Una universidad de Tokio pretende abrir una biblioteca que fomente el estudio académico de los cómics manga japoneses y reivindique su valor artístico y cultural.
El proyecto de la Biblioteca Internacional del Manga de Tokio albergará más de dos millones de cómics manga, dibujos de películas de animación, video juegos y otros artefactos de la industria de la ilustración.
Se espera que la nueva instalación abra sus puertas a principios de 2015 en la Universidad de Meiji, en la capital nipona.
"El manga no se ha tomado en serio en el pasado y no se ha desarrollado un archivo concienzudo que permita su investigación académica", aseguró la profesora Susumi Shibao a la agencia de noticias AFP.
"Con esta iniciativa queremos ayudar a la difusión del manga como parte de la cultura japonesa", añadió.
Estilo influyente
El manga no se ha tomado en serio en el pasado y no se ha desarrollado un archivo concienzudo que permita su investigación académica
Susumi Shibao, Universidad de Meiji
Según adelantaron los responsables del proyecto, la biblioteca estará a disposición tanto de investigadores como de aficionados japoneses y extranjeros.
Como anticipo, a finales de este mes se inaugurará la Biblioteca Museo Yoshihiro Yonezawa de Manga y Subcultura. En su interior se mostrará la colección este crítico de cómics japonés, compuesta por más de 140.000 ejemplares.
Pero el manga no sólo son cómics. Su influencia ha llegado a otros medios de expresión.
Dentro del cine de animación inspirado en las historias gráficas japonesas -conocido como anime- quizá uno de los ejemplos más destacados sea la película de Hayao Miyazaki "El viaje de Chihiro", ganadora de un Oscar y del Oso de Oro en el Festival de Berlín en 2002.
Otros proyectos
Aunque fuera de Japón el manga se suele asociar a la ciencia ficción y la fantasía, esta forma de expresión abarca una gran variedad de géneros, desde la alta literatura a las telenovelas.
Los rasgos característicos de su estilo beben de la tradición japonesa de grabados en madera de escenas humorísticas basadas en la vida cotidiana –conocidos como ukiyoe-, que fueron muy populares a lo largo de los siglos XVII y XIX.
El anterior gobierno japonés tenía planeado invertir US$128 millones en la construcción de un museo dedicado a la ilustración nipona y a la cultura popular en Tokio.
Ese proyecto ha sido abandonado por el gobierno resultante de las elecciones de agosto.
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