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lunes, 23 de agosto de 2010

El ave gigante que aterrorizaba Sudamérica


Ha sido bautizada como "el ave del terror" por una buena razón. Se acaba de descubrir que la gigante bestia que deambulaba por Sudamérica hace más de 50 millones de años tras la extinción de los dinosaurios era un feroz y temido depredador.

Las nuevas investigaciones muestran que el ave no podía volar pero que era muy ágil y utilizaba su enorme pico para dar golpes certeros con los que matar -muchas veces a la primera, siguiendo una técnica similar a la de un boxeador- a sus víctimas antes de descuartizarlas y extraer la carne fresca de su cuerpo.

Un equipo de investigadores internacionales, entre los que se encuentran varios argentinos, publica un nuevo trabajo en la revista científica PLOS One que revela nuevos datos sobre esta terrible ave que habitó una vez Sudamérica.

"Tenían el equipamiento perfecto. Esos enormes pájaros contaban con un enorme pico con ganchos. Hemos demostrado que tenía que utilizar sus picotazos con mucha precisión y cautela", dijo a la BBC el profesor Steve Wroe, de la Universidad de Sidney, en Australia.

Al menos 18 especies

El equipo investigó el comportamiento depredador de estas extraordinarias criaturas, conocidas entre los científicos como forusrácidos.

Ave del terror. Fotografía cortesía PLOS One

El ave del terror estaba diseñada para dar golpes selectivos y certeros, como un boxeador. © PLOS One

Con una altura que podía variar entre uno y tres metros, se sabe que al menos 18 especies evolucionaron para finalmente extinguirse hace varios millones de años.

Al no existir ningún pájaro en la Tierra que se pareciera a aquellos, hasta ahora había sido difícil conocer más sobre sus hábitos.

Para tratar de llenar este vacío, el equipo examinó el esqueleto de una especie en particular llamada Andalgalornis.

El animal vivía en la parte noroeste de Argentina hace seis millones de años. De tamaño mediano, contaba con 1,4 metros y pesaba alrededor de 40 kilos.

Tenía una gran cabeza, de 37 centímetros, con un profundo y estrecho pico armado con un gancho similar al de un halcón.

Técnica de ingeniería

El equipo fue capaz de analizar el cráneo a través de una técnica de ingeniería conocida como Método de los Elementos Finitos.

Mediante una recreación por computadora se somete a la cabeza del animal a fuerzas de distinta intensidad para ver como serían los tipos de ataque.

Los resultados mostraron que el Andalgalornis estaba diseñado para acorralar y dar un golpe a su presa, en la misma forma que un boxeador utilizaría la técnica de realizar unas series de rápidos golpes dirigidos a un objetivo.

Necestiamos averiguar el papel ecológico que estos animales sorprendentes jugaron si realmente queremos comprender como el inusual ecosistema de Sudamérica evolucionó a lo largo de los pasados 60 millones de años

Federico Dergrange, Museo de La Plata/CONICET, Argentina

"Nadie había intentado antes una análisis biomecánico tan extensivo del pájaro del terror", afirmó Federico Degrange, del Museo de La Plata/CONICET en Argentina.

"Necesitamos averiguar el papel ecológico que estos animales sorprendentes jugaron si realmente queremos comprender como el inusual ecosistema de Sudamérica evolucionó a lo largo de los pasados 60 millones de años".

Ciertamente los pájaros del terror habrían tenido la oportunidad de utilizar su particular estrategia de ataque en una increíble selección de animales.

Como estos mismos pájaros, en aquel entonces existían un gran número de bestias de mucho peso que emergieron durante la separación de Sudamérica de la parte norte del continente.

jueves, 29 de abril de 2010

Similicaudipteryx y las plumas extintas



Fuente: Nature. Más imágenes

Otro estupendo fósil de dinosaurio no aviano (es decir, que no es ave) con plumas bien preservadas. Procedente de Liaoning (China), como de costumbre.

Son dos ejemplares jóvenes de Similicaudipteryx, uno mayor que el otro, y lo curioso es que sus plumas son muy distintas. El mayorzote tiene las plumas remiges (las de las "alas") y rectrices (las de la cola) normales, o mejor dicho, como las de las aves actuales. Las plumas remiges y rectrices del pequeñín sólo son "normales" en el extremo. El resto es de tipo cinta, plana y sin barbas. Estas extrañas plumas "cinta" ya no existen en ningún animal actual. Se conocían en otro dinosaurio: el Epidexipteryx, y en aves primitivas como el Confuciusornis.

Los autores del trabajo publicado en Nature* interpretan que las plumas de tipo cinta eran reemplazadas por las de tipo común durante el crecimiento del Similicaudipteryx.

Más información: Not Exactly Rocket Science

_______________________
*Xing Xu, Xiaoting Zheng & Hailu You. Exceptional dinosaur fossils show ontogenetic development of early feathers. Nature 464, 1338-1341 (29 April 2010) | doi:10.1038/nature08965 Resumen

lunes, 5 de abril de 2010

Los Pollos Superan a los Humanos en la Visión de Colores

5 de Abril de 2010. Foto: WUSTLUn equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Washington en San Luis ha examinado detenidamente el ojo del pollo, encontrando una obra maestra de la naturaleza.


Los científicos mapearon cinco tipos de receptores de luz en el ojo del pollo. Descubrieron que los receptores están distribuidos en mosaicos entrelazados que maximizan la capacidad del pollo para ver muchos colores en cualquier parte de la retina, la estructura fotosensible en el fondo del ojo.

Sobre la base de este análisis, se deduce que las aves nos superan claramente a los humanos en varios aspectos de la visión a color. La organización de los receptores de color en la retina del pollo supera ampliamente a la observada en muchas otras retinas, incluidas las de mamíferos.

Joseph C. Corbo, del equipo de investigación, planea efectuar estudios de seguimiento sobre cómo se establece esta organización, convencido de que ese conocimiento podría ser de utilidad a los científicos que buscan utilizar células madre y otras técnicas nuevas para tratar los aproximadamente 200 trastornos genéticos
Según Corbo, la superior visión a color de las aves probablemente se deba a que, salvo en los casos de unas pocas especies, no han tenido hábitos nocturnos en ningún periodo de su historia evolutiva. Las aves, reptiles y mamíferos descienden de un ancestro común, pero durante la era de los dinosaurios, la mayoría de los mamíferos se volvieron nocturnos y mantuvieron esa característica durante millones de años.

La visión proviene de las células fotorreceptoras sensibles a la luz en la retina. La visión nocturna se basa en receptores llamados bastoncillos, que florecieron en el ojo de los mamíferos durante la era de los dinosaurios. La visión diurna se basa en receptores diferentes, conocidos como conos, que son menos ventajosos cuando un organismo es de hábitos nocturnos.

Las aves, reconocidas mayoritariamente como descendientes de los dinosaurios, nunca pasaron por un período similar de vida principalmente nocturna. Como resultado, poseen más tipos de conos que los mamíferos.

Por ejemplo, la retina aviar tiene un cono que puede detectar algunas longitudes de onda ultravioleta, y un receptor especializado, llamado doble cono, que, según creen los científicos, les ayuda a detectar el movimiento.

Información adicional en:

involucrados en diversas formas de ceguera.

sábado, 20 de marzo de 2010

Aves y Dinosaurios, ¿Ramas Paralelas de un Tronco Evolutivo Común?

19 de Marzo de 2010. Foto: Oregon State UniversityLas aves no descienden de los dinosaurios terópodos, según las conclusiones de un nuevo estudio, que retan a las teorías aceptadas durante décadas sobre la evolución del vuelo.
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El nuevo análisis, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, fue hecho con el fósil de un ejemplar inusual descubierto en 2003, llamado microrraptor, en el cual se usaron modelos tridimensionales para estudiar su posible potencial de vuelo, y se concluyó que esta pequeña especie plumífera debió ser un animal planeador, es decir que no podía echar a volar sino simplemente descender planeando desde la rama de algún árbol u otro punto elevado.

19 de Marzo de 2010. Foto: Oregon State UniversityLas aves no descienden de los dinosaurios terópodos, según las conclusiones de un nuevo estudio, que retan a las teorías aceptadas durante décadas sobre la evolución del vuelo.
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El nuevo análisis, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, fue hecho con el fósil de un ejemplar inusual descubierto en 2003, llamado microrraptor, en el cual se usaron modelos tridimensionales para estudiar su posible potencial de vuelo, y se concluyó que esta pequeña especie plumífera debió ser un animal planeador, es decir que no podía echar a volar sino simplemente descender planeando desde la rama de algún árbol u otro punto elevado.
Las conclusiones de la investigación concuerdan con las de una serie de estudios realizados en los últimos años, en lo que constituye un progresivo descrédito para la teoría de que las aves descendieron de los dinosaurios, según los detractores de dicha teoría. Así lo subraya, en un comentario que acompaña al estudio en la revista académica citada, John Ruben, profesor de zoología de la Universidad Estatal de Oregón.

Según las conclusiones de este nuevo estudio, no se trata sólo de que las aves no descienden de los dinosaurios, sino que algunas especies consideradas actualmente dinosaurios pueden haber descendido de las aves.

Las aves pueden haber tenido un antepasado relativamente reciente que también lo fue de los antiguos dinosaurios, pero evolucionaron por separado, y después de millones de años de seguir cada rama su camino independiente, la de los pájaros también dio origen a los raptores. "Esos animales pequeños, como el velocirraptor, a los que en general se les ha considerado dinosaurios, tienen más probabilidades de ser aves no voladoras", afirma Ruben.

"Los raptores se parecen un poco a los dinosaurios, pero tienen mucho más en común con las aves que con otros dinosaurios terópodos como el tiranosaurio", declara Ruben. "Creemos que las evidencias demuestran finalmente que estos animales, a los que se suele considerar dinosaurios, en realidad descendieron de los pájaros".

Información adicional en:

domingo, 7 de febrero de 2010

Los colores de las plumas de un dinosaurio

Científicos chinos y estadounidenses han logrado reconstruir los colores de las plumas del dinosaurio Anchiornis huxleyi. Realmente era llamativo. Pero lo más interesante es cómo han llegado a saberlo, pues los colores no fosilizan.


El dinosaurio Anchiornis huxleyi es un Troodontido, es decir, dinosaurio de dos patas muy ágil. Vivió a finales del Jurásico, hace entre 150 y 160 millones de años.

En un artículo que se publicará mañana 5 de febrero en la revista sciencexpress, editada por la AAAS –la misma Asociación que publica la revista Science– hay un interesante artículo de un equipo de científicos chinos y estadounidenses, dirigidos por Quango Li, del Museo de Historia Natural de Beijing. En él se llega a la conclusión de que el dinosaurio tenía este aspecto:

(Aspecto del dinosaurio Anchiornis huxlwyi. Las plumas del cuerpo son blancas y negras con un llamativo dibujo. La cresta es de un color a óxido marrón. En la cara tiene motas rojizas. Imagen cortesía de Michael A. Digiorgio)

Lo más interesante es cómo han llegado a saber que esos eran los colores pues éstos no fosilizan.

Han conseguido saber el color con fotografías obtenidas con un microscopio de exploración de electrones y comparando los resultados con los de las aves actuales.

En las aves actuales el color de las plumas lo proporcionan los melanosomas que son los que contienen los pigmentos de colores (melanina); los que producen colores negros y grises generalmente son largos y estrechos mientras que los que producen el color a óxido marrón son cortos y anchos.

Así que, si en los dinosaurios se sigue la misma pauta, y no hay que pensar que ocurra de otro modo, ya tenemos la forma de saber sus colores: melanosomas largos y estrechos corresponden a colores negros y grises y los cortos y anchos son de color marrón.

Escaneando cada punto de los fósiles han visto la distribución tamaños y, por lo tanto de colores.

Hay una hipótesis no probada: que los melanosomas de los dinosaurios y de las aves actuales se comportan de una forma parecida respecto al color; pero parece una hipótesis muy plausible.

El fósil que examinaron es el que viene a continuación.

(Esqueleto completo que han utilizado. Imagen cortesía de Jay Vinther/Museo de Historia Natural de Beijing)


(Detalle de la cabeza y de las patas. Imagen cortesía de Jay Vinther/Museo de Historia Natural de Beijing)

(Microfotografías de las distintas partes del cuerpo. Obsérvese que hay melanosomas alargados y estrechos los hay cortos y redondeados. Imagen cortesía de Jay Vinther/Museo de Historia Natural de Beijing)

(Microfotografía de melanosomas alargados y estrechos. Imagen cortesía de Jay Vinther/Museo de Historia Natural de Beijing)

En las aves actuales los melanosomas grises son un poco distintos a los negros; así que en el dinosaurio se también se han diferenciado las plumas negras de las plumas grises. La forma general es alargada y fina pero en cada color un poco distinta.

Al llevar todos los colores al cuerpo del dinosaurio sale lo que veíamos en la primera imagen. Es muy llamativa. El cuerpo era negro con rayas blancas, en la cara tenía motas rojizas y poseía una llamativa cresta del mismo color.

Probablemente los Anchiornis no tenían vuelo activo así que, sugieren los autores del trabajo, estas plumas deberían de jugar un papel importante para la comunicación entre los sexos, para señalar su presencia cuando iban a forrajear y hacer huir a los competidores, señales de desafío o de defensa...

Lo que parecía casi imposible, saber el color de las plumas de los dinosaurios, se ha conseguido.

Aunque no tenga nada que ver a mí me recuerda a la abubilla:

(Abubilla. Foto de Kaibara87. En Flickr. Licencia CC)

* * *

lunes, 18 de enero de 2010

Descubren la Antigua Existencia de un Extraño Protopájaro Rapaz y Venenoso


Foto: Robert DePalma/KUUn grupo de investigadores de la Universidad de Kansas trabajando con colegas chinos ha descubierto un depredador aviforme venenoso, que vivió hace unos 128 millones de años en China. Éste es el primer caso documentado de posesión de veneno en el linaje que conduce a las aves modernas.


"Este ser es un pájaro venenoso a efectos prácticos," explica Larry Martin, profesor y conservador de paleontología de vertebrados en el Museo de Historia Natural y el Instituto de Biodiversidad.

El Sinornithosaurus (pájaro-lagarto chino), es un pariente cercano del Velocirraptor, así como del animal planeador de cuatro alas conocido como Microrraptor.

El Sinornithosaurus vivió en los bosques prehistóricos del nordeste de China, que albergaron diversos animales, incluyendo otras aves primitivas así como dinosaurios.

Este animal, del tamaño aproximado de un pavo y que probablemente tenía plumas, fue un depredador especializado en aves y pequeños dinosaurios.

El veneno posiblemente haría que la víctima entrara rápidamente en shock, reduciendo su capacidad de contraatacar o escapar, o de que otros depredadores le arrebatasen la presa a la rapaz mientras ésta la manipulaba.

"Usted no lo habría visto venir," explica, sobre la técnica de caza del animal, David Burnham de la Universidad de Kansas. "Habría volado en picado y con rapidez detrás suyo, descolgándose de alguna rama baja, y lo habría atacado por atrás, intentando morderle a la primera oportunidad. Cuando los dientes hubieran atravesado su piel, el veneno habría penetrado en la herida, y usted entraría rápidamente en shock, pero aún seguiría vivo un rato, quizá el suficiente como para verse devorado lentamente por esta rapaz".

El animal tenía depresiones especiales en su cabeza, que probablemente alojaba una glándula venenosa, conectada por una gran depresión lateral por encima de la hilera de dientes, que liberaba el veneno a una serie de largos dientes en la mandíbula superior.

"Observando al Sinornithosaurus, nos percatamos de que sus dientes eran inusuales, y al examinar más detenidamente su dentadura y mandíbulas, comprendimos que en este aspecto eran similares a las de las serpientes actuales", acota Martin.

Información adicional en:

lunes, 5 de octubre de 2009

LA ADICION DE NUEVAS NEURONAS EN EL CEREBRO, LIMITADA POR LA SUPERVIVENCIA DE LAS VIEJAS


En muchas especies de pájaros cantores existen regiones cerebrales que se expanden y contraen estacionalmente como respuesta a hormonas. Unos neurobiólogos de la Universidad de Washington han interrumpido ahora por primera vez esta "remodelación anual" natural del cerebro y han mostrado que en un vertebrado vivo existe un vínculo directo entre la muerte de las neuronas viejas y su reemplazo por las nacidas recientemente.


Los científicos introdujeron una sustancia química en los cerebros de varios gorriones; concretamente dentro de un área cerebral que interviene en el control del canto y ubicada en un lado del cerebro. Esta sustancia sirve para detener la apoptosis, un "programa" que induce a las células a suicidarse.

Veinte días después de la introducción de las hormonas, los investigadores encontraron que había un 48 por ciento de neuronas menos en el lado del cerebro donde se aplicó el inhibidor de la apoptosis que en el lado que no recibió dicho inhibidor.

Ésta es la primera demostración de que si disminuye la apoptosis también disminuye la cantidad de nuevas células cerebrales en un animal vivo. El próximo paso es entender este proceso a escala molecular.

El descenso estacional de hormonas en las aves puede asemejarse al descenso de los niveles hormonales humanos relacionado con la edad.

Eliot Brenowitz (profesor de psicología y biología de la Universidad de Washington) y Christopher Thompson (ahora en la Universidad Libre de Berlín), coautores del estudio, creen que este modelo aviar sobre el que han trabajado puede tener las suficientes similitudes genéticas y estructurales con el cerebro humano en algunos aspectos como para ser de ayuda en las investigaciones sobre enfermedades degenerativas como la de Alzheimer y la de Parkinson, y también derrames cerebrales, los cuales están asociados con la muerte de neuronas.

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