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miércoles, 11 de agosto de 2010

Cereales Perennes, la Próxima Revolución Agrícola
11 de Agosto de 2010. Foto: WSUNuevos cultivos de cereales perennes que crecen con menor cantidad de fertilizante y herbicida, requieren menos combustible para su manejo, y ocasionan menos erosión, que los cereales que se siembran anualmente, podrían estar disponibles dentro de dos décadas, según un equipo de investigadores.
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Los cereales perennes serían una de las innovaciones más importantes en los 10.000 años de historia agrícola, y podrían convertirse en una realidad en los campos de cultivo dentro de un periodo bastante corto de tiempo si se recurre a los programas de reproducción correctos. Así lo indica John Reganold, profesor de ciencias del suelo en la Universidad Estatal de Washington y coautor principal del estudio junto con Jerry Glover, de igual especialidad y que ahora está en el Instituto de Tierras en Salina, Kansas.

Alcanzar el objetivo descrito dependerá del progreso que se vaya alcanzando. Cuantas más personas se involucren en el proyecto, más se acortará la espera.

El estudio presentado por el equipo de Reganold es un llamamiento para ponerse manos a la obra en una cuestión crítica para la humanidad e intentar solventarla. La mitad de la población mundial, que sigue creciendo en número de individuos, vive de lo que produce la tierra en zonas marginales bajo riesgo de ser degradadas biológicamente como consecuencia de la producción de cereales anuales (de temporada). Los cereales perennes amplían las posibilidades de los agricultores para mantener los fundamentos ecológicos de sus cultivos.
Los cultivos de cereales perennes tendrán estaciones de crecimiento más largas que los cultivos de temporada, y raíces más profundas que permitirán a las plantas sacar un mayor provecho de la lluvia. Sus raíces más largas, que pueden alcanzar profundidades de entre 3 y 3,5 metros aproximadamente, son capaces de reducir la erosión, enriquecer los suelos y secuestrar carbono de la atmósfera. Esas plantas requieren menos trabajo de maquinaria agrícola y menos herbicidas, dos aspectos importantes en las naciones menos desarrolladas.

En contraste, los cultivos de cereales de temporada pueden perder cinco veces más agua que los perennes, y 35 veces más nitratos, un valioso nutriente vegetal que puede migrar desde los campos de cultivo y acabar contaminando los recursos hídricos de agua potable, creando “zonas muertas” en las aguas superficiales.

Las versiones perennes de los cereales principales, en fase de desarrollo, podrían escapar a muchas de las limitaciones medioambientales que sufren los cereales de temporada, a la vez que ayudar a alimentar a un planeta cada vez más hambriento.

Las investigaciones sobre cereales perennes se están llevando a cabo en Argentina, Australia, China, India, Suecia y Estados Unidos. La Universidad Estatal de Washington acumula más de una década de experiencia en este campo, específicamente con el trigo perenne, en un proyecto liderado por Stephen Jones, director del Centro de Investigación de Mount Vernon, dependiente de la citada universidad.

Los autores del nuevo estudio creen que la investigación sobre los cereales perennes puede verse acelerada si a ella se le dedican una mayor cantidad de personal, más terrenos de experimentación y más tecnología. Abogan por que se le dediquen a esta labor tantos esfuerzos y recursos como se emplean ahora para el desarrollo de los biocombustibles alternativos.

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