Un nuevo enfoque de desalinización con el que trabaja un equipo de especialistas coreanos y del MIT en Estados Unidos, entre quienes figuran Sung Jae Kim y Jongyoon Han, podría conducir a unidades de tamaño lo bastante pequeño como para que resultaran portátiles, y que podrían obtener su energía a partir de baterías o células solares. Un despliegue de estas unidades en la zona de una catástrofe podría proporcionar suficiente agua dulce como para suplir las necesidades de los damnificados. El sistema también podría eliminar muchas sustancias contaminantes, así como virus y bacterias, al mismo tiempo.
Uno de los métodos más atractivos de desalinización, el de la ósmosis inversa, usa membranas que filtran la sal, pero requiere de potentes bombas para mantener la alta presión necesaria para hacer pasar el agua a través de la membrana, y es propenso a que la sal y diversas sustancias contaminantes bloqueen los poros en ella, y también a sufrir la formación de películas bacterianas. El nuevo sistema separa las sales y los microbios del agua al repelerlos electrostáticamente. Eso elimina la necesidad de una alta presión y los problemas de la formación de películas bacterianas.
El sistema trabaja a escala microscópica, y para el mismo se usan métodos de fabricación desarrollados para los dispositivos microfluídicos. Cada módulo individual procesaría sólo cantidades minúsculas de agua, pero un gran grupo de ellos (los investigadores conciben un conjunto de 1.600 módulos fabricados en una oblea de 20 centímetros de diámetro) podría producir cerca de 15 litros por hora, suficiente para suministrar agua potable a varias personas.
La unidad completa podría ser autosuficiente y accionada por la gravedad. El agua salada sería vertida en la parte superior, y la gravedad la conduciría hacia abajo, a través del sistema. En la parte inferior, una salida liberaría agua potable, en tanto que la sal sería dirigida por otro conducto.
Información adicional en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario