¿Existe un límite físico a la cantidad de información que puede almacenar?
- J. Hawes, Huntington Beach, California
Responde Paul Reber, profesor de psicología de la Universidad Northwestern.
"¿Puede excusarme, señor Osborne? Mi cerebro está lleno", le pedía un estudiante a su maestro, en una clásica tira cómica de Gary Larson. La impasible respuesta a esta pregunta sería: "Pues no, casi seguro que tu cerebro no está lleno". Aunque debe haber algún límite físico relativo a cuánta memoria puede almacenar, aún así, es extremadamente grande. No debe preocuparse por quedarse sin espacio a lo largo de su vida.
El cerebro humano está formado por unas mil millones de neuronas. Cada neurona crea unas 1.000 conexiones con otras neuronas, lo que asciende a más de un billón de conexiones. Si cada neurona sólo puede almacenar un solo recuerdo, la falta de espacio sería un problema. Andaríamos sólo con unos cuantos gigabytes de espacio de almacenamiento, similar al espacio de un iPod o de una unidad flash USB. Sin embargo, las neuronas se combinan de modo que cada una contribuye con muchos recuerdos a la vez, aumentando de manera exponencial la capacidad de almacenamiento del cerebro a algo más cercano a 2,5 petabytes (1 Pb= 1 millón de gigabytes). Por comparación, si su cerebro funcionara como un grabador de vídeo digital de un televisor, los 2,5 petabytes serían suficientes para almacenar tres millones de horas de programas de televisión. Vamos, que tendrías que dejar el televisor funcionando continuamente durante más de 300 años para agotar todo lo almacenado.
La capacidad de almacenamiento del cerebro para memorizar es difícil de calcular de manera exacta. En primer lugar, no sabemos cómo medir el tamaño de una memoria. En segundo lugar, ciertos recuerdos participan de más detalles y, por tanto ocupan más espacio, y otros recuerdos se olvidan, así que liberan espacio. Además, también hay alguna información que simplemente no vale la pena recordar.
Esto es una buena noticia, porque nuestro cerebro se mantiene al día a medida que buscamos nuevas experiencias en nuestra vida. Si la vida humana se amplía de manera significativa ¿podríamos llenar nuestros cerebros? Tampoco estoy seguro. Pregúntame de nuevo dentro 100 años.
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