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martes, 6 de octubre de 2009

Plegaria del Estudiante

El poema tiene una desconcertante vigencia justo en una época como ésta, en la que una ambivalencia estratégica parece percolar capilarmente todos los ámbitos de la sociedad y el sistema educativo ya no parece responder al impulso de los avances tecnosociales que, gracias a la conectividad, nos ofrece nuevas y cada vez más variadas formas de interactuar, informarnos, aprender, conocer, ver, escuchar y enseñar.

Plegaria del Estudiante

¿Por qué me impones lo que sabes si quiero yo aprender lo desconocido
y ser fuente en mi propio descubrimiento?
El mundo de tu verdad es mi tragedia; tu sabiduría, mi negación;
tu conquista, mi ausencia; tu hacer, mi destrucción.
No es la bomba lo que me mata; el fusil hiere, mutila y acaba,
el gas envenena, aniquila y suprime, pero la verdad seca mi boca. apaga mi pensamiento y niega mi poesía, me hace antes de ser.

No quiero la verdad, dame lo desconocido.
Déjame negarte al hacer mi mundo para que yo pueda también ser mi propia negación y a mi vez ser negado.

¿Cómo estar en lo nuevo sin abandonar lo presente?

No me instruyas, déjame vivir viviendo junto a mí; que mi riqueza comience donde tu acabas, que tu muerte sea mi nacimiento.

Me dices que lo desconocido no se puede enseñar, yo digo que tampoco se enseña lo
conocido y que cada hombre hace el mundo al vivir.

Dime, que yo tejeré sobre tu historia; muéstrate para que yo pueda pararme sobre tus hombros.

Revélate para que desde ti pueda yo ser y hacer lo distinto; yo tomaré de ti lo superfluo, no la verdad que mata y congela; yo tomaré tu ignorancia para construir mi inocencia.

¿No te das cuenta de que has querido combatir la guerra con la paz, y la paz es la afirmación de la guerra ?
¿No te das cuenta de que has querido combatir la injusticia con la justicia, y que la justicia es la afirmación de la miseria?
¿No te das cuenta de que has querido combatir la ignorancia con la instrucción
y que la instrucción es la afirmación de la ignorancia porque destruye la creatividad?
Tu conocimiento nos muestra el mundo o lo niega, porque es la historia de tus actos,
o lo negará porque despertando tu imaginación te llevará a cambiarlo
Deja que lo nuevo sea lo nuevo y que el tránsito sea la negación del presente;
deja que lo conocido sea mi liberación, no mi esclavitud.
No es poco lo que te pido.

Tú has creído que todo ser humano puede pensar,
que todo ser humano puede sentir.

Tú has creído que todo ser humano puede amar y crear.
Comprendo pues tu temor cuando te pido que vivas de acuerdo a tu sabiduría
y que tú respetes tus creencias; ya no podrás predecir la conducta de tu vecino,
tendrás que mirarlo; ya no sabrás lo que él te dice escuchándote, tendrás que dejar poesía en sus palabras.

El error será nuevamente posible en el despertar de la creatividad, y el otro tendrá presencia.
Tú, yo y él tendremos que hacer el mundo.
La verdad perderá su imperio para que el ser humano tenga el suyo.
No me instruyas, vive junto a mí; tu fracaso es que yo sea idéntico a ti.

Humberto Maturana

Educacion 2.0

Desde hace unos días que viene circulando por la Red “El Manifiesto de Internet” vinculado al ámbito del periodismo. Tan es así que hace un par de semanas pasada me hice eco del mismo y lo reproduje en este blog.

Es así como Pedro Villarrubia que posee el blog: Discentia decidió extrapolar y adaptar ese manifiesto al ámbito de la educación. Me parece una adaptación excelente.

Dado que me encanta promover la circulación de los numerosos manifiestos que pululan por la red y que dan cuenta del cambio epocal en ciernes, en esta ocasión vuelvo a hacerme eco y lo reproduzco a continuación.
Para aquellos que deseen conocer más manifiestos de estas racterísticas les recomiendo clickear aquí.

Manifiesto de Internet en Educación

Cómo debería funcionar la educación hoy. Diecisiete declaraciones.

1. Internet es diferente.

Internet genera diferentes esferas públicas, diferentes términos y diferentes habilidades culturales. Los centros educativos deben adaptar sus métodos de trabajo a la realidad tecnológica actual en lugar de ignorarla o desafiarla. Es su deber desarrollar la mejor forma de educación posible basada en la tecnología disponible. Esto incluye productos y métodos educativos nuevos.

2. Internet es un centro educativo de bolsillo.

La web reacomoda las estructuras educativas ya existentes trascendiendo sus antiguas fronteras y ámbitos. La publicación y diseminación de los contenidos han dejado de estar atados a los centros e instituciones educativas. La autoconcepción de la educación está —afortunadamente— siendo privada de su función de centinela. Todo lo que nos queda es la calidad educativa a través de la cual la educación se diferencia de la mera instrucción y memorización.

3. Internet es nuestra sociedad, nuestra sociedad es Internet.

Las plataformas basadas en la web como las redes sociales, Wikipedia o YouTube se han vuelto parte de la vida cotidiana de la mayoría de las personas del mundo occidental. Éstas son tan accesibles como el teléfono o la televisión. Si los centros educativos quieren seguir existiendo, deben entender el universo conjunto de los usuarios actuales y abrazar sus formas de comunicación. Esto incluye formas básicas de comunicación social: escuchar y responder, también conocido como diálogo.

4. La libertad de Internet es inviolable.

La arquitectura abierta de Internet constituye la ley IT básica de una sociedad que se comunica digitalmente y, consecuentemente, de la educación. No puede ser modificada por el mero propósito de proteger los intereses comerciales o políticos frecuentemente escondidos detrás de la ficción del interés público. Sin importar cómo esté hecho, bloquear el acceso a Internet pone en peligro la libre circulación de la información y corrompe nuestro derecho fundamental a decidir nuestro propio nivel de educación.

5. Internet es la victoria de la educación.

Por causa de una tecnología insuficiente, los centros educativos, los centros de investigación, las instituciones públicas y otras organizaciones han sido las encargadas de compilar y clasificar la información mundial hasta ahora. Hoy en día cada ciudadano puede montar su propio filtro personal de informaciones mientras que los motores de búsqueda explotan la abundancia de información con una magnitud nunca antes vista. Los individuos ahora pueden informarse y educarse mejor que nunca.

6. Internet cambia/perfecciona la educación.

Gracias a Internet, los centros educativos pueden cumplir con su rol social-educativo de una nueva manera. Esto incluye presentar la educación como un proceso continuo y de cambio constante; la confiscación de la inalterabilidad del conocimiento es un beneficio. Aquellos que quieran sobrevivir en este nuevo mundo de información necesitan de un idealismo rejuvenecido, con nuevas ideas y un sentido de placer al explotar este nuevo potencial.

7. La red requiere establecer contactos.

Los enlaces son conexiones. Nos conocemos a través de enlaces. Aquellos que no los usan se excluyen a sí mismos del discurso social y educativo. Esto también se aplica a los sitios web de los medios educativos, a la relación entre ellos y con sus comunidades educativas, y entre sí.

8. Los enlaces retribuyen, las citas adornan.

Los motores de búsqueda y los agregadores facilitan la educación de calidad: elevan el hallazgo de contenido excepcional sobre una base a largo plazo y por lo tanto son una parte integral de la nueva esfera pública conectada. Las referencias a través de enlaces y menciones —especialmente aquellas hechas sin ningún consentimiento o siquiera remuneración de su creador—hacen, en primer lugar, posible la cultura misma del discurso social conectado. Ellos son, en todos los casos, dignos de protección.

9. Internet es la nueva sede del discurso democrático.

La democracia prospera con la participación y la libertad de información. Transferir la formación democrática y en valores, y su discusión y debate, desde los centros educativos hacia Internet y expandirse en ésta discusión involucrando la participación activa de la comunidad educativa y la tolerancia, es una de las nuevas tareas de la educación.

10. Hoy libertad de cátedra significa libertad de opinión.

Internet invalida los límites tecnológicos entre el amateur y el profesional. Esta es la razón por la que el privilegio de la libertad de opinión debe aplicarse para cualquiera que desee contribuir al cumplimiento de los fines educativos. Cualitativamente hablando, no debería existir diferencia alguna entre docentes remunerados y no remunerados, sino entre docentes buenos y docentes malos.

11. Más es más – nunca la información y educación son demasiado.

Había una vez instituciones tales como la Iglesia que priorizaban el poder por encima de la conciencia personal y alertaban sobre un flujo de información sin filtros cuando la imprenta fue inventada. Por otro lado estaban los panfleteros, enciclopedistas y periodistas que probaron que más información conduce a más libertad, tanto para el individuo como para la sociedad en su conjunto. Al día de hoy, nada ha cambiado al respecto.

12. La tradición no es un modelo de negocio.

Se puede hacer dinero en Internet con contenido educativo. Existen muchos ejemplos de esto actualmente. Sin embargo, a causa de que Internet es altamente competitiva, los modelos educativos tienen que ser adaptados a la estructura de la red. Nadie debería intentar fugarse de esta adaptación esencial diseñando políticas destinadas a preservar el status quo. La educación necesita abrir competencias para las mejores soluciones de refinanciación en la red, junto con el coraje de invertir en la implementación multifacética de estas soluciones.

13. El Copyright se vuelve un deber cívico en Internet.

El derecho de reproducción es la piedra angular fundamental de la organización informacional en Internet. Los derechos de los creadores para decidir el tipo y ámbito de diseminación de sus contenidos también son válidos en la red. Al mismo tiempo, el copyright no deberá ser abusado como una palanca para salvaguardar mecanismos de abastecimiento obsoletos y aislar nuevos modelos de distribución o programas de licencias. La propiedad acarrea obligaciones educativas.

14. Internet posee numerosas divisas.

Los servicios educativos en línea financiados a través de anuncios ofrecen contenido a cambio del “efecto-tirón”. El tiempo de un lector, espectador u oyente es valorable. En educación, esta correlación ha sido a veces uno de sus principios fundamentales de financiación. Otras formas de refinanciación que sean educativamente justificables necesitan ser forjadas y evaluadas.

15. Lo que está en la red se queda en la red.

Internet está elevando la educación a un nuevo nivel cualitativo. Texto, sonido e imágenes en línea ya no tienen que ser transitorios. Permanecen recuperables, y por consiguiente construyen un archivo de historia contemporánea. La educación debe tomar el desarrollo de la información, su interpretación y errores en consideración, por ej., debe admitir estos errores y corregirlos de una manera transparente.

16. La calidad permanece como la cualidad más importante.

Internet desacredita los productos educativos homogéneos y en masa. Sólo aquellos que sobresalen, son creíbles y excepcionales conseguirán una audiencia estable a largo plazo. Las demandas educativas se han incrementado. La educación debe satisfacerlas y acatar sus propios principios formulados.

17. Todos para todos.

La web constituye una infraestructura para el intercambio social superior a la de los medios masivos de comunicación del siglo 20: cuando entra en duda, la “generación Wikipedia” es capaz de valorar la credibilidad de una fuente, rastrear noticias hasta la fuente original, investigarla, chequearla y evaluarla —solos o como parte de un esfuerzo grupal. Los educadores que desdeñan esto y no están dispuestos a respetar estas habilidades no serán tomados en serio por estos internautas. Internet hace posible comunicarse directamente con aquellos alguna vez conocidos como destinatarios —alumnado, como oyentes y espectadores—y sacar provecho de su conocimiento. No son los docentes sabelotodos los que están en demanda, sino aquellos que comunican e investigan.

Fuente: Blog de Pedro Villarrubia: Discentia

lunes, 5 de octubre de 2009

Los limites son indispensables

Recuperar la autoridad es el mayor desafío que enfrentan hoy los padres de los adolescentes.

Vivimos un tiempo cada vez más difícil en lo que concierne a la dificultad con que tropiezan los padres de familia para ponerles a sus hijos adolescentes determinados límites en el plano de la conducta, con el fin natural de protegerlos y de velar por su seguridad y bienestar. Existe hoy entre los padres la fundada sensación de que sus hijos afrontan cotidianamente toda clase de riesgos, sobre todo en sus salidas nocturnas. Sienten que la noche los expone a los estragos de la droga o del alcohol, a los accidentes automovilísticos, a los secuestros, a los robos y, en suma, a los múltiples e imprevisibles desbordes de violencia o de perversión que los acechan tanto en los lugares de diversión más concurridos como en la patética y ocasional soledad de alguna calle transitada por malvivientes o violadores.

Los encuestadores que han investigado el tema coinciden en señalar que, en muchos casos, los padres de familia enfrentan no sólo esos miedos y esas amenazas externas, sino también sus propios fantasmas o miedos interiores, que les impiden ejercer la autoridad necesaria ante sus hijos.


“Cuando un padre o una madre discute con sus hijos, siempre le resulta más fácil decir que sí y le es mucho más difícil decir que no”, aseguró una conocida psicóloga y encuestadora social, cuya opinión apareció registrada en un extenso informe periodístico publicado recientemente. Y agregó: “Para los padres de familia, decirle que sí a un adolescente es siempre más fácil y más tentador, pues ahorra tiempo en discusiones y justificaciones desgastantes”. No obstante, los padres consultados reconocen, en su mayoría, que han tomado conciencia, a la larga, de que deben aprender a decir que no, en determinados casos, en el diálogo con los hijos adolescentes aun cuando ello les demande un gran esfuerzo moral.

Los padres admiten que el peor enemigo que deben afrontar y derrotar es ese fantasma interior que los lleva a decir que sí cuando discuten con sus hijos. En las distintas encuestas, extendidas principalmente a familias de clase media de la Capital Federal, se señala que sólo el 4% de los padres de chicos de entre 13 y 18 años se siente con la autoridad necesaria para prohibir la salida nocturna de sus hijos en los casos en que resulta evidente que esa salida implica un riesgo inocultable. Sin embargo, los informes consignan que nueve de cada diez padres de familia se sienten al mismo tiempo llenos de miedo y experimentan una honda mortificación y una fuerte sensación de inseguridad cuando sus hijos adolescentes salen por la noche.

Las investigaciones revelan, por otro lado, que entre los chicos entrevistados constituyen una minoría los que admiten sentirse inseguros cuando salen. La mayoría afirma que no pasa nada.

El avance del consumo de drogas, la tendencia creciente de los sectores juveniles al consumo indiscriminado de alcohol o el imperio de la violencia en sus múltiples formas y variantes revelan que hay razones sobradas para seguir de cerca y con preocupación los pasos que cotidianamente dan los jóvenes y los adolescentes cuando salen diariamente de sus hogares a buscar esparcimiento o diversión.

Nadie puede ignorar, entonces, que los padres de familia tienen hoy la obligación moral de esforzarse para recuperar la autoridad que habrá de llevarlos a ponerles límites a sus hijos en la medida en que un elemental ejercicio de racionalidad indique que puedan estar expuestos a riesgos ciertos o inocultables. Para eso es fundamental que se restablezca en todos los casos un diálogo pleno y constructivo entre padres e hijos, fruto no sólo del afecto natural sino también de una compartida aptitud por analizar la realidad, en cada caso, con madurez y realismo. No deben existir “miedos” ni “fantasmas interiores” a la hora en que los padres se sientan a dialogar con sus hijos y a decidir sobre cuestiones que habrán de condicionar sus destinos personales o sus modos de vida. Ni puede haber razón alguna para que los padres renuncien a ese deber natural que los obliga a determinar

y fijar los límites que sus hijos deben respetar en sus actividades cotidianas para defender su propia seguridad moral y física, y para proyectar y construir sus propias vidas en armónica y equilibrada relación con los valores que ellos mismos tienen el compromiso de preservar.

Que los padres asuman el compromiso, y la autoridad, de poner límites racionales y firmes a las conductas de sus hijos. Que los hijos acepten esa realidad natural concebida para darles seguridad y bienestar, y para asegurarles el mejor futuro posible. Y que la sociedad entera comprenda que ese entendimiento entre padres e hijos es parte fundamental de una cultura que emana de su propia naturaleza y que tiende a garantizar la continuidad de los vínculos reales y el crecimiento hacia una vida mejor.

lunes, 7 de septiembre de 2009

“Al hombre se lo está adiestrando y entrenando, pero no se lo educa”

El destacado sociólogo chileno advirtió sobre la actual profundización de la educación meramente instrumentalista y tecnificada, la pérdida del pensamiento crítico y de la conciencia histórica. “Hay una negación y mutilación de la naturaleza humana”, sentenció.

El Dr. Hugo Zemelman, reconocido sociólogo chileno, enarbola un discurso duro y desapasionado. Reniega de su generación (“en los años “60 nos quedamos en la utopía, y no hicimos nada de lo que predicábamos para cambiar el mundo”, dice), pero su preocupación mayor está en los horizontes del presente, en lo que él considera la disolución de las capacidades cognitivas, emocionales y simbólicas del hombre moderno: “Asistimos a una completa negación, a una mutilación de la naturaleza humana. Porque perdemos la conciencia sobre nuestra circunstancia histórica. Y la educación, que juega un rol crucial para revertir este estado de cosas, se ha vuelto instrumental: hoy se forma recursos humanos funcionales, no sujetos pensantes”, sentencia.

Nacido en Chile, radicado en México (país donde trabaja en diversos ámbitos académicos), Hugo Zemelman se siente un intelectual errante. Viaja por todo el continente dando conferencias sobre temas educativos, participando de encuentros, aportando sus perspectivas. Y en este ir y venir, el sociólogo visitó nuestra ciudad para participar del III Congreso Internacional de Educación, organizado por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL.

La educación instrumental

“Creo que las reformas educativas que se están implementando en el continente no están orientadas a rescatar al sujeto, sino a mutilarlo. Y eso se puede corroborar analizando las estructuras curriculares. Hay algunas de estas estructuras que están diseñadas para el empobrecimiento del hombre, pues el acento está puesto en la transmisión de información, y nada más. No se desarrolla una capacidad del hombre que es imprescindible: poder preguntarse adónde está parado, y para qué está. Al hombre se lo está adiestrando, entrenando, pero ya no se lo educa”, sentenció Zemelman en diálogo con El Litoral.

“Hablamos de una negación del sujeto y una pérdida de su conciencia histórica, vale decir, de su humanidad. Cuando hablo de negación, me refiero a que asistimos a una reducción del hombre como recurso funcional y eficiente -desde la lógica instrumental del capitalismo-, en desmedro de otras facultades del hombre vinculadas a la imaginación, a la intuición, a lo emocional”.

Esta perspectiva nihilista tiene, para Zemelman, otra consecuencia inevitable: el proceso de aniquilamiento de la condición humana refleja una nueva estratificación social. “Creo que actualmente hay sectores de la sociedad que están claramente predestinados a ser “mutilados’, a ser formados como meros recursos humanos que permitan competencia, productividad, presencia en la economía. Y la educación “calificada’ queda reservada a una elite. Este es un problema que tiene que ver con las profundas desigualdades sociales en Latinoamérica, que, paradójicamente, el propio desarrollo civilizatorio está permitiendo”, señaló.

Neoaristocracia

“Esto abre una nueva aristocracia en la sociedad actual, porque los beneficios que pueden provenir de la educación, de la ciencia y de la producción de conocimiento, no son del beneficio colectivo, sino que están reservados a sectores sociales privilegiados -continuó el sociólogo-. El modelo de acumulación de la riqueza y de capital tiene consecuencias esperables en la cultura y en la educación, pues no son procesos disociados”.

Pero el especialista se permite una esperanza: “Frente a este contexto complejo, donde la condición humana tiende a ser aniquilada y perdemos nuestra conciencia del pasado y del presente, la educación reviste una enorme importancia, porque implica un espacio donde se puede reaccionar frente a esta circunstancia. Y el rol y la responsabilidad de los docentes, desde la enseñanza inicial hasta la universitaria, será clave”, resaltó.

Educación: la parte de un todo

Hugo Zemelman (Sociólogo)

No se puede disociar a la educación del resto de las esferas (económica, financiera, política, institucional, etc.). La educación constituye una constelación fenoménica enorme, y no se la puede aislar. Porque la crisis educativa tiene una relación correlativa con la crisis o ausencia de proyectos de desarrollo nacionales.

Debiéramos poner en debate algo que para mí es fundamental. Hoy -al menos en nuestro continente- se ha perdido la visión de conjunto. No tenemos noción de lo que está pasando, nos quedamos en los detalles, en la nimiedad, que el mercado y la libertad de comercio, que la racionalización de los recursos materiales y humanos, etc. La cuestión está en ubicar el discurso de la educación, con todo lo que tiene de específico y de complejo, en el centro de un concierto de problemas.

Hay que tratar de situar la cuestión educativa en la actual circunstancia histórica. Quiero decir que estamos ante la necesidad de entender el momento histórico actual, al menos en Latinoamérica, y no lo estamos entendiendo. Debemos responder a la pregunta “en qué contexto histórico estamos viviendo”, para empezar a pensar qué educación necesitamos. Y qué papel va a cumplir la educación como fuerza transformadora.

“Al hombre se lo está adiestrando y entrenando, pero no se lo educa”

“Las reformas educativas que se están implementando en nuestro continente no están orientadas a rescatar al sujeto, sino a mutilar su condición humana”, sostiene Zemelman.

La educación superior hoy

—¿Cómo ve la educación superior en América Latina?

—Estamos viendo hoy a una Academia que tiene un discurso vacío, sin sujetos. Esto tiene todo tipo de sintomatologías. Por ejemplo, la afición a los textos, al enciclopedismo. Nadie se atreve a pensar por sí mismo, sino que pensamos a través de otros (el abuso de citas y entrecomillados).

Entonces, caemos así en una erudición muy brillante pero meramente bibliográfica, y absolutamente estéril. No confundamos el pensamiento con la erudición. Sobra la información y la erudición, pero nos falta el pensamiento. Y esto es un proceso correlativo a quedarnos sin sujetos.

Hugo Zemelman nació en Concepción, República de Chile. Cursó las licenciaturas en sociología rural y derecho y un posgrado en Sociología. Llegó a México luego del golpe militar contra Allende en 1973, y trabajó en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Ha dictado cursos y seminarios en toda Latinoamérica y en España. También participa con mucha frecuencia como conferencista en distintos encuentros nacionales e internacionales. Cuenta con una obra bibliográfica tan nutrida como variada: ha publicado libros sobre temas que van desde la problemática agraria y los movimientos sociales, la epistemología, cultura y política, hasta la educación y conocimiento.