Caminar puede retardar el desarrollo de ciertos problemas cognitivos en adultos con deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer, además de ser también beneficioso para el cerebro de los adultos sanos. Así se desprende de las conclusiones de un nuevo estudio. El Equipo de Cyrus Raji, del Departamento de Radiología de la Universidad de Pittsburgh en Pensilvania, ha llegado a la conclusión de que caminar 8 kilómetros por semana protege la estructura cerebral con el resultado de que se mantiene en condiciones aceptables durante una década más en personas con Alzheimer y deterioro cognitivo leve, especialmente las áreas claves de la memoria y los centros de aprendizaje del cerebro.
Raji y sus colaboradores también han descubierto que las personas analizadas que acostumbraban a caminar 8 kilómetros por semana tenían un ritmo más lento de pérdida de memoria a lo largo de un periodo de cinco años.
Raji y sus colegas analizaron la relación entre la actividad física y la estructura cerebral en 426 personas, incluidos 299 adultos sanos (con una edad promedio de 78 años), y 127 adultos con deterioro cognitivo (con una edad promedio de 81 años), entre ellos 83 adultos con deterioro cognitivo leve y 44 adultos con la enfermedad de Alzheimer.
El mal de Alzheimer es una enfermedad cerebral progresiva, hoy por hoy irreversible, y que destruye poco a poco la memoria y las habilidades cognitivas. Según los datos del Instituto Nacional estadounidense del Envejecimiento, de 2,4 a 5,1 millones de estadounidenses padecen el mal de Alzheimer. A la luz de las tendencias demográficas actuales, es previsible que esa cantidad aumente significativamente en la próxima década.
En el caso del deterioro cognitivo leve, una persona tiene pérdidas de memoria o problemas cognitivos superiores a los problemas típicos de esas clases asociados con la edad, pero aún no tan graves como los que aparecen con la enfermedad de Alzheimer. La mitad aproximada de las personas con deterioro cognitivo leve acaban progresando hacia la enfermedad de Alzheimer.
Como aún no existe una cura para el Alzheimer, el equipo de Raji espera que su hallazgo y otros puedan servir para ayudar a mitigar la progresión de la enfermedad o los síntomas en personas que ya están cognitivamente afectadas. Scitech News |
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