¿Qué pasaría si usted se formara una opinión muy firme sobre un tema, y después descubriera que la mayoría de la gente no está de acuerdo? Cabría suponer que tal revelación le animaría a revisar su opinión. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que la gente, al menos en casos en los que es fácil para la persona creer que tiene razón y que los demás se equivocan, a menudo reacciona justo a la inversa: El sujeto adquiere más confianza en su punto de vista cuando descubre más tarde que la mayoría de las personas está en desacuerdo con él.
Richard Petty, coautor del estudio y profesor de psicología de la Universidad Estatal de Ohio, cree que ello se debe a que el sujeto se siente orgulloso por ser capaz de refutar, sin más ayuda que su propia mente, una opinión que la mayoría de la gente ha aceptado. La persona puede pensar algo así como "Si he logrado encontrar los fallos en una posición defendida por la mayoría de las personas, entonces mi razonamiento debe ser realmente bueno”.
Petty condujo el estudio con Pablo Briñol y Javier Horcago, ambos de la Universidad Autónoma de Madrid, en España.
Las investigaciones anteriores han demostrado que la opinión de la mayoría tiene su máxima influencia en el individuo cuando éste razona acerca de temas que no son muy importantes para él, o bien en cuestiones a cuyo análisis no quiere dedicar muchos esfuerzos.
La opinión minoritaria tiene su influencia a veces, pero sobre todo en las cuestiones en las que el individuo está muy motivado para analizarlas cuidadosamente.
Sin embargo, los trabajos anteriores se habían centrado sólo en situaciones en las que las personas, antes de haber pensado mucho sobre una cuestión, se enteraban de la opinión de la mayoría al respecto.
En el nuevo estudio, Petty y sus colaboradores abordaron la situación desde un ángulo diferente: ¿Qué sucede cuando las personas conocen la opinión de la mayoría sobre una cuestión después de haber pensado ellas por sí mismas y detenidamente en el asunto?
Los resultados muestran que cuando los voluntarios, estudiantes universitarios en España, analizaban si les convenía trabajar en el futuro para una supuesta empresa, aquellos que se formaban una opinión negativa sobre dicha compañía, a causa de los débiles argumentos que les fueron presentados a favor de las ventajas de trabajar en ella, se reafirmaron aún más en su opinión cuando se enteraron de que la mayoría de sus compañeros no estaba de acuerdo con ellos ya que tenía una opinión positiva de la empresa. Esto no sucedía cuando la mayoría estaba de acuerdo con sus puntos de vista negativos.
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