Para evitar el declive mental relacionado con la edad avanzada, participe en actividades que estimulen el intelecto, mantenga una perspectiva optimista y tenga una vida social activa. Esos son los hallazgos de lo que los investigadores afirman es la reseña de estudios sobre el envejecimiento y el cerebro de mayor tamaño jamás llevada a cabo. La reseña, que abarcó tres décadas y cubrió más de 400 estudios, encontró que permanecer física, mental y socialmente activos tiene un impacto sustancial en si los adultos mayores experimentan declives en la memoria y la cognición, lo que incluye la capacidad de aprender y resolver problemas. "La manera en que la gente pasa su vida realmente afecta la manera en que envejece su cognición", aseguró el coautor del estudio, Robert S. Wilson, profesor de ciencias neurológicas y de la conducta del Centro médico de la Universidad de Rush en Chicago. "Los estudios de observación sugieren que en la gente que está más activa de forma intelectual, socialmente integrada, físicamente activa y que está más o menos libre de emociones negativas como la depresión y la ansiedad, todo esto parece estar relacionado con un mejor envejecimiento cognitivo". A medida que la población de EE. UU. envejece, poder mantener el declive mental a raya incluso un poco más podría tener implicaciones significativas de salud pública. Hace cien años, apenas alrededor del cuatro por ciento de la población de los EE. UU. tenía más de 65 años. En 2000, ese grupo alcanzó más del doce por ciento. Se calcula que para 2030 un veinte por ciento de la población tendrá más de 65 años de edad. Además de esto, Wilson advirtió que se espera que la prevalencia de enfermedad de Alzheimer se cuadruplique durante los próximos 40 años. "Esto representará una inmensa carga de gente de edad avanzada con discapacidad cognitiva", señaló Wilson. "Si podemos desarrollar estrategias que retrasen el inicio de esta enfermedad en seis meses, o un año o dos, podemos reducir el sufrimiento humano y el costo de la atención de manera sustancial". El estudio, que aparecerá en la revista Psychological Science in the Public Interest, fue hecho público el 24 de junio en Washington, D.C. Identificó varios aspectos del estilo de vida de una persona que pueden tener un impacto importante sobre la función mental, entre ellos el ejercicio, permanecer socialmente integrado, participar en actividades que estimulen la mente, y mantener una actitud optimista, agradable y orientada a las metas. Aunque el ejercicio tuvo un potente impacto sobre la salud mental, el tipo de ejercicio marcaba una diferencia. En estudios que preguntaban a la gente mayor qué tanta actividad física hacían, los que informaron hacer más ejercicio tenían un funcionamiento mental ligeramente mejor que el de los más sedentarios, pero el efecto no era dramático. Sin embargo, la gente que participó en estudios que los asignaba a un programa de ejercicio aeróbico regular experimento mejoras sustanciales en el funcionamiento mental. Entre los adultos mayores, es probable que incluso los que hacen relativamente más ejercicio que sus pares no hagan demasiado, apuntó Wilson. "Por sí mismos, la mayoría de los adultos mayores de este país no hará tanto ejercicio", aseguró Wilson. "Cualquier ejercicio es bueno, pero hacer realmente un programa regular de ejercicio aeróbico es mejor". Caminar, el ejercicio más comúnmente citado, puede formar parte de un programa de ejercicio aeróbico, pero el paso debe tener suficiente viveza para acelerar el ritmo cardíaco. Investigaciones recientes han evaluado si productos o programas específicos, como videojuegos, mejoran el funcionamiento cognitivo entre los adultos mayores. Aunque no se ha comprobado de forma científica que ningún producto del mercado mejore las capacidades de memoria y pensamiento, Wilson opina que éstos podrían estar disponibles pronto. Pero no hay que salir a comprar algo para participar en actividades que estimulen el intelecto, aseguró el Dr. Gary Kennedy, director de psiquiatría geriátrica del Centro médico Montefiore en la ciudad de Nueva York. Hacer un crucigrama, jugar ajedrez o aprender un nuevo idioma pueden ser la receta. La investigación muestra que participar en actividades novedosas, desafiantes y que conlleven una conexión personal puede tener un impacto duradero sobre el funcionamiento mental. "La realidad es que a medida que envejecemos los procesos cognitivos se hacen más lento", señaló Kennedy. "Tal vez tarde más, y quizás tenga que practicar más tiempo para aprender algo nuevo, pero la esperanza es tener la salud y el tiempo para hacerlo". Aunque antes se consideraba el declive cognitivo como parte inescapables del envejecimiento, la percepción pública comienza a cambiar, con el respaldo de estudios recientes. "Los cerebros de la mayoría de personas están bajo ataque en la edad avanzada, y las cosas del estilo de vida no parecen detener esa patología", señaló Wilson. "Pero el estilo de vida sí parece ayudar al cerebro a tolerar esa patología. Ayuda a sacar más de lo que queda, y a adaptarse a los cambios del cerebro, y parece hacer una gran diferencia". En un editorial acompañante, Jonathan W. King y Richard Suzman, del Instituto Nacional del Envejecimiento de EE. UU., dijo que los hallazgos del estudio revelan un panorama "bastante optimista". "Tal vez sea factible diseñar intervenciones que, cuando se combinen con cambios adecuados en el estilo de vida, posiblemente puedan al menos ralentizar el índice de declive cognitivo", escribieron. HealthDay, traducido por Hispanicare |
lunes, 19 de octubre de 2009
Pra mantener la mente joven, permanezca optimista y activo
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