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lunes, 14 de febrero de 2011

escubren eslabón entre los genes y respuesta al estrés y la depresión

ARBOR, (UDM).—Numerosos estudios han mostrado que la molécula cerebral neuropetpida Y (NPY por su sigla en inglés) ayuda a restablecer la calma después de acontecimientos estresantes.

Un equipo de investigadores encabezado por la Universidad de Michigan ha encontrado ahora que las personas cuyos genes las hacen propensas a la producción de niveles más bajos de NPY responden más a los estímulos negativos en circuitos clave del cerebro relacionados con la emoción, y que por lo tanto tienen menos capacidad para recuperarse frente al estrés, y pueden tener un riesgo mayor de desarrollar un trastorno depresivo grave.

Los científicos esperan que esta investigación, eventualmente, ayude con el diagnóstico temprano y la intervención por depresión y otras enfermedades psiquiátricas, y en el desarrollo de terapias que puedan ajustarse a los individuos sobre la base de su configuración genética. Las conclusiones se publican en la edición del 7 de febrero de la revista Archives of General Psychiatry.

"Esto es lo que queremos decir cuando hablamos de ´medicina personalizada´", dijo el autor principal del estudio Brian Mickey, un profesor asistente en el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan e investigador en el Instituto de Neurociencias Moleculares y de Conducta en la UM. "Éstas son características genéticas que pueden medirse en cualquier persona. Esperamos que puedan guiarnos hacia una evaluación del riesgo de cada individuo de desarrollar depresión y ansiedad".

Estas conclusiones también ayudan a cubrir nuevas áreas en el "mapa" genético de la depresión, dijo el autor principal del estudio Jon-Kar Zubieta, profesor de psiquiatría y radiología y profesor investigador en el Instituto de Neurociencias Moleculares y de Conducta.

"Hemos identificado un biomarcador, en este caso una variación genética, que está vinculado con un riesgo incrementado de depresión grave", dijo Zubieta. "Éste paece ser otro mecanismo, independiente de otras áreas previas de la investigación de la depresión, tales como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina"-

Usando tres aproximaciones separadas los investigadores encontraron que los individuos con el genotipo que produce cantidades menores de NPY tenían respuestas cerebrales mensurables a los estímulos negativos y respuestas psicológicas al dolor físico. Asimismo aparecieron representados en proporción excesiva dentro de un grupo de población diagnosticado con trastorno depresivo grave.

Tres enfoques

Usando tres enfoques diferentes, cada uno con un número variado de sujetos de investigación que fue de 58 a 152, los investigadores de la UM y sus asociados estudiaron el vínculo entre la expresión genética de NPY y el procesamiento emocional.

Los investigadores de la UM reclutaron y caracterizaron a los participantes y condujeron el estudio de dolor. Sus colaboradores en el Laboratorio de Neurogenética en el Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo en Bethesda, Maryland, realizaron la determinación de genotipo.

A los sujetos de la investigación se les clasificó según tuvieran una expresión genética de NPY baja, media o alta.

Los científicos emplearon la imagen funcional por resonancia magnética (fMRI) en la observación de la actividad cerebral de cada sujeto cuando veía palabras neutrales (como "material"), palabras con carga negativa (como "asesino") y palabras con carga positiva (como "esperanzado").

En su respuesta a las palabras negativas los sujetos del grupo con bajo nivel de NPY mostraron una activación fuerte de la corteza prefrontal, el área involucrada en el procesamiento de la emoción, en tanto que los sujetos con alto nivel de NPY mostraron una respuesta mucho menor.

"Esto nos dice que los individuos con la variante genética de NPY asociada con el riesgo tienden a activar esta región clave del cerebro más que otras personas, aún en ausencia de estrés y antes de que estén presentes los síntomas psiquiátricos", dijo Mickey.

En la segunda prueba los sujetos sanos dieron cuenta de sus experiencias emocionales durante una situación estresante. Se inyectó una solución salina en el músculo mandibular, lo cual produce un dolor moderado por unos veinte minutos, peo no causa daño duradero. El nivel de dolor se ajustó para cada persona hasta que para cada una fuese un 4 en una escala de 1 a 10.

Estos sujetos clasificaron positiva o negativamente sus sentimientos antes y después de la experiencia del dolor. Los individuos en el grupo con bajo nivel de NPY fueron más negativos tanto antes como después del dolor, lo cual significa que estaban más afectados emocionalmente cuando anticiparon el dolor y cuando reflexionaron sobre la experiencia inmediatamente después.

Finalmente los científicos compararon los genotipos de NPY de sujetos con un trastorno depresivo mayor con sujetos de control, para determinar si había una asociación entre la condición y la expresión baja de NPY.

Los sujetos con genotipos de expresión baja de NPY terminaron representados en proporción excesiva en el grupo con depresión.

"No se trata sólo de que encontremos una vinculación de un gen particular con una enfermedad particular", dijo Zubieta. "Estamos expandiendo nuestro conocimiento de la fisiología de la depresión".

Financiación: La investigación tuvo apoyo de donaciones de los Institutos Nacionales de Salud Mental, el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas, el Programa de Investigación Intramural del Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo, y el Fondo de Investigación Phil F. Jenkins.

Declaración: Zubieta ha trabajado como consultor para las firmas farmacéuticas Eli Lilly and Co., Merck, y Johnson & Johnson en el último año.

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