El catastrófico declive en todo el mundo de depredadores que solían estar en la cima de la cadena alimentaria de sus respectivos ecosistemas, como por ejemplo lobos, pumas, leones o tiburones, ha llevado a una espectacular proliferación de los depredadores medianos, los cuales están causando graves pérdidas económicas y severas alteraciones ecológicas, tal como se denuncia en un nuevo estudio.
Por ejemplo, en algunas partes del África subsahariana, la población de leopardos y leones ha disminuido muchísimo, lo cual ha permitido el auge de los principales depredadores situados un peldaño por debajo, los monos babuinos. En algunos casos, los niños permanecen en casa y no van a la escuela para proteger el huerto familiar de las incursiones furtivas de manadas de estos arteros monos, cada vez más envalentonados.
“La situación es muy compleja, y muchas de las consecuencias que va a provocar son desconocidas”, explica William Ripple, profesor de ecosistemas forestales y sociedad en la Universidad Estatal de Oregón. “Pero existen evidencias de que la explosión de depredadores medianos es muy severa y que tiene repercusiones tanto económicas como ecológicas”.
Caso tras caso y en lugares de todo el mundo, los depredadores principales, como lobos, leones o tiburones, han sido drásticamente diezmados o incluso erradicados por completo, normalmente con el único propósito de librarse de ellos, y otras veces a causa de fuerzas tales como la destrucción del hábitat, la caza o la pesca. Muchas veces, estas disminuciones o erradicaciones han sido vistas por las personas de la zona como algo positivo, por el temor a ser atacadas por esas bestias, a que lo sea su ganado, o a sufrir otros perjuicios. Pero el nuevo cuadro que se nos presenta nos muestra una gran cantidad de problemas, incluyendo daños en el ecosistema y en la economía que a escala global pueden resultar peores que los problemas causados en su día por los depredadores principales.
A menudo, los ganaderos están a favor de la eliminación de los lobos, pues temen que sus animales de cría sean atacados por ellos. Sin embargo, en ciertas áreas, esta política antilobo ha provocado un gran aumento en la población del coyote, un depredador mediano que antes los lobos mantenían a raya. Ahora los coyotes atacan a las ovejas domésticas y a otro ganado, y los intentos por controlarlos han resultado extremadamente caros, del orden de cientos de millones de dólares.
El impacto económico a gran escala causado por los depredadores medianos tiene posibilidades de superar al que provocaron los grandes depredadores, sobre todo en situaciones en las que los depredadores medianos reemplazan a los grandes en los mismos conflictos con humanos que antes protagonizaron los grandes, o bien inician conflictos nuevos. Con estos depredadores de mediano tamaño la situación es más complicada, ya que sus poblaciones suelen ser mayores que las de los grandes depredadores y además muestran una mayor capacidad de resistencia ante los esfuerzos humanos por mantenerlos a raya.
Los problemas no se limitan sólo a los ecosistemas terrestres. Los tiburones también van disminuyendo debido a la pesca excesiva, y en algunos casos esto ha permitido la explosión poblacional de las rayas, que están causando graves perjuicios a la pesca de ciertas especialidades y zonas, además de provocar pérdidas económicas y ecológicas en general.
Entre los otros descubrimientos del estudio figuran los siguientes:
Los grandes depredadores pueden beneficiar a las poblaciones de presas en peldaños muy bajos, al reducir la población de los depredadores medianos que cazan a estas presas pequeñas. La alteración de este mecanismo por la erradicación de esos depredadores de depredadores, ha acelerado el colapso de ecosistemas enteros.
La cascada de efectos negativos desatada por el auge de los depredadores medianos está bien documentada para aves, tortugas marinas, lagartos, roedores, marsupiales, conejos, peces, mariscos, insectos y ungulados.
El costo económico de combatir a los depredadores medianos puede ser muy alto. Y a veces podría lograrse mantenerles a raya de un modo más barato y más eficaz con el retorno de los grandes depredadores al ecosistema.
Los grandes depredadores son usualmente carnívoros, pero los depredadores medianos son a menudo omnívoros y pueden causar pérdidas significativas en las cosechas agrícolas y en otros recursos vegetales.
Los efectos del auge explosivo de las poblaciones de depredadores medianos pueden verse en los océanos, los ríos, los bosques, y las praderas de regiones de todo el mundo.
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