere. Se estima que eliminar todos los factores de riesgo cardiovascular prolonga la salud y la vida unos 15 años. Y no hay nada que un magnate como vos o yo pueda pagar para vivir mucho.

Uno de los tantos estudios realizados en estos años asegura que reír es uno de los factores que extienden la vida. Días atrás se mencionó que el chocolate combate la presión. Reír y comer chocolate, una fórmula accesible para coronar la centena.

domingo, 4 de julio de 2010

La gráfica de la muerte durante el siglo XX

Muy a menudo me encuentro con gente que dice que antes se vivía mejor, que hoy la ciencia lo estropea todo y que comemos porquerías. Uno puede opinar que le gusta más vivir en el campo, que le gusta más el aire de la montaña o que prefiere coger el tomate directamente de su huerta. Pero no es opinable que hoy la esperanza de vida ha subido extraordinariamente. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas objetivas de todo el siglo XX. El documento Esperanza de vida en España a lo largo del siglo XX es un trabajo muy documentado que se basa en los datos recogidos por el INE (Instituto Nacional de Estadística). En él se pueden ver gráficas y tablas espectaculares que muestran con claridad esta mejora en el modo de vida de la sociedad.







Me quedo con un par de párrafos de las conclusiones (negritas mías):

La esperanza de vida al nacer ha pasado de 34,76 años en 1900 a 78,71 en 1998 para el conjunto de la población (de 33,85 a 75,25 años en varones, y de 35,70 a 82,16 años en mujeres). Esta evolución representa una ganancia de 43,95 años de vida (41,40 en varones, 46,46 años en mujeres). La mitad de estos años ganados, 22,14, se debe a mejoras en la supervivencia en los menores de 15 años, sobre todo durante los dos primeros tercios del siglo.

La mejora en la esperanza de vida en los dos primeros tercios del siglo XX se debe en gran parte a la mejora de las condiciones de vida de los niños, pero en el último tercio del siglo parece estar mucho más relacionada con la mejora de la asistencia sanitaria y su extensión a toda la población, beneficiando especialmente a los mayores de 65 años.

La sanidad ha mejorado, indudablemente, gracias a la ciencia. Tenemos todo tipo de aparatos en los hospitales para medir, controlar y mejorar todo tipo de variables biológicas. Y no sólo asistencia sanitaria en hospitales y centros de salud. La sanidad también ha entrado de lleno en nuestra alimentación. Lo que comemos ha pasado controles sanitarios exhaustivos y, si algo se ve extraño, rapidamente se retira el producto en cuestión. Puedes pensar lo contrario si quieres, pero los datos los tienes delante de ti. Al menos, deja de pensar en conspiraciones.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Mayor Longevidad Viviendo en las Alturas


31 de Marzo de 2010. Foto: L. Brian StaufferLos científicos saben a partir de estudios anteriores que las aves voladoras y los murciélagos viven más que los animales del mismo tamaño pero confinados al medio terrestre. Una investigación sobre la relación entre el hábitat y la expectativa de vida en los mamíferos, comparando los animales confinados a los suelos y lo que pasan mucho tiempo en las copas de los árboles, ha aportado datos interesantes sobre la menor longevidad de los animales que no viven en las alturas, y podría explicar la razón.
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Milena Shattuck y Scott Williams, de la Universidad de Illinois, plantearon la hipótesis de que, al igual que ocurre con el estilo de vida aéreo, vivir en las copas de los árboles reduce la mortalidad extrínseca de una especie (la muerte por la depredación, las enfermedades y los peligros ambientales, es decir, otras causas que no sean la edad).

Una de las predicciones de la teoría evolutiva del envejecimiento es que si un individuo consigue reducir su exposición a las fuentes de mortalidad extrínseca, vivirá más tiempo, lo que le traerá más probabilidades de experimentar efectos provocados por mutaciones, y por consiguiente de que tales efectos se enfrenten con mayor incidencia al filtro de la selección natural. El resultado final en una población de individuos de esta clase será que la selección natural potenciará en la población o especie una evolución hacia una mayor longevidad.
Williams y Shattuck descubrieron que la teoría encaja con la realidad de los animales arborícolas. Los mamíferos que pasan la mayor parte de su tiempo en lo alto de los árboles disfrutan de una mayor longevidad en comparación con los que viven en el suelo. El modelo concuerda tanto con los datos de longevidad a gran escala entre todos los mamíferos, como con los recogidos de clases específicas que Williams y Shattuck estudiaron, por ejemplo las ardillas arborícolas en relación con las ardillas terrestres.

Sin embargo, la pareja también descubrió dos clases de mamíferos que contradicen esa tendencia a la longevidad. Los marsupiales, como los canguros. Y los primates, incluidos los que pasan mucho tiempo en el suelo, como los gorilas y los seres humanos, y sus primos que viven en las ramas. En estos grupos, no hay diferencias significativas de longevidad entre los animales arborícolas y sus primos que viven en los suelos. Los primates, no obstante, tienden en general a tener una vida larga.

"Éstas son las excepciones que demuestran la regla", argumenta Shattuck. "La característica definitoria que parece conectar los dos grupos es una larga historia de antepasados arborícolas." Otros mamíferos comenzaron en el suelo, y algunos grupos aislados evolucionaron hacia un estilo de vida arborícola de forma independiente. Los marsupiales y los primates parece que empezaron en los árboles, y luego se produjo la adaptación de marsupiales y primates terrestres a un estilo de vida más centrado en los suelos.

Esta ascendencia arborícola puede explicar parcialmente por qué los humanos tenemos una longevidad mayor que la de otros mamíferos.

Información adicional en:



lunes, 14 de diciembre de 2009

Los que lucen más jóvenes viven más

Leonardo Di Caprio

Leonardo Di Caprio, un actor de apariencia juvenil, podría tener una larga vida.

Las personas que tienen rostros jóvenes tienden a vivir más que aquellos que aparentan la edad que tienen, sugiere un reciente estudio científico.

Investigadores daneses indicaron que la apariencia por sí sola puede predecir la supervivencia, tras analizar los casos de 387 pares de gemelos.

Los expertos le preguntaron a enfermeras, asistentes académicos y a colegas, que adivinaran la edad de los gemelos luego de mostrarles sus fotografías.

Según el informe dela publicación científica British Medical Journal, la tendencia registrada fue que aquellos identificados como personas que "lucían más jóvenes" morían después que el gemelo que aparentaba la edad que tenía.

Ventaja

Los científicos también encontraron una explicación biológica plausible para los resultados obtenidos.

Piezas clave de ADN denominadas telómeros, que indican la habilidad de las células para replicarse, también están vinculadas a qué tan joven luce una persona.

Se estima que un telómero de corta longitud representa un proceso de envejecimiento más rápido y ha sido relacionado con varias enfermedades.

La edad percibida, que es muy utilizada por los médicos de atención primaria como indicación general de la salud de un paciente, es un biomarcador robusto del envejecimiento que predice la supervivencia entre aquellas personas mayores de 70 años

Equipo investigador

En el estudio, las personas que lucían más jóvenes que la edad que tenían poseían telómeros más largos.

Todos los gemelos tenían entre 70 y 90 años cuando fueron fotografiados.

Tras analizar los casos por siete años, el jefe de la investigación -el profesor Kaare Christensen de la Universidad del Sur de Dinamarca- encontró que al estudiar a gemelos entre más grande era la diferencia de edad percibida, había más probabilidad de que el gemelo que lucía más viejo muriera primero.

La edad, el sexo y la profesión de las personas evaluadas no provocaron ninguna diferencia en los resultados.

Christensen indicó que podría ser que las personas que habían tenido una vida más dura tendían a morirse primero y sus vidas son reflejadas en sus rostros.

Los científicos le dijeron a BMJ que: "la edad percibida, que es muy utilizada por los médicos de atención primaria como indicación general de la salud de un paciente, es un biomarcador robusto del envejecimiento que predice la supervivencia entre aquellas personas mayores de 70 años".

El profesor Tim Spector, un experto británico que realiza estudios con gemelos, indicó: "Nosotros también encontramos esto en nuestro estudio. Probablemente se trata de una combinación de genes y de factores ambientales a lo largo de la vida".

Además, Spector afirmó que el hallazgo muestra que las personas son buenas al evaluar lo bien que se encuentran otros y que los médicos deben observar a sus pacientes con mayor detalle.

"Si un paciente luce mayor que la edad que tiene quizás deberían estar más preocupados", agregó.

domingo, 4 de octubre de 2009

Los bebés que nacen hoy vivirán 100 años

Más de la mitad de los bebés que nacen hoy en los países ricos del mundo vivirán cien años, afirman investigadores.

Generaciones

Mucha gente vive hoy el doble de años de hace cien años.

Esta cifra, dicen los científicos en la revista The Lancet, significa que el ser humano esta viviendo el doble de años que vivía hace un siglo.

Y no sólo se vive más, sino se viven más años con menos enfermedades discapacitantes.

Los investigadores analizaron datos de más de 30 países desarrollados y encontraron que desde 1950 la probabilidad de sobrevivir después de los 80 años se ha duplicado para ambos sexos.

La clave de esta larga expectativa de vida, creen los expertos, son las conductas más sanas que se están adquiriendo en todas las edades.

"Lo que hicimos fue mirar hacia el futuro" explicó a la BBC el profesor Kaare Christensen, del Centro Danés de Investigación del Envejecimiento, quien dirigió el estudio.

"Y para eso analizamos lo que ha ocurrido en el pasado y cuáles han sido las tendencias hasta ahora. Y descubrimos un patrón extraordinario y constante que muestra que en los últimos 150 años ha habido un aumento muy estable en las perspectivas de vida en los países ricos", dice el científico.

"Y si proyectamos las tendencias actuales hacia el futuro podemos decir que los bebés que nacen hoy vivirán 100 años", agrega.

Cuatro etapas de vida

La buena noticia es que la evidencia actual sugiere que la gente no sólo está viviendo más que antes, sino está viviendo más años con menos discapacidades y menos limitaciones funcionales

Prof. Kaare Christensen

En 1950, explica el científico, había un 15 o 16% de probabilidades de que una mujer sobreviviera los 80 y 90 años y 12% de que un hombre los sobreviviera.

En 2002, estas cifras aumentaron a 37% para mujeres y 25% para hombres.

El estudio señala que hasta los 1920, las mejoras en la supervivencia de bebés y niños contribuyó a gran parte del aumento en las expectativas de vida.

Desde entonces, este incremento se ha visto acelerado por el progreso en la supervivencia de ancianos, que ha sido particularmente evidente desde los 1970.

"La clave de del aumento de la longevidad ha sido una combinación de factores, como medicinas, educación, etc." dice el profesor Christensen.

"Pero tenemos que ser conscientes de que si queremos seguir con estas tendencias debemos progresar en la supervivencia de los ancianos".

"Es decir, no podemos progresar más en la disminución de muertes entre los jóvenes, así que debemos seguir reduciendo las tasas de mortalidad de los ancianos", agrega.

Cuatro etapas

Los científicos afirman que el ser humano puede considerar hoy que tiene cuatro etapas en la vida: niñez, adultez, ancianidad joven y ancianidad mayor.

La investigación descubrió que entre 30% y 40% de los individuos estudiados de entre 92 y 100 años eran independientes.

Otro estudio en Estados Unidos llevado a cabo con los "supercentenarios" (personas de entre 110 y 119 años) mostró que, incluso a esa edad tan avanzada, 40% de estas personas necesitaban poca ayuda o eran independientes.

Según el profesor Christensen, en muchos países ricos hay evidencia de que se han postergado las limitaciones y las discapacidades provocadas por la mala salud, a pesar de un aumento en las enfermedades crónicas.

Esto se debe a las mejoras en los diagnósticos y tratamientos de enfermedades como las cardiovasculares y el cáncer.

Sólo los ricos

"Básicamente se trata de postergar el envejecimiento -dice el investigador- para poder ser funcionales durante más tiempo".

Niños

Si las actuales tendencias continúan los bebés que nacen ahora vivirán cien años.

Porque no se trata de aumentar las perspectivas de vida sino de aumentar también el número de años que se puede vivir sin enfermedades.

"La buena noticia es que la evidencia actual sugiere que la gente no sólo está viviendo más que antes, sino está viviendo más con menos discapacidades y menos limitaciones funcionales", dice Christensen.

La mala noticia es que la longevidad sólo está aumentando en algunas partes del mundo.

De hecho, en algunos países de medianos y bajos ingresos las tendencias muestran que las expectativas de vida están disminuyendo.

"No tenemos que ir muy lejos para observar esa tendencia" dice Christensen.

"En Rusia la longevidad de los hombres está a niveles más bajos que nunca (65 años). Y por supuesto la situación es aún peor en el mundo en desarrollo".

"El estudio que publicamos hoy estuvo centrado en los países de altos ingresos pero es claro que tenemos un desafío mucho más grande en los países de bajos ingresos", explica el científico.

Según Naciones Unidas, en Mozambique y Swazilandia -las naciones con las más bajas perspectivas de vida del mundo- un bebé que nace hoy vivirá entre 39 y 42 años.