Un equipo de investigadores ha comprobado que las personas que creen en la justicia en el mundo también creen que una tragedia da a la vida de la víctima más importancia y valor. Más allá del consuelo típico de "Esto me podría haber sucedido a mí" o bien "No tuvo suficiente cuidado" que nos damos cuando a una buena persona le ocurre algo malo y no podemos ayudarla, hay otra manera de sentirse mejor acerca de la experiencia trágica de un tercero o tercera: creer que la experiencia negativa está compensada por resultados positivos.
En un experimento, unos voluntarios leyeron un relato en el que un sujeto resulta lesionado jugando al fútbol en la escuela secundaria. El jugador termina con una pierna fracturada, tiene problemas de espalda, atraviesa múltiples operaciones quirúrgicas, y no puede ir al colegio con sus compañeros. Todo se resuelve al acabar la escuela secundaria; en el relato, el protagonista está ahora felizmente casado y ya piensa en tener hijos.
En el experimento, los voluntarios que tenían una necesidad imperiosa de ver el mundo como justo fueron más propensos a considerar importante y valiosa la vida de la víctima, a diferencia de la vida de una persona que no ha experimentado nunca una tragedia.
Los resultados de la investigación parecen mostrar que las personas que sienten una marcada necesidad de creer que el mundo es justo pueden estar más motivadas para intentar ver resultados positivos en las tragedias.
La investigación la han llevado a cabo Aaron C. Kay, Gráinne M. Fitzsimons y Joanna E. Anderson, de la Universidad de Waterloo, en Canadá. Scitech News |
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