Científicos en Sudáfrica descubrieron un esqueleto fosilizado que parece ser el eslabón perdido entre los primeros dinosaurios y los enormes saurópodos.
El hallazgo, afirman los científicos en la revista Proceedings B de la Sociedad Real, podría cerrar la brecha evolutiva que existe entre los ancestros bípedos comunes de los dinosaurios y los gigantes cuadrúpedos, como los diplodócilos.
El esqueleto, extraordinariamente conservado, muestra que la creatura era bídpeda pero ocasionalmente caminaba en cuatro patas, afirman los expertos.
"Lo que encontramos fue una especie totalmente nueva de dinosaurio", dijo a la BBC el doctor Adam Yates, quien dirigió la investigación en el Instituto Bernard Price de la Universidad de Witwatersrand.
"Pertenece a un grupo de dinosaurios llamado sauropodomorpha, que incluye a los conocidos gigantes saurópodos como el braquiosaurio y el diplodócilo, los enormes cuadrúpedos herbívoros de cabeza pequeña, cuello largo, extremidades elefantinas".
"El grupo también incluye a parientes lejanos que eran bípedos y carecían de la extrema especialización de los saurópodos".
"Estos dos grupos están muy separados en la evolución, así que nos preguntábamos cómo habían llegado a ser tan especializados estos dinosaurios gigantes".
La respuesta parece estar en el fósil recién descubierto en el distrito de Senakal, en Sudáfrica, que los científicos han bautizado Aardonyx celestae.
La especie intermedia
En las últimas dos décadas hemos encontrado información abundante sobre cómo evolucionaron estos dos grupos de dinosaurios, pero creo que el hallazgo del Aardonyx es muy especial porque se coloca precisamente en el medio de ambos
Dr. Adam Yates
Tal como explica el doctor Yates, se trata de un especímen grande, de patas pequeñas, pecho grueso, cuello largo y cabeza pequeña, y parece ser el intermediario entre los presaurópodos bípedos y los verdaderos saurópodos gigantes.
Y lo que indica la importancia de este ejemplar, afirma el investigador, son características como sus patas, su quijada y su tamaño.
"Es un ejemplar que estaba en camino a convertirse en un saurópodo, tan cercano evolutivamente a los verdaderos saurópodos como a sus parientes primitivos presaurópodos", explica Yates.
"Tenía muchas de las características que vemos en los saurópodos, patas pequeñas y anchas y estómago amplio que demuestra que era herbívoro. Y la anatomía de la quijada demuestra que podía abrir la boca de par en par, para ingerir más alimento".
Las patas delanteras eran similares a las del saurópodo, los huesos de los dedos eran robustos y sólidos, lo que explica -dice el doctor Yates- que cargaba su peso en la parte interna de la pata.
Y era bípedo, pero quizás caminaba en cuatro patas para explorar.
Cuna de los saurópodos
Los investigadores creen que el Aardonyx vivió en el período jurásico temprano, hace unos 200 millones de años.
"Aunque estructuralmente es una especie intermedia, vivió hace demasiado tiempo para ser un verdadero antepasado porque entonces ya existían los verdaderos saurópodos", dice Yates.
"Así que en esa época era un 'fósil viviente', la transición tuvo que haber ocurrido mucho antes", agrega.
El científico subraya que el lugar donde el ejemplar fue encontrado ha ofrecido mucha información valiosa sobre la evolución de los dinosaurios.
"Si usted quiere saber cómo los dinosaurios se convirtieron en los gigantes que conocemos, tiene que venir a Sudáfrica", expresa.
"En las últimas dos décadas hemos encontrado información abundante sobre cómo evolucionaron estos dos grupos de dinosaurios, pero creo que el hallazgo del Aardonyx es muy especial porque se coloca precisamente en el medio de ambos y, además, es un fósil extraordinariamente completo", afirma el científico.
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