| Cuando nos gusta un producto, ¿pensamos que a otras personas  les gustará también? Y cuando creemos que a los otros les gusta un  producto, ¿también nos gustará? Según las conclusiones de un nuevo  estudio, estas dos preguntas responden a procesos psicológicos muy  diferentes, aunque puedan parecer dos caras de una misma moneda. Según Caglar Irmak (Universidad de Carolina del Sur), Beth Vallen  (Universidad Loyola), y Sankar Sen (Baruch College), la respuesta para  la primera pregunta (¿Les gustará a otros?) requiere que la persona  empiece por definir sus propias preferencias sobre el producto, lo que  los científicos llaman proyección.
 En cambio, la segunda  pregunta (Si a otros les gusta, ¿a mí también me gustará?), hace que la  persona piense primero en las preferencias de otros, y decida a  continuación si cree que le va a gustar el producto o no, un proceso que  se denomina introyección.
 
 Los autores del estudio han llegado a  estas conclusiones tras una serie de experimentos con voluntarios.
 
 En particular, los investigadores han constatado que rememorar la  propia opinión sobre un producto antes de pensar sobre las preferencias  de terceros, como ocurre cuando alguien se hace la pregunta ¿Les gustará  también a otros?, debilita las motivaciones de exclusividad y conduce a  la persona a predecir que aquello que le gusta a ella también le  gustará a otros.
 
 Por otro lado, pensar primero en las  preferencias de los demás, y después en las nuestras propias, amenaza  nuestro sentido de la exclusividad. Por consiguiente, a los individuos  que sienten una gran necesidad de exclusividad no les suele gustar todo  aquello que tienen constancia que gusta a otras personas.
 Scitech News | 
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