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miércoles, 8 de julio de 2009

Diferencias Geneticas Entre Humanos Impuestas Por la Geografía y la Historia

Diferencias Genéticas Entre Humanos Impuestas Por la Geografía y la Historia

Diferencias Genéticas Entre Humanos Impuestas Por la Geografía y la Historia
8 de Julio de 2009.

Foto: Karin Higgins/UC DavisEn un nuevo estudio se ha comprobado que las presiones locales como el clima y la dieta, que afectan a la selección natural, son sólo parcialmente responsables de las diferencias en la estructura genética de las poblaciones humanas. Las migraciones, los aumentos y descensos demográficos de las poblaciones, y los caprichos del azar genético, también desempeñan su papel.
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En este estudio han intervenido Jonathan Pritchard y Joseph Pickrel (ambos de la Universidad de Chicago), Graham Coop (Universidad de California en Davis) y Marcus Feldman, Richard Myers y Luca Cavalli-Sforza (los tres de la Universidad de Stanford).

La selección natural tiene lugar cuando una diferencia genética particular, es decir una variante, le da a un individuo una mayor oportunidad de tener descendencia y transmitir sus genes a las generaciones futuras. Un buen ejemplo son las variantes responsables del color claro de la piel. A medida que los humanos emigraron hacia fuera de África, extendiéndose por las latitudes norteñas, la piel oscura se volvió una desventaja, posiblemente porque bloqueaba la mayor parte de la luz solar necesaria para la síntesis de la vitamina D, que contribuye de manera importante a conservar la salud de los huesos. Las variantes genéticas de piel clara en aquel entonces constituían una ventaja pequeña pero decisiva para la supervivencia en tierras norteñas, y por eso se acabaron imponiendo como un rasgo mayoritario y hoy son comunes en las poblaciones oriundas de Europa y el Norte de Asia.

Sin embargo, las variantes genéticas no siempre ayudan a que las poblaciones se adapten a su entorno. Por ejemplo, si una población pequeña experimenta una expansión rápida en número de individuos, quizás por haber entrado en un nuevo territorio con suficientes recursos para todos, o por haber desarrollado una tecnología que igualmente permite que se produzca ese aumento demográfico, algunas de las variantes genéticas transportadas por esa población pueden aumentar rápidamente en número, aún cuando no brinden ninguna ventaja reproductiva.


El acervo genético de una población también tiende a fluctuar debido a sucesos inesperados y a diferencias aleatorias relacionadas con el número de descendientes que la gente tiene y los genes particulares que transmiten a sus hijos.

Por eso, una de las preguntas fundamentales a las que se enfrentan los expertos en genética humana es: ¿Sería posible determinar cuáles son las variantes genéticas que se han propagado por la selección y cuáles las que lo han hecho por los cambios poblacionales o el azar genético?

Pritchard, Coop y sus colaboradores decidieron abordar este asunto cuando dispusieron de nuevos datos genéticos el año pasado gracias al Proyecto de Diversidad del Genoma Humano en la Universidad de Stanford. Estos datos brindaron una muestra mucho más representativa y minuciosa de las diferencias genéticas mundiales que las disponibles hasta ese momento, lo cual permitió al equipo de investigadores llevar a cabo un nuevo y más riguroso examen de la selección.

El análisis identificó inmediatamente los ejemplos conocidos de selección, incluyendo aquellos involucrados en la determinación de la pigmentación de la piel, la resistencia ante los agentes patógenos y la capacidad de digerir la leche en la edad adulta, un rasgo, éste último, que surgió en Europa, Oriente Medio y África tras la domesticación de los animales lecheros.

El equipo también descubrió que muchas señales genéticas que otros investigadores han atribuido a la selección, en realidad pueden haber sido originadas por factores históricos y demográficos.

El nuevo estudio indica, por tanto, que la historia de las poblaciones y sus migraciones desempeñó un papel muy importante en cómo cada población se adaptó a su entorno.

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