Los diodos emisores de luz orgánicos (OLEDs) son candidatos prometedores para el alumbrado en general, ya que pueden cubrir grandes áreas de pantallas o paneles, usándose técnicas baratas de procesamiento. De hecho, las pantallas OLED de un solo color ya están disponibles comercialmente. Una mezcla de materiales que emitan luz roja, verde y azul, puede usarse para generar la luz blanca, pero estas bandas de color a menudo interactúan entre sí, degradando el funcionamiento del dispositivo y reduciendo la calidad del color de su luz.
Usando nanopartículas de polímero para albergar "tintas" emisoras de luz, un equipo de especialistas del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, incluyendo a Biwu Ma, y expertos de la Universidad de California en Berkeley, ha hecho un OLED de película delgada capaz de emitir varios colores de luz visible, produciendo de ese modo la luminiscencia blanca sin los problemas de interferencias que sufren otros sistemas.
La luz blanca de los OLEDs puede ajustarse para producir blancos más fríos o más cálidos, haciendo que estos materiales resulten confortables de usar en casa o en el trabajo.
En países como Estados Unidos, los edificios son responsables de más del 40 por ciento de las emisiones de carbono, de modo que si se reemplazara con OLEDs una pequeña fracción de las lámparas convencionales, eso ya podría acarrear una reducción significativa en el consumo de electricidad.
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