Shinya Yamamoto y sus colegas estudiaron seis pares de chimpancés. Tres pares estaban integrados cada uno por una madre y su vástago, y los otros tres por adultos sin parentesco. Realizaron dos experimentos diferentes, diseñados para comprobar si los chimpancés transferían una herramienta a un congénere aunque el hacerlo no les aportase beneficios inmediatos para ellos mismos.
En cada caso, dos chimpancés estaban situados en dos cabinas transparentes adyacentes, en una situación donde uno de ellos necesitaba acceder a una pajilla para poder beberse un zumo, o en una situación en la que uno necesitaba acceder a una vara para arrastrar hacia dentro de la cabina un recipiente con jugo.
En el primer experimento, los dos chimpancés tenían acceso a la herramienta opuesta necesitada para obtener la recompensa dentro de sus cabinas. El chimpancé que necesitaba la pajilla tenía acceso a la vara, y viceversa.
En el segundo experimento, las parejas fueron examinadas en una situación donde no hubo oportunidad para la reciprocidad porque a cada individuo le fue asignado un papel fijo (donante o receptor) durante 24 intentos (a lo largo de una semana) antes de que los papeles fueran invertidos.
Los investigadores constataron que los chimpancés transferirían herramientas para ayudar a su compañero. Lo hacían mayormente después de que el compañero solicitara ayuda activamente (por ejemplo, insertando su brazo a través de un agujero dentro de la cabina o dando palmadas). Prestaban su ayuda aún cuando no había la esperanza de que su compañero pudiera devolverles el favor de manera inmediata (como en el experimento 2) e incluso cuando los dos animales no tenían parentesco.
Las interacciones en la comunicación desempeñan un papel importante en el altruismo de los chimpancés. Los humanos somos capaces de ayudar a otras personas sin que éstas ni nadie nos lo soliciten. Pero los chimpancés del estudio rara vez ofrecieron de manera espontánea una herramienta útil a un compañero. La simple observación de los intentos fallidos de su compañero para lograr la recompensa no despertó en los chimpancés el impulso de ayudarles.
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