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sábado, 26 de febrero de 2011

La biología de los efectos positivos y negativos del miedo

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Desde hace mucho, se sabe que ser consciente de un peligro inminente puede aumentar la habilidad humana de detectar leves cambios en el entorno, ya sean visuales, sonoros o de otro tipo. Por ejemplo, el leve crujido de una hoja seca puede delatar la aproximación sigilosa de un depredador. Pero, por otra parte, también es obvio que el estrés y la ansiedad inducidos por una amenaza pueden afectar de modo negativo nuestra capacidad de pensar con claridad y de llevar a cabo tareas mentales complejas. En un nuevo estudio se ha comprobado de manera detallada el alcance de esta confrontación entre ambos efectos.

Dicha comprobación se ha hecho midiendo los cambios en la actividad eléctrica del cerebro, captados por una densa red de sensores colocados sobre el cuero cabelludo.

El estudio lo ha llevado a cabo el equipo de Alexander Shackman y Richard Davidson, ambos de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Enfrentados a un riesgo, los sujetos de estudio, que se ofrecieron voluntariamente para el mismo, mostraron una mayor actividad en los circuitos cerebrales responsables de captar información visual, pero también un nivel de señal más débil en la circuitería responsable de analizar y valorar esa información. Cuando el riesgo desaparecía (y por lo tanto, el estrés y la ansiedad) el efecto se invertía: El cerebro destinaba menos potencia para la vigilancia, y más potencia para la toma de decisiones estratégicas.

El miedo nos hace más sensibles a nuestro entorno externo como una forma de identificar un peligro potencial y por dónde se acerca, pero interfiere en nuestra capacidad de pensamiento complejo.

En los últimos años, algunos teóricos han defendido la hipótesis de que esta confrontación de capacidades podría reflejar la interacción entre dos sistemas cerebrales que funcionan al mismo tiempo: Uno sería responsable de la detección rápida de los estímulos externos. El otro se ocuparía del proceso más lento de evaluar cuidadosamente esa información entrante. El estrés desbarata el equilibrio entre esos sistemas.

Nuestra habilidad de realizar tareas complejas se ve perturbada precisamente cuando aumenta la cantidad de información que recibimos a través de los ojos y los oídos. Cuando somos conscientes de que estamos en peligro, nuestro cerebro absorbe una mayor cantidad de información sensorial, pero al mismo tiempo experimentamos dificultades para concentrarnos en ese gran caudal de datos.

La confusión resultante favorece las acciones rápidas, irreflexivas, dictadas más por el instinto de supervivencia que por el razonamiento lógico, como por ejemplo echarse a correr al oír ese crujido de una hoja seca. En el pasado de nuestra especie, la evolución sin duda favoreció al nerviosismo incontrolable que empuja a las personas a reaccionar así.

Más información en:

Scitech News

lunes, 14 de febrero de 2011

La especie humana no destaca por su inteligencia sino por ser sensible a las emociones y reacciones del entorno

l cerebro humano es un "órgano social", que marca la diferencia con los animales

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

La especie humana no destaca por su inteligencia sino porque tiene la facultad "innata, inconsciente y automática" de ser sensible a las emociones y reacciones de los demás, según explica el doctor Manuel Martín-Loeches, responsable de la Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto Universidad Complutense-Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humano.

Durante su ponencia, dentro del acto organizado este miércoles por el Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud, ha tratado de "desmitificar" que la especie humana sobresale por su inteligencia. "Siempre se destaca que somos la especie con más inteligencia, por tener el cerebro más grande, por solucionar problemas y, casi, predecir el futuro", sin embargo, a su juicio, una de las facetas más importantes del cerebro es la relacionada con la interacción social.

Por tanto, "si el ser humano se diferencia en algo de otras especies es en que estamos especializados en detectar el contenido de la mente de otras personas". Además, según afirma este experto en una entrevista a Europa Press, el cerebro tiene la capacidad de reproducir internamente los acontecimientos sociales, de manera similar a como si el propio individuo ejecutara no sólo su papel, sino el de aquellos con quienes se relaciona.

"Queda demostrado cuando constatamos las reacciones de nuestro cerebro ante las expresiones de los demás, ante lo que pueden estar pensando o ante sus intenciones", lo que significa que "la especie humana es muy sensible a lo que ocurre alrededor". Esta situación, indica, hace "vulnerable" también al ser humano, ya que, "al intentar captar los contenidos de las mentes de otras personas, los metemos en nuestra mente y eso nos influye".

Por ejemplo, advierte, es común entre la población verse influida por el estado de ánimo de otras personas, incluso puede contribuir a lo que se piensa o en los actos que se realizan. Por tanto, según Martín-Loeches, "se abren las puertas a la manipulación de los objetivos e intenciones de otros".

"ABIERTO A TODO"

En definitiva, "dota al ser humano de una sensibilidad hacia lo que le rodea", ya que "al tratar de anticipar lo que piensan otras personas hace que el cerebro sea más abierto a todo y pueda afectarle cosas muy peregrinas, como una música de fondo, el color de una pared, etc". En este sentido, es fundamental destacar el papel de las emociones que, explica, "nos mueven a prácticamente todo".

Así, se entiende el cerebro humano como "órgano social", ya que "el cerebro ha ido evolucionando y se ha convertido en un órgano especializado en entender la mente de los otros y en trabajar para que los demás nos entiendan". "Ahí está la clave que nos diferencia de otras especies animales", añade.

"Hasta las personas más frías y más maquinales siempre tienen las emociones funcionando, nunca se es insensible, sino que se es sensible a otras emociones", advierte.

Este mecanismo, que surgió originalmente por intentar captar todo lo que hay en la sociedad, tiene por tanto la peculiaridad de imitar. Los experimentos realizados han demostrado que cuando a un grupo de individuos se les sometía a cierta información, eran tan vulnerables que sus actos se veían influidos por esa información. Así, personas que trabajan con material relacionado con el envejecimiento terminaban trabajando y hablando de manera más lenta.

El experto recuerda que se trata de una facultad que puede verse en bebés de siete meses, que "pueden detectar la información que saben otras personas, sin que nadie les haya enseñado que cada persona tiene pensamientos diferentes". Es un mecanismo que se va desarrollando con la edad y la exposición a los demás.

lunes, 3 de enero de 2011

Existen datos científicos que demuestran que la Impulsividad y suicidio van de la mano



Existen datos bioquímicos, genéticos y psicopatológicos que relacionan claramente la impulsividad con depresión, ansiedad, agresión y suicidio. De hecho, en el caso concreto de la conducta suicida, esta relación es tal que los expertos consideran que es un factor de predisposición importante en alrededor del 70% de dichas conductas.

Aunque una persona tenga deseos de acabar con su vida, sin impulsividad y/o ansiedad no se suicidará ni llevará a cabo ningún tipo de acto violento, ya que no existe la decisión de la ejecución, el paso al acto, para que el paciente acabe con su vida, explica la doctora Belén Arranz, coordinadora de Psiquiatría del Instituto Europeo de Neurociencias (IDN) de Barcelona, España.

La impulsividad no es una enfermedad, es un síntoma integrante de gran parte de la patología psiquiátrica, que está asociado a trastornos como el suicidio, la depresión y la ansiedad, las adicciones, la bulimia, la esquizofrenia, el juego patológico o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad entre otros. En este sentido, se puede afirmar que entre el 15 y el 25% de la población padece trastornos por impulsividad patológica.

Aunque la prevalencia de los trastornos del impulso como tales -sin estar asociados a otras patologías psiquiátricas- es baja, la prevalencia de la impulsividad asociada a otras patologías psiquiátricas como trastornos de la conducta alimentaria, juego patológico o dipsomanía (en las que la impulsividad seria la patología nuclear) aumenta considerablemente. Además, desempeña un papel importante como síntoma asociado en otras muchas enfermedades mentales, como los trastornos bipolares, la esquizofrenia, ciertas deficiencias mentales, etc., llegando en muchas ocasiones a ser la clave de su diagnóstico, aclara el doctor Salvador Ros Montalbán, Director Médico del Instituto Europeo de Neurociencias (IDN).

De todas formas (y como casi todos hemos experimentado) la impulsividad no siempre es mala. A pesar de que tiende a considerarse como una característica negativa, puede desempeñar un importante papel en el comportamiento normal de las personas, puesto que la impulsividad moderada puede ser evaluada como un rasgo socialmente beneficioso y admirado (decisión, rapidez en las respuestas). La intensidad de la impulsividad es la que la convierte en patológica o disfuncional (con predisposición a reacciones rápidas, no planeadas, ante estímulos internos o externos, sin considerar las consecuencias negativas de esas acciones).

La impulsividad se convierte en patológica cuando, frente a una determinada situación, el individuo no puede demorar el momento de satisfacer una necesidad. Cuando una persona no puede controlar la necesidad, por ejemplo, de beber o de comer, pueden aparecer conductas alcohólicas o bulímicas, si no puede demorar una relación sexual, aparece la adicción al sexo. Puede ocurrir, igualmente, que el individuo experimente una cierta incapacidad en el control de la relación en situaciones sociales y se sienta irritado y molesto reaccionando con agresividad e incluso con violencia. En definitiva, hablamos de impulsividad patológica cuando la persona es incapaz de inhibir una respuesta que en condiciones normales debería poder ser controlada, explica Ros.

Existen diferentes estrategias psicofarmacológicas para el tratamiento de los trastornos del control de impulsos: cuando este trastorno acompaña a otra patología de base, el tratamiento se dirige fundamentalmente a la principal patología, y cuando se trata de trastornos puros tradicionalmente se han empleado antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y antipsicóticos, pero en los últimos años la aparición de nuevos anticonvulsivantes o antiepilépticos está relegando a estos fármacos a un segundo lugar.

En la actualidad, contamos con una nueva generación de fármacos antiepilépticos eficaces en el tratamiento de la conducta impulsiva -dice Ros-. En concreto, topiramato ha demostrado en numerosos estudios (doble ciegos, abiertos, pilotos, , etc.) ser un tratamiento eficaz para tratar la impulsividad en distintos tipos de patología psiquiátrica: con su utilización disminuyen todos los aspectos relacionados con la urgencia o necesidad de llevar a cabo una conducta impulsiva. Además, cuenta con unos índices de tolerancia y seguridad muy interesantes.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Pasión Amorosa Mitiga el Dolor Físico

La Pasión Amorosa Mitiga el Dolor Físico
10 de Noviembre de 2010. Foto: Stanford UniversityLos sentimientos de amor apasionados e intensos pueden proporcionar un alivio increíblemente eficaz contra el dolor, similar al de analgésicos o al de drogas como la cocaína, según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
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Cuando la gente está en esta fase apasionada e intensa del amor, hay alteraciones significativas en el estado de ánimo que influyen en la percepción del dolor. Así lo ha constatado el equipo del Dr. Sean Mackey, jefe de la División de Manejo del Dolor, y profesor de anestesia.

No es que los autores de este estudio pretendan sugerir a los pacientes con dolor crónico que abandonen los analgésicos y los sustituyan por una apasionada aventura amorosa. Lo que esperan es que un mejor conocimiento de estas vías de recompensa neuronal que el amor activa pueda conducir a nuevos métodos para aliviar el dolor.

Las áreas del cerebro activadas por el amor intenso son las mismas áreas que los fármacos usan para reducir el dolor, como indica el psicólogo Arthur Aron de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook. Aron ha estudiado los efectos mentales del amor durante 30 años. Al pensar en el amado o amada, hay una intensa activación en el área de recompensa del cerebro, la misma que se activa cuando se consume cocaína o cuando se gana mucho dinero.
Aron, Mackey y Jarred Younger decidieron realizar una investigación basada en examinar escaneos de los cerebros de estudiantes universitarios que afirmasen estar en esa fase de amor intenso.

Para reclutar a personas en esa situación, colocaron carteles en el campus de la Universidad de Stanford y al cabo de pocas horas ya se les comenzaron a presentar parejas de voluntarios. En los anuncios se solicitaban parejas de enamorados con no más de nueve meses de relación amorosa.

Los investigadores intencionadamente se concentraron en esta fase inicial de la pasión amorosa, dejando de lado las fases más maduras y duraderas de la relación. Ellos querían sujetos que pensaran de modo obsesivo, enérgico y eufórico sobre su persona amada, anhelando su presencia a todas horas.

A los estudiantes se les comprobaron los niveles de alivio al dolor.

Se sabe, gracias a investigaciones científicas previas, que la distracción alivia el dolor. En el nuevo estudio, el amor pasional logró el mismo efecto, pero a través de una vía cerebral muy diferente.

Con la distracción, las vías cerebrales que conducen al alivio del dolor son mayormente cognitivas. La reducción del dolor por este método está asociada con partes elevadas de la corteza cerebral. La analgesia inducida por el amor pasional está mucho más asociada con los centros de recompensa. Parece implicar a aspectos más primitivos del cerebro, activando estructuras profundas que pueden bloquear el dolor mediante un mecanismo similar al de los analgésicos opioides.

Uno de los puntos cerebrales clave para la analgesia inducida por el amor pasional es el núcleo accumbens, un centro implicado en la adicción y el placer suscitados por la cocaína y otras drogas.

Información adicional en:



El Pesimismo en los Perros

10 de Noviembre de 2010. Foto: U. BristolEn un reciente estudio, se han obtenido nuevos y reveladores datos sobre la mente de los perros. Se ha constatado que los que muestran síntomas de ansiedad cuando se les deja solos también tienden a mostrar un comportamiento "pesimista".
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La investigación ha sido hecha por expertos de la Universidad de Bristol. Sus resultados aportan una información importante sobre las emociones de los perros, y van a permitir conocer mejor las causas exactas de las reacciones de estos animales cuando, conviviendo con humanos, se quedan solos en el hogar durante unas horas.

Tal como apunta el profesor Mike Mendl, director del grupo de investigación de Conducta y Bienestar Animal en la Escuela de Ciencia Veterinaria Clínica de la mencionada universidad, quien dirigió el estudio, todos tendemos a pensar que nuestras mascotas y otros animales domésticos experimentan las emociones de manera similar a como lo hacemos nosotros, pero no tenemos modo de averiguarlo de forma directa porque las emociones son esencialmente privadas.

Sin embargo, tal como se ha demostrado en este nuevo estudio, es posible usar los hallazgos de la psicología humana para desarrollar nuevos modos de evaluar las emociones de otros mamíferos superiores.

Es bien sabido que los estados emocionales de las personas afectan a sus valoraciones, y que las personas felices son más propensas a juzgar positivamente una situación ambigua. Lo que ha mostrado el nuevo estudio es que esto se aplica de modo similar a los perros, o, dicho de forma llana, que un perro optimista es menos propenso a sufrir ansiedad cuando se le deja solo que uno de naturaleza más pesimista.

Para estudiar las decisiones "pesimistas" u "optimistas", se entrenó a perros en dos centros de acogida del Reino Unido, hasta que aprendieron que cuando se situaba un cuenco en un lugar en una habitación (la posición "positiva") dicho cuenco contenía comida, pero cuando se situaba en otro lugar (la posición "negativa") estaba vacío. El cuenco fue situado entonces en lugares ambiguos entre las posiciones negativa y positiva.

Los perros que corrían rápido hacia estos lugares ambiguos, como si esperaran la recompensa alimenticia, fueron clasificados como los que tomaban decisiones optimistas. Significativamente, estos perros también tendían a ser los que mostraban un menor nerviosismo cuando se les dejaba solos durante un periodo corto de tiempo.

jueves, 28 de octubre de 2010

A LOS CUATRO AÑOS DE EDAD, LOS NIÑOS YA ENTIENDEN LA IRONIA

Miércoles, 20 de Octubre de 2010 09:33

Los hallazgos realizados en una nueva investigación de la Universidad de Montreal revelan que los niños de cuatro años de edad son capaces de entender y usar la ironía. Este estudio podría influir en el modo en que los padres se comunican con sus retoños.

En estudios anteriores se había llegado a la conclusión de que antes de los 8 ó 10 años de edad no se entendía la ironía. Sin embargo, esos estudios fueron realizados mayormente en un entorno de laboratorio y se centraron sobre todo en el sarcasmo.

En cambio, en el nuevo estudio, el equipo de Stephanie Alexander (Departamento de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Montreal) examinó niños en sus casas y tomó en cuenta cuatro tipos de lenguaje no literal: hipérboles, eufemismos, sarcasmos y preguntas retóricas (preguntas que se hacen por su efecto retórico, y de las que no se espera una contestación).

El estudio, realizado en colaboración con Holly Recchia de la Universidad de la Concordia, reveló que los niños entendieron al menos un comentario irónico realizado por uno de los progenitores. Lo descubierto indica que los niños pueden entender completamente este lenguaje a los seis años de edad, y que ciertas formas de ironía como las hipérboles son comprendidas incluso antes, a los 4 años de edad.

En 22 de las 39 familias estudiadas, el sarcasmo fue el que mejor entendieron en general los niños. En la mayoría de casos, la hipérbole y el sarcasmo fueron los usados más a menudo durante interacciones positivas con los niños, mientras que las preguntas retóricas y los eufemismos fueran usados con mayor frecuencia en situaciones de conflicto. Además, las madres y los padres no usaron la ironía de la misma forma. Las madres preferían usar las preguntas retóricas y los padres los sarcasmos.

Scitech News

PROCEDENCIA CULTURAL DEL OBSERVADOR Y PERCEPCION DE LAS EMOCIONES

Psicología
Jueves, 21 de Octubre de 2010 08:33

¿Desea saber cómo se siente un japonés? Preste atención al tono de su voz, no a su rostro. De todas maneras, esto es lo que haría otro japonés. Un nuevo estudio ha examinado cómo los holandeses y los japoneses evalúan las emociones de otros, y ha descubierto que los holandeses prestan más atención a la expresión facial que los japoneses.

"Como los humanos somos animales sociales, es importante que comprendamos el estado emocional de otras personas para mantener buenas relaciones", subraya Akihiro Tanaka del Instituto Waseda para Estudios Avanzados en Japón.

La mayoría de las investigaciones acerca de la comprensión del estado emocional de otros se ha realizado sobre las expresiones faciales. De ahí que Tanaka y sus colegas en Japón y Holanda se propusieran averiguar cómo el tono vocal y las expresiones faciales interactúan en la transmisión de emociones entre dos personas.

Para el estudio, Tanaka y sus colaboradores elaboraron un vídeo de actores diciendo una frase con un significado neutral de dos maneras distintas: con enojo y con alegría. Esto se hizo tanto en japonés como en holandés. Luego manipularon los vídeos de modo que también contuvieran grabaciones de alguien diciendo la frase enfadado pero con un rostro feliz, y diciéndola en tono alegre pero con cara de enojo.

Los voluntarios miraron los vídeos en su idioma nativo y en el otro idioma, y se les preguntó si la persona estaba feliz o enojada. Los investigadores descubrieron que los participantes japoneses prestaban mayor atención a la voz que los holandeses.

Esto tiene sentido al considerar las diferencias entre la forma de comunicarse de los holandeses y la de los japoneses, tal como señala Tanaka. Los japoneses tienden a ocultar sus emociones negativas recurriendo a sonreír, pero es más difícil ocultar las emociones negativas en la voz. Por lo tanto, los japoneses pueden estar acostumbrados a prestar atención a los matices de la voz de su interlocutor en busca de pistas emocionales. Esta diferencia podría provocar confusiones cuando un holandés, quien está acostumbrado a que el tono de voz y la expresión del rostro coincidan, habla con un japonés. El holandés puede ver un rostro sonriente y pensar que todo está bien, pasando por alto el tono disgustado en la voz.

Los resultados de este estudio podrían contribuir a una mejor comunicación entre culturas diferentes.

Scitech News

lunes, 25 de octubre de 2010

El 'flechazo' de Cupido llega al cerebro en menos de un segundo

MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -


Un reciente meta-análisis realizado por la investigadora de la Universidad de Syracuse Stephanie Ortigue revela que enamorarse

puede provocar no sólo una sensación de euforia parecida a la del consumo de cocaína, sino que también afecta a las áreas intelectuales del cerebro. También ha encontrado que el popularmente conocido como 'flechazo' toma aproximadamente un quinto de segundo en surtir efecto cerebral.

Los resultados del equipo de Ortigue revelan que cuando una persona se enamora, hasta 12 áreas del cerebro trabajan conjuntamente para liberar los productos químicos que inducen euforia, como la dopamina, la oxitocina o la adrenalina. El sentimiento de amor también afecta a sofisticadas funciones cognitivas, como la representación mental, las metáforas y la imagen corporal.

Los resultados plantean la pregunta: "¿Está el amor en el corazón, o el cerebro?". "Esa es una pregunta difícil siempre," dice Ortigue. "Yo diría que el cerebro, y el corazón también está relacionado, porque el concepto del amor es complejo y está formado por ambos procesos, de abajo a arriba y de arriba hacia abajo, desde el cerebro hasta el corazón y viceversa. Por ejemplo, la activación en algunas partes del cerebro puede generar estímulos para el corazón, las 'mariposas en el estómago'. Algunos de los síntomas a veces los sentimos como una manifestación del corazón que a veces puede venir desde el cerebro".

Ortigue es profesora asistente de psicología y adjunta de neurología, en el Colegio de Artes y Ciencias de la Universidad de Syracuse.

Otros investigadores --explica-- han encontrado que los niveles en sangre del factor de crecimiento nervioso o NGF, también aumentan en este proceso. Esos niveles fueron significativamente mayores en las parejas que acababan de enamorarse. Esta molécula implicada desempeña un papel importante en la química social de los seres humanos, o en el fenómeno de "amor a primera vista." "Estos resultados confirman que el amor tiene una base científica", dice Ortigue.

Los resultados tienen implicaciones importantes para la neurociencia y la investigación en salud mental, porque cuando el amor no funciona, puede ser una causa importante de estrés emocional y depresión. "Es otra investigación sobre el cerebro y en la mente de un paciente", dice Ortigue. "Al entender por qué se enamoran y por qué están tan afligidos, pueden utilizar las nuevas terapias". Al identificar las partes del cerebro estimuladas por el amor, los médicos y terapeutas puedan entender mejor los dolores de los pacientes enfermos de amor.

El estudio también muestra las diferentes partes afectadas en el cerebro al enamorarse. Por ejemplo, el amor incondicional, como el existente entre una madre y un niño, es estimulado por áreas cerebrales comunes y diferentes, incluyendo el centro del cerebro. El amor apasionado es estimulado por la parte de recompensa del cerebro, y también por las áreas asociativas cerebrales cognitivas de orden superior y las funciones cognitivas, tales como la imagen corporal.

Ortigue y su equipo trabajaron con un equipo de la Universidad de West Virginia y un hospital universitario de Suiza. Los resultados del estudio se publican en el Journal of Sexual Medicine.

sábado, 24 de julio de 2010

¿Los fetos tienen sueños?


Los resultados podrían ayudar a saber la existencia de enfermedades futuras

  • Mientras el bebé va creciendo adquiere conciencia dentro del útero materno, y el cerebro ya comienza a hacer de las suyas.

Se sabe que el feto mantiene indicios de comportamientos que se dan tras su nacimiento, como por ejemplo la experimentación de emociones.

¿Y qué pasa con los sueños?

Neurocientíficos de la Universidad Friedrich Schiller de Jena en Alemania y el matemático Karin Schwab se han puesto a investigar para intentar responder esta pregunta.

Estudiando la actividad del cerebro de fetos de oveja con 106 días de gestación, los investigadores utilizaron modelos matemáticos aplicados directamente sobre los mismos para comprobar su actividad.

Los resultados arrojaron que los fetos efectivamente sueñan antes de nacer, y que de hecho lo hacen antes de que se desarrolle el movimiento ocular rápido.

Además de aclarar la pregunta este estudio también podrían servir no sólo para el ser humano, sino que además esta técnica se piensa aplicar para comprobar también qué incidencia tienen los ruidos, estrés y otro tipo de estímulos ambientales en el desarrollo del feto y en la posible manifestación preliminar de futuras enfermedades.

viernes, 7 de mayo de 2010

Los Celos y la Atención
7 de Mayo de 2010. Foto: University of DelawareLos celos sí pueden cegar, al menos en el sentido de que provocan una pérdida de atención que impide fijarse en cosas que de otro modo resultarían detectables. Así lo indican los resultados de un nuevo estudio en el que se ha comprobado que a las mujeres a las cuales se les hacía sentir celos se distraían tanto con imágenes emotivas desagradables, que no podían detectar objetivos que estaban tratando de encontrar.
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Se sabe desde hace tiempo que las emociones implicadas en las relaciones sociales afectan a la salud física y mental, pero ahora resulta que las emociones sociales pueden literalmente afectar a lo que vemos.

Steven Most y Jean-Philippe Laurenceau, profesores de psicología de la Universidad de Delaware, y sus colegas, pusieron a prueba a parejas heterosexuales de enamorados en un experimento de laboratorio. Los miembros de la pareja se sentaban cerca pero ante ordenadores distintos. A la mujer se le pedía que detectara objetivos (imágenes de paisajes) entre flujos rápidos de imágenes, a la vez que trataba de no distraerse ante imágenes emocionalmente desagradables (truculentas) que aparecían de manera ocasional.

Al hombre se le pedía que evaluara la belleza de los paisajes que aparecían en la pantalla. En cierta fase del experimento, se anunciaba que el hombre evaluaría a partir de entonces el atractivo físico de otras mujeres.

Al final del experimento, a la mujer se le pedía que dijera cuán incómoda se sentía con la situación de que su compañero evaluara el atractivo de otras mujeres.

¿El resultado? Cuanto más celosas se sentían las mujeres, más se distraían por las imágenes desagradables, hasta el punto de no poder ver los objetivos. Esta relación entre los celos y "ceguera" inducida por emociones aparecía sólo durante el rato en que el hombre evaluaba el atractivo físico de otras mujeres, lo que ayudaba a descartar el papel de las diferencias iniciales de eficiencia entre las mujeres.

Los investigadores todavía no saben qué ocurre si en este experimento se invierten los roles, pasando a ser los hombres quienes busquen los objetivos en vez de las mujeres, y éstas las que evalúen el atractivo físico de otros hombres. Una investigación futura basada en tal inversión del experimento podría revelar si los hombres tienden a ser cegados por los celos más que las mujeres o menos.

Información adicional en:

jueves, 29 de abril de 2010

LA CAUSA DE QUE LAS EXPERIENCIAS PERSONALES DEN MAS FELICIDAD QUE LOS BIENES MATERIALES

LA CAUSA DE QUE LAS EXPERIENCIAS PERSONALES DEN MAS FELICIDAD QUE LOS BIENES MATERIALES PDF Imprimir E-mail
Psicología
Jueves, 29 de Abril de 2010 14:58

Más allá del nivel básico de bienes materiales que todos necesitamos para vivir de manera sana y confortable, la compra de objetos adicionales no esenciales, como un automóvil lujoso o un televisor de élite, no aporta, transcurridos los primeros días de disfrute, la misma felicidad duradera que nos brinda el recuerdo de aquella deliciosa excursión a un bosque cercano o ese entrañable picnic en el campo.

Foto: Cornell U.


¿Por qué las experiencias de esta última clase tienden a ser más satisfactorias que las proporcionadas por la compra de bienes materiales no esenciales? Un estudio reciente señala la causa: La excursión, el picnic, y otras experiencias agradables de esa clase son más difíciles de comparar con las de otras personas para determinar si son un poco mejores o un poco peores, ya que, de hecho, en más de un aspecto, son experiencias irrepetibles, que sólo le pertenecen a la persona que las ha vivido.

Así lo creen los psicólogos Thomas Gilovich y Travis J. Carter de la Universidad Cornell, después de haber llevado a cabo una investigación sobre el tema.

El resultado de la investigación indica que la gente obtiene una felicidad más duradera de sus experiencias que de sus posesiones materiales no esenciales, y aporta una explicación para ello.

La felicidad del materialismo es efímera porque se basa en objetos que pueden compararse fácilmente con otros de su clase, lo que a menudo despierta sensaciones de decepción poco tiempo después de la adquisición del objeto: Podríamos haber comprado ese televisor de lujo en una tienda donde lo tienen más barato. Podríamos haber esperado un poco más para así poder comprar el nuevo modelo que un amigo acaba de comprarse. Etcétera.

En cambio, una experiencia personal, como por ejemplo la excursión que usted realizó, aunque sea al mismo sitio que la que le narra un amigo y realizando las mismas actividades, no puede ser idéntica a la de él, ya que depende de las emociones y sensaciones que usted ha vivido. Su experiencia es sólo suya, personal e intransferible. Nadie más puede tenerla. Por eso no puede compararse con otras experiencias del modo fácil con que se comparan objetos materiales. Y por eso es más difícil que usted sienta que esa experiencia le decepciona al compararla con las de otras personas.

Las conclusiones prácticas de esta investigación, tal como sugiere Gilovich, son que, teniendo en cuenta que la gente obtiene una felicidad más duradera de sus experiencias que de sus bienes materiales no esenciales, es posible mejorar las oportunidades de hacer felices a los ciudadanos mediante políticas tendentes a facilitarles el acceso a experiencias del tipo de excursiones y picnics, las más fáciles de promover. Por ejemplo, si se aplican políticas para la creación y conservación de amplias zonas verdes en nuestra ciudad, lo tendremos más fácil para hacer ese picnic entrañable.

Scitech News

Controlar las emociones posibilita el surgimiento de líderes

Un nuevo estudio redescubre las virtudes de la flexibilidad sicológica en la gestión

Un nuevo estudio del Melbourne Business School descubrió que el autocontrol tiene efectos positivos en el desempeño de líderes y equipos de trabajo; a través del concepto de flexibilidad sicológica, los autores del estudio explican que aprendiendo a reconocer los sentimientos negativos, calmándolos y escogiendo reacciones más apropiadas existen más posibilidades de convertirse en líder de un equipo autogestionado, de mejorar el rendimiento de cada miembro del equipo, de sobresalir y de quedar más satisfecho con el desempeño propio. Por Catalina Franco R.


Fotografía de Mitarart. PhotoXpress.
La rabia y el enojo son características comunes en muchos jefes y líderes alrededor del mundo; es posible que algunos de ellos crean que por su poder tienen derecho a reaccionar como quieran o que, mirándolo desde el otro lado, crean que serán sus reacciones fuertes las que les ayuden a crear y a promover una imagen de poder y autoridad, y a que sus subalternos les tengan respeto o, mejor, miedo.

Lo que no saben estos líderes reactivos es que es, precisamente, evitando las explosiones de ira y las reacciones descontroladas que se crea una mejor imagen, se obtiene un mejor desempeño, se ayuda a construir una mejor labor por parte de los demás y se emerge como un líder más exitoso.

Al menos eso es lo que acaba de revelar un nuevo estudio del Melbourne Business School según el cual dejar el enojo a un lado reconociendo oportunamente los sentimientos negativos, calmándolos y escogiendo respuestas más apropiadas hay más posibilidades de surgir como líderes en equipos autogestionados.

La investigación desarrolla el concepto de flexibilidad sicológica, que se refiere a la separación entre la persona y sus emociones en el momento de reaccionar frente a una situación, en este caso cuando se trata de trabajo o se está en el ambiente laboral.

Ventajas de la flexibilidad sicológica

De acuerdo con los autores del estudio, existen varias ventajas para aquellos que aprenden a integrar la flexibilidad sicológica a sus vidas; como líderes ya posicionados gracias a actitudes controladas y positivas, las personas pueden contribuir efectivamente a mejorar el desempeño de cada uno de los integrantes de su equipo, serán percibidas como más sobresalientes y se sentirán más satisfechas con su rendimiento.

Esto sin mencionar que los líderes de otros equipos que no sean igualmente capaces de controlar sus emociones y reacciones no contarán con los mismos beneficios y serán derrotados por los miembros de los equipos de los líderes controlados en los diferentes conflictos que puedan presentarse.

Carol Gill, sicóloga organizacional y coautora del reporte, explica que “la flexibilidad sicológica, una destreza metacognitiva, es la habilidad de ser conscientes de los pensamientos, sentimientos e impulsos, suavizar esos que son improductivos y escoger las respuestas apropiadas.”

Además, añade que los trabajadores con altos niveles de flexibilidad sicológica son más reflexivos en vez de reactivos en sus respuestas lo que lleva a que se refleje una mayor percepción de control y a que se den más opciones de comportamiento.

Y, por el contrario, cuando un miembro del equipo muestra su falta de flexibilidad sicológica se producen efectos negativos para todos los demás y para el desempeño general.

Los directivos pueden aprovechar la flexibilidad sicológica

Los beneficios que trae la flexibilidad sicológica pueden ser muy bien aprovechados por los directivos, no solo para aplicarla ellos mismos como líderes de sus empresas y de distintos grupos de trabajo, sino también para enseñarla y promoverla entre sus empleados, contribuyendo así a la construcción de ambientes laborales más positivos y tranquilos, y a una mayor productividad en general.

Según Gill, la buena noticia es que es posible desarrollar la flexibilidad sicológica en las personas a través de aceptación y compromiso. Ella explica que “Ello implica capacitar a las personas para que sean conscientes de sus pensamientos y sentimientos, y tomen control de su comportamiento basando sus acciones en valores y metas en vez de en sus eventos internos”.

Sería importante que los directivos, y todo tipo de líderes, de empresas alrededor del mundo tuvieran en cuenta estos hallazgos para matizar un poco el ambiente de hostilidad que se vive actualmente en muchos lugares de trabajo y para aumentar la productividad a través del control de las emociones humanas y de una actitud positiva y constructiva.

lunes, 12 de abril de 2010

¿por que nos sonrrojamos?

SONROJARSE.

Cuando nos ruborizamos por algo (porque nos han cogido en una mentira, porque nos piropean, porque en definitiva nos avergonzamos) delatamos nuestro pensamiento. ¿Qué interés tiene el cuerpo en explicar a los demás cómo nos sentimos internamente en contra de nuestros deseos? ¿A qué se debe esa vulneración de nuestra intimidad?

Para uno de los primatólogos más reputados del mundo, Frans de Waal, el sonrojarse tendría que ver con la honestidad.

Nos ruborizamos como señal de que hemos evolucionado como especie sumamente cooperadora en comparación con otros animales. Es una manera de comunicarle al resto del grupo que somos conscientes del impacto de nuestras propias acciones, que nos interesa cooperar y nos preocupa la sinceridad.

Algunos investigadores sostienen que el hecho de que las mujeres tienden a ruborizarse más que los hombres también tendría una clara incidencia evolutiva: era una forma de demostrar a las posibles parejas su honestidad y fidelidad y conseguir así que éstas les ayudaran con la descendencia. ¿Esto explicaría que una pareja sonrojada resulte más atractiva? ¿Tiene algo que ver con el uso de colorete?

Tan embarazoso puede llegar a ser el rubor facial, una tendencia patológica a ruborizarse en público sin motivo aparente ni consciente que puede provocar a quienes la padecen graves problemas psicológicos y hasta fobia social, que hasta hay gente que se opera para eliminarlo. Consiste en eliminar, mediante cirugía endoscópica, los ganglios del sistema nervioso simpático, situados en las axilas y encargados de controlar la sudoración y el enrojecimiento de la cara y el cuello.

lunes, 15 de marzo de 2010

Las emociones negativas impactan la actividad cerebral

Reflexionar sobre las emociones ayuda a reducir el impacto negativo en el cerebro y en el psiquismo

Un estudio realizado en Estados Unidos ha revelado que las emociones impactan el cerebro, concretamente las regiones de la amígdala y la corteza insular. Pero también ha demostrado que no estamos indefensos ante ellas, porque dependiendo de la actitud que tomemos ante determinadas situaciones podemos controlar la actividad neuronal que las emociones nos provocan. Gracias a dichas actitudes podemos aumentar nuestro bienestar, y disminuir el impacto de las situaciones dolorosas. Por Yaiza Martínez.

Las emociones negativas impactan la actividad cerebral

Las emociones son fenómenos psicofisiológicos continuos que nos permiten adaptarnos a ciertos cambios de nuestro entorno. Psicológicamente, alteran la atención, condicionan nuestras conductas e incluso activan la memoria.

Desde el punto de vista fisiológico, además, las emociones producen respuestas en el cuerpo, en la forma de expresiones faciales o tonos de voz, por ejemplo. Pero, ¿qué influencia tienen las emociones en el cerebro?

Una investigación realizada en la Universidad de Standford, en Estados Unidos, ha analizado el efecto sobre el cerebro de nuestra capacidad de regular las emociones según sigamos dos estrategias distintas: la reconsideración cognitiva y la represión expresiva.

Según explican los científicos del departamento de psicología de dicha universidad, Philippe Goldin y James Gross, en un artículo aparecido en la revista Biological Psychiatry, la estrategia de reconsideración cognitiva (pensar sobre lo que está pasando) tendría un impacto temprano en el proceso de generación emocional, mientras que la represión expresiva (evitar que se note lo que estamos sintiendo) sería una estrategia de comportamiento cuyo impacto es tardío, dentro del proceso de generación emocional.

Imágenes cerebrales de las emociones

La reconsideración, según Goldin, es una estrategia cognitiva que altera la significación de una situación potencialmente desquiciante, y ha sido asociada anteriormente con niveles reducidos de emociones negativas e incremento positivo del bienestar.

Goldin pone el siguiente ejemplo para comprender esta estrategia en un comunicado de la Universidad de Stanford: si vemos a un médico suturando una herida de alguien, justo antes de dejarnos llevar por el horror de la visión de la sangre, podemos pensar que el paciente está siendo ayudado y que se recuperará.

Por el contrario, la represión es una estrategia del comportamiento que implica la inhibición de la expresión física (no llorar o reír, por ejemplo) provocadas por las emociones. En anteriores estudios, esta represión emocional ha sido asociada con el incremento de la respuesta fisiológica a las emociones, así como con la reducción del bienestar. Es decir, cuando una emoción es reprimida, el cuerpo puede manifestar un síntoma específico y por lo general la persona disminuye su nivel de bienestar o felicidad.

Pero, hasta la fecha, explican los científicos en Biological Psichiatry, no se había realizado un estudio que investigase directamente las bases neuronales de estas estrategias emocionales. Para conseguirlo, recurrieron a la exploración por resonancia magnética funcional (fMRI, una técnica que permite medir la respuesta hemodinámica o de los flujos sanguíneos, relacionada con la actividad neuronal del cerebro.

Imágenes desagradables

Un total de diecisiete mujeres en buen estado de salud se prestaron voluntariamente a colaborar en el estudio. Todas las participantes fueron mujeres porque, según los científicos, presentan un mayor grado de reactividad emocional que los hombres, lo que facilitó el trabajo de investigación.

La investigación consistió en mostrar a dichas mujeres una serie de vídeos de 15 segundos de duración, neutros (como de paisajes) o desagradables (como matanzas de animales u operaciones quirúrgicas), en una pantalla situada a sólo 15 centímetros de sus caras. A las voluntarias se les pidió que, ante las imágenes, siguieran una de las estrategias de regulación emocional antes mencionadas, es decir, que reprimieran sus expresiones faciales, aunque no sus emociones, o que reflexionaran sobre el significado de lo que estaban viendo.

Mientras veían las imágenes, una cámara colocada cerca de la pantalla de vídeo grabó las expresiones de sus rostros, registrando cada mueca o tic. Además, su actividad cerebral fue medida con la fMRI, lo que permitió a los científicos comparar las áreas del cerebro que se activaban según la estrategia emocional seguida por las participantes. Inmediatamente después de ver las imágenes, las mujeres informaron por último sobre el grado de experimentación emocional que habían sufrido.

Tal y como explica James Gross en el citado comunicado de Stanford, para poder comprender qué sucede cuando la gente controla emociones muy intensas en su vida diaria, los científicos tuvieron que provocar emociones potentes, de manera que pudieran distinguirse bien las partes del cerebro que se activaban por las emociones y también por las estrategias de regulación emocional.

Resultados

Las imágenes de la fMRI revelaron que, independientemente de la estrategia empleada por las voluntarias, dos áreas del cerebro están asociadas con la activación emocional: la amígdala y la ínsula o corteza insular.

Sin embargo, el grado de actividad neuronal en cada una de estas dos regiones, así como el tiempo de actividad, era marcadamente distinto dependiendo de si la persona seguía la estrategia de reconsideración cognitiva o la de represión.

Al final de cada video, la estrategia de reinterpretación consiguió reducir las emociones negativas, según las mediciones de las expresiones faciales de las participantes. Asimismo, redujo también la excitación neuronal, según las imágenes de fMRI tomadas. Estos datos fueron confirmados por las declaraciones de las propias voluntarias. De hecho, la técnica condicionó los sentimientos de las participantes muy rápidamente.

Por el contrario, la represión de la expresión facial resultó en un incremento de la actividad neuronal en la amígdala y la ínsula, aumentó la reactividad emocional durante la visión del vídeo, así como el tiempo en que resultó más difícil mantener el rostro “inexpresivo”. En resumen, sólo la reconsideración cognitiva resultó efectiva para controlar las emociones y redujo la respuesta fisiológica del sujeto, mientras que la represión realmente incrementó los niveles de estrés de las voluntarias.

A pesar de estos resultados, Groos y Goldin señalan que ambas estrategias funcionan bien en determinadas situaciones, mientras que en otras no. Por ejemplo, si alguien está sometido a abusos, no debe utilizar la reconsideración para justificar el comportamiento de la persona que lo daña. Por otro lado, la represión puede ser a menudo crucial para situaciones en las que las emociones realmente deben controlarse.

Las emociones juegan un importante papel en la vida humana, por lo que regularlas resulta esencial tanto para nuestra salud mental como para nuestra salud física. A la inversa, la dificultad para gestionarlas puede suponer el surgimiento de desórdenes mentales y de ansiedad.

Lo que realmente aporta de nuevo esta investigación es comprobar que las emociones no dejan indiferente a la actividad cerebral. Por otro lado, también ha establecido que la represión de las emociones activa la amígdala y la ínsula. Asimismo, que reflexionar sobre las emociones ayuda a reducir el impacto negativo en el cerebro y en el psiquismo.

Por último, los autores de esta investigación destacan que sus conclusiones no pueden generalizarse, ya que hay circunstancias especiales en las que, más que reflexionar sobre lo que nos hace sufrir, es preciso reaccionar, mientras que también hay otras en que la represión de las emociones ayuda a controlar una situación delicada.

lunes, 1 de marzo de 2010

CAUCASICOS Y ASIATICOS NO EXAMINAN ROSTROS DEL MISMO MODO




Según una nueva investigación realizada por Caroline Blais, del Departamento de Psicología de la Universidad de Montreal, el reconocimiento de expresiones faciales no es universal, y los caucásicos y los asiáticos no examinan las caras del mismo modo.

Estudios anteriores habían mostrado que las personas recolectan la información acerca del rostro de alguien mayormente estudiando los ojos y la boca. "El problema es que en estos estudios siempre se utilizó a sujetos de prueba caucásicos", señala Blais.

Se comenzó a poner en tela de juicio la universalidad del reconocimiento facial después de que algunos estudios mostraran que los asiáticos estudian una cara como un todo, mientras que los caucásicos dividen la cara en partes distintas.

Para analizar cómo exactamente los 14 participantes caucásicos en el nuevo estudio y los 14 asiáticos examinaban rostros, Blais usó una cámara que rastrea movimientos de los ojos.

Como parte del experimento, se mostró a los sujetos 112 caras caucásicas y asiáticas, y se les pidió que dijeran si las habían visto antes y cuál era el rasgo dominante. El estudio confirmó que los caucásicos estudian el triángulo de los ojos y la boca, mientras que los asiáticos se centran en la nariz como punto central desde el que evaluar el rostro como un todo.

Los sujetos caucásicos y los asiáticos eran eficientes reconociendo por el rostro a personas de su propio grupo étnico, y ambos grupos tenían el mismo nivel de dificultad para identificar a gente de otro grupo étnico. Según Blais, esto apoya la idea de que los caucásicos analizan caras de ese modo detallista y los asiáticos de la citada manera global.

En un segundo experimento, los sujetos de prueba tuvieron que identificar una emoción: sorpresa, miedo, asco o alegría. Los asiáticos mayormente se concentraban en los ojos y no lo suficiente en la boca, lo cual hizo que identificaran mal algunas emociones.

"Los asiáticos tuvieron problemas particulares con las emociones negativas. Confundían el miedo y la sorpresa, así como el asco y la ira", explica Blais. "Esto se debe a que evitaban mirar a la boca, la cual proporciona mucha información sobre estas emociones".

Blais cree que la explicación de por qué los humanos no examinamos las caras siguiendo una pauta universal podría estar en factores culturales o biológicos.

Scitech News

miércoles, 24 de febrero de 2010

Reímos y Lloramos del Mismo Modo en Todas las Culturas

24 de Febrero de 2010. Foto: Wellcome TrustUnos investigadores dirigidos por la profesora Sophie Scott del University College de Londres han estudiado el grado de similitud que en individuos de culturas diferentes tienen los sonidos sin palabras asociados a emociones como la alegría, la ira, el miedo, la tristeza, el asco y la sorpresa.


La gran mayoría de nuestra configuración genética es igual en todos los humanos, lo cual implica que la mayor parte de nuestras características físicas son similares. También compartimos otros atributos, como el tener complejos sistemas de comunicación para transmitir nuestros pensamientos y sentimientos y para captar las intenciones de quienes nos rodean, y también es típico en humanos el que podamos expresar una amplia gama de emociones mediante el lenguaje, los sonidos sin palabras, las expresiones faciales y los gestos.

Sin embargo, el modo en que nos comunicamos no siempre es el mismo. Por ejemplo, las personas de culturas diferentes no sólo tienen idiomas distintos sino que en algunos casos el significado que otorgan a los gestos es también diferente.
La investigadora Disa Sauter (University College de Londres) estudió personas de Gran Bretaña y de los Himba, un grupo de más de 20.000 personas que viven en pequeños asentamientos en el norte de Namibia. En esos asentamientos muy remotos, donde fueron recolectados los datos para el estudio actual, los individuos llevan vidas completamente tradicionales, sin electricidad, agua corriente, formación académica, o contacto con personas de otros grupos.

Los participantes en el estudio escucharon un cuento corto cuya trama giraba alrededor de una emoción particular, por ejemplo, cuán triste estaba una persona porque un pariente había fallecido recientemente. Al final de la historia, oyeron dos sonidos, por ejemplo de llanto y de risa, y se les pidió que identificaran cuál de los dos reflejaba la emoción expresada en la historia. El grupo británico oyó sonidos hechos por los Himba y viceversa.

Las personas de ambos grupos encontraron que las emociones básicas (ira, miedo, asco, alegría, tristeza y sorpresa) resultaban las más fácilmente reconocibles. Esto respalda por tanto la noción de que las vocalizaciones no verbales de estas emociones son similares en todas las culturas humanas.

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viernes, 19 de febrero de 2010

EL AUTOCONTROL ES CONTAGIOSO

Renunciar a comer esas galletas tan sabrosas pero que engordan, o caer en la tentación y dar buena cuenta de ellas, puede depender no sólo de nuestra fuerza de voluntad sino también de la de quienes nos rodean. Una investigación ha revelado que el autocontrol es contagioso, y que también lo es la falta de éste.

Los hallazgos hechos por Michelle vanDellen, profesora visitante en el departamento de psicología de la Universidad de Georgia, son el resultado de cinco experimentos realizados por separado a lo largo de más de dos años junto con Rick Hoyle, coautor del estudio, en la Universidad Duke.

En estos experimentos con cientos de voluntarios, los investigadores han descubierto que observar a alguien con un buen autocontrol, o incluso tan sólo pensar en esa persona, aumenta las probabilidades de que los espectadores ejerzan el suyo.

Y también han comprobado que lo mismo ocurre a la inversa: Las personas con mal autocontrol influyen negativamente en los demás.

El efecto es tan poderoso que el mero hecho de ver el nombre de alguien con buen o mal autocontrol destellando en una pantalla durante sólo 10 milisegundos cambió el comportamiento de los voluntarios.

La conclusión práctica de este estudio es que recibir influencias sociales positivas mejora nuestro autocontrol, y que, si lo mostramos, también estamos ayudando a hacer lo mismo a las personas de nuestro entorno.

Las personas tendemos a imitar el comportamiento de la gente de nuestro entorno. Y fenómenos tales como el tabaquismo, el consumo de drogas y la obesidad tienden a propagarse a través de las redes sociales.

Sin embargo, el estudio de vanDellen parece ser el primero en demostrar que el autocontrol también se "contagia" a través del comportamiento. Eso significa que pensar en alguien que se autocontrola con regularidad y logra así cosas que de otro modo no conseguiría, puede hacer que nos esforcemos más para alcanzar nuestras metas profesionales o cualquier otra cosa para la que necesitemos ejercer el autocontrol.

Scitech News

miércoles, 17 de febrero de 2010

Relaciones de Amistad Para Combatir el Sobrepeso


17 de Febrero de 2010. Foto: U. BuffaloLos padres son muy conscientes de la influencia de los amigos sobre el comportamiento de sus hijos, incluyendo cómo se visten, cómo se peinan, si beben o si fuman. Un nuevo estudio de laboratorio ha demostrado que los amigos también pueden influir en cuánto comen los adolescentes.


Considere un joven que por regla general vuelve solo a casa después de ir a la escuela y que suele entretenerse parte del tiempo comiendo cosas apetitosas sin tener hambre de verdad, mayormente por aburrimiento y por tener a mano esos alimentos. Pero un día tiene una cita con un amigo y se socializa en lugar de comer. En este caso, el socializarse actúa como un sustituto de comer. Identificar sustitutos brinda una forma potencial de reducir ese comportamiento de comer en exceso.

Así lo señala Sarah-Jeanne Salvy, profesora de pediatría en la División de Medicina del Comportamiento de la Universidad en Búfalo (Universidad Estatal de Nueva York) y coautora del estudio.

Lo descubierto en esta investigación acentúa la importancia de considerar la red social del joven cuando se examina la motivación para comer en los adolescentes.

Los intentos previos de encontrar sustitutos para el hábito de comer cuando no se debe, no han sido muy satisfactorios. Sin embargo, ninguna investigación de la que Salvy y su equipo tengan conocimiento ha sido dedicada a analizar si las interacciones sociales pueden ser un sustituto para la comida en niños y adolescentes.

En el estudio participaron 54 jóvenes con y sin sobrepeso (24 niños y 30 niñas), con edades entre los 9 y los 11 años. A cada cual se le asignó aleatoriamente traer a un amigo o estar con alguien de su edad pero desconocido.

Los participantes en el estudio jugaron con un videojuego para obtener puntos intercambiables por comida o por tiempo para pasarlo con su amigo o con un desconocido.

El juego se volvió cada vez más difícil, y los puntos por comida y amigos fueron más difíciles de obtener. Los investigadores provocaron esta situación para poder medir cuánto deseaba esforzarse cada participante por comida, cuánto por tiempo con su amigo, y cuánto por tiempo con un desconocido.

En el estudio, los participantes a los que se les asignó un desconocido para el tiempo que podían obtener para pasarlo con alguien, pasaban a obtener tiempo con el desconocido cuando se hacía más difícil esforzarse por comida, en tanto que cuando se hacía más difícil esforzarse por tiempo con el desconocido, pasaban a obtener comida.

Sin embargo, los participantes a los que se les asignó un amigo para el tiempo que podían obtener para pasarlo con alguien, continuaron esforzándose para conseguir tiempo con él, en lugar de hacerlo por comida.

No tener amistades, ya sea por sufrir el rechazo de los compañeros o simplemente por falta de oportunidades, puede limitar el acceso del niño o adolescente a situaciones y escenarios sociales. Como resultado, estos jóvenes pueden acabar eligiendo dedicar su tiempo libre a comer cosas apetitosas y a realizar actividades sedentarias cuando no están disponibles las alternativas sociales.

Información adicional en:

lunes, 15 de febrero de 2010

El amor, una droga poderosa y altamente adictiva



Si bien es cierto que para explicar el amor, deben tomarse en cuenta factores culturales y sociales, la neurociencia ha logrado establecer el mecanismo de la "borrachera bioquímica" que causa el enamoramiento. Sin pretender dejar de lado a todas las otras ciencias que explican el amor como una emoción, la neurociencia ha indagado desde hace dos décadas en las correlaciones que existen entre los niveles de algunas sustancias químicas naturales, con sentimientos como el enamoramiento o el desamor.

La gente tiende a enamorarse de alguien que está a su alrededor, alguien próximo, pero especialmente nos enamoramos de personas que nos resultan desconocidas o misteriosas.

La antropóloga e investigadora norteamericana Helen Fisher, lleva más de 30 años estudiando la atracción interpersonal romántica. Hoy en día se le considera la experta más versada en el tema del amor, desde el punto de vista de la neurobiología. "Todo es química, cada vez que producimos un pensamiento, una motivación o una emoción siempre se trata de química", enfatiza Fisher, quien también es profesora de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos).

Con base en sus investigaciones, Fihsher considera que el proceso de enamoramiento se detona de manera distinta en hombres y mujeres. De hecho, las técnicas más avanzadas de neuroimagen han permitido examinar a detalle los cerebros de ambos géneros para establecer las diferencias. "Hombres y mujeres son igualmente apasionados, pero los hombres presentan mayor actividad cerebral en una zona relacionada con los estímulos sexuales visuales. Eso determina que los hombres vean pornografía y las mujeres, en cambio, empleen su tiempo arreglándose para agradar" explica la científica.

En el proceso de enamoramiento, los varones emplean la vista para encontrar pareja, porque desde la parte más primitiva de su cerebro, reciben un llamado para detectar a la mujer que le provea de los hijos más sanos. Las mujeres, en cambio, muestran actividad en tres zonas cerebrales relacionadas con la memoria y la rememoración, no sólo con la capacidad de recordar. "Esto se explica porque durante muchos siglos, las mujeres no podían basarse en la observación constante, sino en la retención de información. Por eso las mujeres recuerdan las promesas de los hombres y esperan que se cumplan. Se trata de un mecanismo de adaptación que las mujeres han poseído durante 4 millones de años para conseguir al hombre adecuado", señala Fisher.

El coctel del amor

Paralelamente, se incrementa la producción de norepinefrina (noradrenalina), que nos hace posible recordar toda clase de detalles ante lo que nos resulta novedoso.

El primer encuentro ocurre y muchas veces de manera completamente inesperada. De entre todas las personas que están a nuestro alrededor, centramos nuestra mirada en una que nos llama particularmente la atención, y en ocasiones sin dejarnos influir por los estándares de belleza o por el estatus. "La gente tiende a enamorarse de alguien que está a su alrededor, alguien próximo, pero especialmente nos enamoramos de personas que nos resultan desconocidas o misteriosas", explica Helen Fisher.

Comenzamos a sentirnos entonces interesados por esa persona especial, pero sin darnos cuenta, en nuestro cerebro se desata una intensa actividad en una región muy específica llamada área ventral tegmental, que es donde se origina la dopamina, el estimulante natural que produce sensaciones de plenitud, euforia y hasta cambios de humor. De repente, esa persona se convierte en el centro de nuestro mundo, y es precisamente porque desde hace millones de años, la dopamina es un estimulante que nos permite focalizar nuestra atención en los estímulos novedosos.

Paralelamente, se incrementa la producción de norepinefrina (noradrenalina), que nos hace posible recordar toda clase de detalles ante lo que nos resulta novedoso. El cerebro libera también otra sustancia en estado de enamoramiento: la feniletilamina. Esta última actúa sobre el sistema límbico y provoca las sensaciones y sentimientos comunes en el enamoramiento. La feniletilamina se puede encontrar en alimentos como el chocolate (¿será por eso que se regalan chocolates en señal de amor?), pero también es cierto que con leves modificaciones químicas, esta sustancia puede transformarse en anfetaminas o antidepresivos.

Por si fuera poco, durante el estado de enamoramiento los niveles de serotonina disminuyen, favoreciendo el pensamiento obsesivo. Esta sofisticada combinación de sustancias naturales está directamente relacionada con el llamado "Sistema de Recompensa del Cerebro", el cual impulsa a los humanos desde tiempos ancestrales a encontrar objetivos y tratar de conseguirlos.

En este caso, el enamorado focaliza toda su atención en la recompensa más grande de su vida: una pareja que transmita su ADN para toda la vida. Si este complejo mecanismo llega a desencadenarse, es muy poco probable que seamos capaces de contrarrestarlo.

De la misma manera que ocurre con todas las drogas, los enervantes del amor hacen que la adición se incremente hasta tornarse prácticamente incontrolable. Este dopaje nos puede conducir frecuentemente a la obsesión, compulsión, distorsión de la realidad, dependencia emocional, dependencia física y cambios de personalidad, que al final nos llevarían a pronuncia aquella peligrosa frase de "no puedo vivir sin ti".

El amor no correspondido

La radical disminución de las sustancias provocará una depresión, pero debemos asumirlo como un mecanismo catártico mediante el cual nuestro cuerpo nos da la oportunidad de comenzar desde cero

Por cierto, todas las adicciones importantes están asociadas con niveles altos de dopamina. Estudios del cerebro han corroborado que las regiones del cerebro que se activan al consumir cocaína, opiáceos y otras drogas, son las mismas que se activan en el cerebro enamorado. Sin embargo, el amor es una poderosa droga adictiva que provoca una feliz dependencia si eres correspondido, o una ansiedad triste, dolorosa y destructiva cuando te toca ser rechazado.

En este último caso, existe siempre un intento final y desesperado por conseguir ese amor imposible, ya que la dopamina es la sustancia asociada con la motivación y la modificación de nuestras conductas para alcanzar un objetivo en concreto, por difícil que este sea. Entonces surge un efecto conocido como "Romeo y Julieta", y ocurre cuando la dopamina aumenta a medida que percibimos mayor adversidad para obtener el amor de la persona que nos rechaza.

Es por esa razón que los "enfermos de amor" reciben la misma clase de tratamiento que los adictos a otras drogas, y se les recomienda simplemente "cortar de tajo". Es decir, evitar los lugares que se solían frecuentar, las canciones que se escuchaban en ese periodo y en general, evitar todo aquello que nos haga desear estar con ese amante egoísta.

Siempre se ha dicho que "del odio al amor hay un paso" y cuando menos químicamente, esto es bastante cierto. Las mismas sustancias que detonan el amor desencadenan el odio. Es sólo un juego de combinaciones químicas donde los límites son muy frágiles. Ese amor que hasta hace pocos días provocaba enorme euforia, se transforma en desprecio y resentimiento, como parte de una reacción neuroquímica de defensa.

Sin embargo, el cuerpo humano está también preparado para enfrentar el desamor, ya que no puede permitirse un desgaste energético tan alto. Así que al final, el amante rechazado se rendirá. Seguramente, la radical disminución de las sustancias provocará una depresión, pero debemos asumirlo como un mecanismo catártico benéfico, mediante el cual nuestro cuerpo nos da la oportunidad de comenzar otra vez, desde cero. (Incluye información del programa "Redes" de Eduardo Punset)

miércoles, 10 de febrero de 2010

La Importancia del Componente Dinámico de las Expresiones Faciales

10 de Febrero de 2010. Foto: MPI für biologische Kybernetik / Christian WallravenLa comunicación es un aspecto fundamental de la vida cotidiana. Este hecho queda bien reflejado por la amplia variedad de maneras en que las personas intercambiamos información, no sólo con palabras, sino también usando el rostro y otras partes del cuerpo. Un equipo de científicos del Instituto Max Planck para la Cibernética Biológica en Tubinga, Alemania, ha comprobado que las expresiones faciales en movimiento, como por ejemplo en una película, las podemos reconocer mucho mejor que en una fotografía estática. La secuencia de video tiene que ser por lo menos de una décima de segundo para que esta ventaja se materialice.


Una expresión facial puede decir mucho. En numerosas culturas, el balanceo vertical de la cabeza significa asentimiento, lo que ante las explicaciones de un interlocutor significa que le entendemos, en tanto que fruncir el ceño puede interpretarse, en el contexto adecuado, como una petición al interlocutor para que vuelva a explicar mejor lo que acaba de decir pues no lo comprendemos.
Los científicos del Instituto Max Planck para la Cibernética Biológica han constatado que podemos clasificar una expresión mucho mejor cuando se mueve de manera natural que cuando está "congelada" en una fotografía. Para adquirir la ventaja de la información dinámica, tenemos que ver la expresión en movimiento durante al menos 100 milésimas de segundo. Si la secuencia de video es más breve, nuestro cerebro es menos capaz de interpretar el movimiento facial. Algunas expresiones dependen de cambios en la orientación de la cabeza, por ejemplo un movimiento vertical o bien horizontal de ésta, en tanto que otras se basan en movimientos complejos que resulta difícil detectar en una imagen estática.

"Las expresiones faciales, de la misma manera que los ademanes y el movimiento corporal, son un fenómeno dinámico y tienen que ser investigadas con ayuda de secuencias de video, con el propósito de conseguir una mejor comprensión de la información dinámica que está siendo procesada", subraya Christian Wallraven, coautor del estudio.

Los resultados de este estudio también son relevantes para el campo de la animación por ordenador, ya que en esta especialidad el objetivo es crear avatares artificiales y animaciones faciales que sean capaces de comunicarse de modo realista.

Información adicional en: