"El aprendizaje activa la formación bioquímica de recuerdos", señala Yi Zhong, de la Universidad de Tsinghua (China). "Pero es necesario borrar recuerdos anteriores para almacenar información nueva".
Los investigadores han identificado el comportamiento molecular que conlleva este proceso con una pequeña proteína denominada Rac. A nivel psicológico, sugieren la teoría de que los nuevos recuerdos son simplemente inestables y desaparecen con el paso del tiempo, aunque también proponen que la nueva información podría anular los recuerdos anteriores. Con este estudio se ha demostrado que ambas teorías son acertadas.
Para la investigación, las moscas fueron entrenadas para aprender dos olores aversivos. Se seleccionó uno de los olores y cada vez que las moscas lo olían, recibían un golpe. Normalmente, las moscas aprenderían a evitar ese olor. Después, los investigadores interferían en ese aprendizaje incluyendo dos nuevos olores, y finalmente invertían el proceso dando un golpe a aquellos insectos que olían el aroma opuesto.
En todos los casos, las moscas olvidaban lo que habían aprendido anteriormente mediante la proteína Rac. "Los resultados pueden ayudarnos a identificar los principios que sigue el cerebro para fabricar nuevos recuerdos", señala Zhong.
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