13 de Julio de 2009.
Foto: Paul Bentzen¿Cuán rápido puede la evolución introducir cambios detectables en las especies? Lo bastante como para que tales cambios sean perceptibles en menos de una década, según un nuevo estudio sobre unos peces, dirigido por la bióloga Swanne Gordon, de la Universidad de California en Riverside.
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Gordon y sus colegas centraron sus observaciones y análisis en el Poecilia reticulata, un pez pequeño de agua dulce que los biólogos han estudiado durante mucho tiempo.
Los autores del estudio trabajaron con una población originaria del río Yarra, Trinidad.
Introdujeron un grupo de estos peces en el cercano río Damier, concretamente en una sección ubicada por encima de una cascada que servía de barrera para aislar de ellos a todos los posibles depredadores.
Otro grupo de peces Poecilia reticulata y sus descendientes colonizaron la parte más baja del río, por debajo de la barrera que constituía la cascada. En esa zona baja sí estaban los depredadores naturales.
Ocho años después (menos de 30 generaciones de Poecilia reticulata), los investigadores han descubierto que los peces en la zona poblada por escasos depredadores, la situada por encima de la cascada, se habían adaptado a su nuevo hábitat al producir un número menor de crías, pero con mayor tamaño, en cada ciclo reproductor.
En cambio, esta adaptación no apareció en los peces que colonizaron el entorno con más depredadores bajo la cascada.
La conclusión, tal como señala Gordon, parece evidente:
Las hembras sometidas a una gran actividad de los depredadores, invierten más recursos en su ciclo reproductor actual, porque existe una alta tasa de mortalidad y, probablemente, ya no tendrían otra oportunidad de reproducirse.
Por su parte, las hembras mucho menos asediadas por los depredadores producen embriones de mayor tamaño, porque las crías más grandes son más competitivas en los entornos con recursos limitados, típicos de los sitios con pocos depredadores. Además, la disminución de la cantidad de embriones no se debe sólo al mayor tamaño de los mismos, sino también a que las hembras invierten menos recursos en la reproducción actual, puesto que cuentan con mejores expectativas de seguir viviendo y, consecuentemente, de culminar con éxito otros ciclos de reproducción.
Información adicional en:
* UC Riverside
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