México, 27 dic - Un sarcófago maya de unos mil años de antigüedad, vestigios de una etnia extinta, la tumba más antigua de Mesoamérica, fósiles de dinosaurio y restos humanos que superan los 1.300 años, son algunos de los hallazgos más destacados de México durante 2010, un año prolijo para la arqueología mexicana.
"Desde los años ochenta no habíamos tenido un periodo tan fructífero ni tampoco habíamos llevado a cabo tantas investigaciones a lo largo y ancho del país", dijo hoy a Efe Julio Castrejón, director de comunicación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Ciudad de México y los estados Chiapas, Chihuahua, Tlaxcala, Coahuila, Zacatecas y Estado de México son los lugares donde especialistas del INAH registraron diez de los hallazgos definidos como "angulares", debido a que han permitido conocer más sobre las culturas maya y mexica, así como sobre la fauna que existió hace miles de años en el territorio.
En los primeros días de 2010, especialistas del INAH encontraron en Chiapas una cripta con restos óseos de un hombre que se presume tienen una antigüedad de más de 1.300 años de antigüedad y que podría ser uno de los cautivos de guerra representados en uno de los murales de la zona arqueológica de Bonampak denominado "La Batalla".
También en Chiapas, en la zona arqueológica Toniná, expertos encontraron en un sepulcro milenario un cráneo fracturado y un conjunto de huesos largos dispuestos en forma de cruz que datan de 840 a 900 d.C. y que, según Castrejón, "permitirá saber quiénes fueron los causantes del declive maya".
En febrero dentro de un conjunto de cuevas en la Barranca de la Sinforosa, en el norteños estado de Chihuahua, fueron descubiertos una decena de sitios habitacionales y funerarios que, según los arqueólogos del INAH, pertenecieron a la etnia extinta Tubares.
Este grupo indígena se aisló a principios de la época de la Colonia (siglos XVI-XIX) en la Sierra Tarahumara para evitar su evangelización, ocuparon el conjunto habitacional desde 1000 d.C hasta el siglo XVIII y después se extinguieron.
Según historiadores, su desaparición se debió a que permanecieron apartados de toda civilización.
Otro descubrimiento destacado fue la tumba elite más antigua de Mesoamérica en la zona arqueológica de Chiapa de Corzo (Chiapas), dijo Castrejón.
La tumba tiene una antigüedad aproximada de 2.700 años y contiene restos óseos de cuatro individuos, dos de ellos vestidos con jade y utensilios de cerámica, objetos que permitirán a los investigadores ajustar la cronología de desarrollo de las antiguas culturas olmeca y maya.
En abril ocurrió el quinto hallazgo más importante del año en Monclova (Coahuila, norte) y se trató de fósiles de un dinosaurio en incrustados en una roca.
Estos restos aún son investigados para determinar la especie, la antigüedad y la cantidad de ejemplares de fauna que hay en la zona.
Otros de los hallazgos fueron un horno prehispánico en el Cerro del Teúl, Zacatecas (centro) que sirvió para la fundición hace más de 800 años; un lote de unas 50 piezas bajo el Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México, y un conjunto de ofrendas en el cráter del volcán Nevado de Toluca, Estado de México.
También fueron hallados un conjunto de tumbas de la cultura tlaxcalteca en Tlaxcala (centro) y un templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, dios del viento.
Para 2011, el INAH continuará con los trabajos de investigación de arqueología subacuática, expediciones en las zonas arqueológicas de el país.
"La arqueología no tiene palabra, nunca sabes lo que vas a encontrar pero sin duda el INAH continuará con sus actividades de investigación", expresó Castrejón.
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