Para los investigadores "este nuevo hallazgo podría ser importante para campos como la educación, la salud y la neurociencia y el público en general"
Los diferencias en la conectividad comenzaron después de seis horas de entrenamiento y se volvieron más claras después de 11 horas de práctica
Dedicar once horas a meditar utilizando técnicas para entrenar cuerpo y mente genera cambios estructurales positivos en la conectividad del cerebro, despertando una parte de la mente que ayuda a la persona a regular su comportamiento para conseguir sus objetivos, según un trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Oregon (UO), en Estados Unidos, y publicado esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'. Según los investigadores, "este nuevo hallazgo podría ser importante para campos como la educación, la salud y la neurociencia, así como para el público en general".
La técnica IBMT ha sido estudiada por un equipo de investigadores chino dirigido por Yi-Yuan Tang, de la Universidad de Tecnología Dalian, en colaboración con el psicólogo de la UO Michael I. Posner. Se trata de una adaptación de la medicina tradicional china realizada en los 90 en este país, donde es practicada por cientos de personas.
Un total de 45 estudiantes de la UO -- 28 hombres y 17 mujeres-- participaron en esta investigación. De ellos, 22 individuos aprendieron las denominadas técnicas de entrenamiento integral del cuerpo y la mente (IBMT, por sus siglas en inglés), mientras que 23 participantes, miembros del grupo de control, recibieron la misma cantidad de entrenamiento de relajación.
Durante el experimento, sus autores utilizaron un tipo de resonancia magnética denominada imágenes con tensor de difusión, que les permitió observar las fibras que conectan las distintas partes del cerebro antes y después del entrenamiento.
Los cambios fueron mayores en las conexiones relacionadas con el cíngulo anterior, un área del cerebro relacionada con la habilidad para regular las emociones y el comportamiento. Estos cambios fueron observados sólo en aquellas personas que practicaron meditación, no en el grupo de control.
PRIMEROS CAMBIOS, A LAS SEIS HORAS
Los diferencias en la conectividad comenzaron después de seis horas de entrenamiento y se volvieron más claras después de 11 horas de práctica. Los investigadores dicen que es posible que los cambios resultantes de la reorganización de los tactos de la sustancia blanca o a través de un incremento de la mielina que rodea las conexiones.
Según Posner, premiado con la Medalla Nacional de la Ciencia, "la importancia de estos descubrimientos está relacionada con la habilidad de realizar cambios estructurales en la red del cerebro relacionada con la autorregulación".
"El camino que supone el mayor cambio por las técnicas de IBMT es uno que previamente ha demostrado estar identificado con diferencias individuales en la habilidad de cada persona para regular conflictos", dice.
En 2007, en 'PNAS', Tang y Posner documentaron que practicar técnicas de IBMT durante los cinco días antes de un examen de cálculo mental reducía los niveles de estrés de la hormona cortisol entre un grupo de estudiantes chinos. Este grupo experimental demostró también tener menores niveles de ansiedad, depresión, enfado y fatiga que los estudiantes de control.
En 2009, en 'PNAS', Tang y un grupo de investigadores chinos, en colaboración con Posner y el profesor de Psicología de la UO Mary K. Rothbart, descubrió que los individuos que practicaban IBMT en China tenían mayor circulación sanguínea en la corteza cingular anterior derecha tras recibir, durante 20 minutos diarios durante 5 días, este entrenamiento.
En comparación con el grupo de relajación, los sujetos que practicaban IBMT tenían también un menor ritmo cardíaco y conductancia de la piel, la capacidad de un cuerpo de permitir el paso de la corriente eléctrica.
Los últimos descubrimientos sugieren la posibilidad de que un entrenamiento adicional pueda generar cambios estructurales en el cerebro, lo que lleva a la necesidad de nuevas investigaciones, según Tang y Posner. En la actualidad, están tratando de averiguar si una exposición mayor a las técnicas de IBMT puede producir cambios positivos en el tamaño del cíngulo anterior.
Los déficit en la actividad del cortex cingular anterior han sido asociadas a los desórdenes por déficit de atención, la demencia, la depresión, la esquizofrenia y otros desórdenes similares. Según Tang, "este nuevo hallazgo podría ser importante para campos como la educación, la salud y la neurociencia, así como para el público en general", ya que sugiere la utilidad del IBMT como medio para entender como entrenan las influencias en la plasticidad cerebral.
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