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Este método puede potencialmente ser adecuado para el diseño de nuevas fuentes de luz, parecidas a los láseres, que funcionen en la banda de los rayos X. Otra aplicación podría estar en la creación de chips más potentes.
Enfriando a muy baja temperatura átomos de rubidio y concentrando un número suficiente de ellos en un espacio compacto, se vuelven indistinguibles. Pasan a comportarse como una sola y gran "superpartícula".
Los físicos llaman a esto un condensado de Bose-Einstein.
Para las partículas de luz, o fotones, esto también debería funcionar. Pero había un problema fundamental. Cuando los fotones son "enfriados", desaparecen.
Hasta hace unos meses, parecía imposible enfriar la luz y concentrarla al mismo tiempo.
Sin embargo, un equipo de físicos de la Universidad de Bonn, Jan Klars, Julian Schmitt, Frank Vewinger y Martin Weitz, hallaron un modo de hacerlo. Han logrado concentrar de tal modo fotones enfriados que se condensan en un "superfotón".
Este condensado de Bose-Einstein fotónico es una fuente de luz completamente nueva que tiene características similares a las de los láseres, pero con una ventaja decisiva: Por ahora, no es posible producir láseres prácticos que generen luz de onda muy corta, como por ejemplo la de la banda de los rayos X; en cambio, con un condensado fotónico de Bose-Einstein esto sí sería posible.
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