27 de Agosto de 2010. Un equipo de arqueólogos dirigido por Stephen Houston, de la Universidad Brown, ha descubierto en Guatemala la tumba, bien conservada, de un antiguo rey maya. En realidad, el hallazgo se hizo el pasado 29 de Mayo, pero se ha dado a conocer oficialmente hace poco. La tumba está atestada de esculturas, cerámicas, tejidos, y los huesos de seis niños, que pudieron haber sido sacrificados con ocasión de la muerte del rey.
El equipo accedió a la tumba, que data de entre los años 350 y 400 de nuestra era, debajo de la pirámide de “El Diablo”, ubicada en la zona de El Zotz.
Una vez retirada la última capa de tierra, y levantada la losa de piedra, los investigadores no vieron más que un hoyo que descendía hacia la oscuridad.
Hicieron bajar una bombilla por el agujero, y de repente Houston vio "una explosión de colores rojos, verdes y amarillos en todas direcciones", según sus propias palabras. Era una tumba de la realeza llena con objetos que, también en palabras de Houston, nunca había visto antes: piezas de madera, tejidos textiles, capas delgadas de estuco pintado, y otras cosas.
“Cuando abrimos la tumba, sumergí mi cabeza en ella y todavía había, para mi sorpresa, un olor a putrefacción y un frío que me caló hasta los huesos”, rememora Houston. “La cámara había estado tan bien sellada, por más de 1.600 años, que no había entrado aire, y sólo una pequeña cantidad de agua”.
La tumba en sí es de cerca de 1 metro con 80 centímetros de altura, 3 con 60 de longitud, y 1 con 20 de ancho.
Parece ser que el ocupante principal de la tumba es un hombre adulto, pero el analista óseo, Andrew Scherer, profesor de antropología en la Universidad Brown, no ha confirmado todavía el hallazgo en el momento de escribir estas líneas. Hasta ahora, parece que son sólo seis los niños depositados en la tumba, algunos con sus cuerpos completos y dos probablemente con sólo sus cráneos.
¿Y quién era ese hombre? Aunque todavía ha transcurrido poco tiempo desde el hallazgo para corroborar debidamente las suposiciones, todo apunta a que la tumba es de un rey del que sólo se tienen referencias por otros textos jeroglíficos. A juzgar por la posición de la tumba, la antigüedad, las riquezas, y las repetidas construcciones sobre la tumba, los investigadores creen que es muy probable que el hombre sea el fundador de una dinastía.
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