Hembra de gorila atravesando un río en el Congo. | AP.
En la lucha contra el cambio climático, cualquier aportación es positiva. Por ello, expertos conservacionistas han llamado la atención de las autoridades mundiales sobre la protección de grandes primates que, como apoyo de los programas de reforestación, proporciona una herramienta sencilla y eficaz para combatir las emisiones de CO2.
Los gorilas se alimentan de frutos y plantas que, al ser digeridos y depositados de nuevo en el suelo, ayudan a las semillas a germinar. Aunque aún no se conoce a fondo la importancia de estos simios en sus ecosistemas, el embajador de Naciones Unidas para el Año del Gorila, Ian Redmond, señaló que muchas especies de árboles y plantas no sobrevivirían sin su colaboración, la de los elefantes y la de otros grandes mamíferos.
En la actualidad, varios países industrializados colaboran con diferentes programas para la repoblación de bosques en África, el sudeste asiático y Sudamérica, como medida para ayudar a contener los efectos del calentamiento global. En esta misma línea, diferentes economistas han declarado que la forma más barata de reducir las emisiones es invertir en la rehabilitación de grandes áreas boscosas.
Redmond aseguró que las principales naciones que se darán cita en la próxima Conferencia Mundial sobre el cambio climático en Copenhague cometerían un grave error si no se comprometen con fondos específicos para proteger a los gorilas. "Si salvamos los árboles pero no los animales, presenciaremos una larga agonía de los bosques", advirtió Redmond en declaraciones a The Guardian. "Le pido a los participantes en Copenhague que no consideren a los gorilas como artículo de lujo".
Sumidero natural de CO2
Los bosques son un sumidero natural para las emisiones de carbono, absorbiendo unos 4.800 millones de toneladas cada año. "Para eso están estos animales; no son elementos decorativos, ni interesantes objetos de estudio. Son parte de un ecosistema". Según ha informado el Fondo Internacional de Especies Amenazadas, dos gorilas mueren en el Congo cada semana y sus cuerpos son vendidos para el consumo de su carne. Aunque la mayoría de ejemplares viven en Parques Nacionales, están perdiendo su habitat con rapidez.
Las regiones habitadas por gorilas son, en muchos casos, escenario de guerras civiles. Además, es una especie amenazada por cazadores furtivos y la destrucción del habitat provocada por la minería y la industria maderera ilegal, utilizada por las guerrillas locales para financiarse. Casi dos décadas de guerra civil en el área de los Grandes Lagos de África, que incluye zonas de Ruanda, Burundi, Uganda, la República Democrática del Congo, Tanzania, y Kenya, han tenido un grave impacto en la población de estos animales.
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