10 de Noviembre de 2010. Los sentimientos de amor apasionados e intensos pueden proporcionar un alivio increíblemente eficaz contra el dolor, similar al de analgésicos o al de drogas como la cocaína, según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
Cuando la gente está en esta fase apasionada e intensa del amor, hay alteraciones significativas en el estado de ánimo que influyen en la percepción del dolor. Así lo ha constatado el equipo del Dr. Sean Mackey, jefe de la División de Manejo del Dolor, y profesor de anestesia.
No es que los autores de este estudio pretendan sugerir a los pacientes con dolor crónico que abandonen los analgésicos y los sustituyan por una apasionada aventura amorosa. Lo que esperan es que un mejor conocimiento de estas vías de recompensa neuronal que el amor activa pueda conducir a nuevos métodos para aliviar el dolor.
Las áreas del cerebro activadas por el amor intenso son las mismas áreas que los fármacos usan para reducir el dolor, como indica el psicólogo Arthur Aron de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook. Aron ha estudiado los efectos mentales del amor durante 30 años. Al pensar en el amado o amada, hay una intensa activación en el área de recompensa del cerebro, la misma que se activa cuando se consume cocaína o cuando se gana mucho dinero.
Aron, Mackey y Jarred Younger decidieron realizar una investigación basada en examinar escaneos de los cerebros de estudiantes universitarios que afirmasen estar en esa fase de amor intenso.
Para reclutar a personas en esa situación, colocaron carteles en el campus de la Universidad de Stanford y al cabo de pocas horas ya se les comenzaron a presentar parejas de voluntarios. En los anuncios se solicitaban parejas de enamorados con no más de nueve meses de relación amorosa.
Los investigadores intencionadamente se concentraron en esta fase inicial de la pasión amorosa, dejando de lado las fases más maduras y duraderas de la relación. Ellos querían sujetos que pensaran de modo obsesivo, enérgico y eufórico sobre su persona amada, anhelando su presencia a todas horas.
A los estudiantes se les comprobaron los niveles de alivio al dolor.
Se sabe, gracias a investigaciones científicas previas, que la distracción alivia el dolor. En el nuevo estudio, el amor pasional logró el mismo efecto, pero a través de una vía cerebral muy diferente.
Con la distracción, las vías cerebrales que conducen al alivio del dolor son mayormente cognitivas. La reducción del dolor por este método está asociada con partes elevadas de la corteza cerebral. La analgesia inducida por el amor pasional está mucho más asociada con los centros de recompensa. Parece implicar a aspectos más primitivos del cerebro, activando estructuras profundas que pueden bloquear el dolor mediante un mecanismo similar al de los analgésicos opioides.
Uno de los puntos cerebrales clave para la analgesia inducida por el amor pasional es el núcleo accumbens, un centro implicado en la adicción y el placer suscitados por la cocaína y otras drogas.
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