Según una nueva investigación, algunos de los mismos mecanismos cerebrales que incentivan la drogadicción en los humanos acompañan la aparición de conductas de alimentación compulsivas y el desarrollo de obesidad en los animales.
El estudio ha sido llevado a cabo por un equipo de expertos en el Instituto Scripps de Investigación. Cuando los investigadores proporcionaron a unas ratas el acceso a niveles variables de comida rica en grasas, constataron que la disponibilidad sin restricción de esa clase de alimentos ya puede provocar por sí misma en el cerebro respuestas parecidas a las de la adicción, conduciendo a conductas de alimentación compulsivas y a la aparición de la obesidad. La drogadicción y la obesidad son dos de los problemas de salud más desafiantes en países como por ejemplo Estados Unidos. Esta investigación permite comenzar a aplicar el conocimiento que los científicos han adquirido sobre la drogadicción al estudio de la obesidad y del consumo excesivo de comida. La obesidad y la drogadicción han sido vinculadas a una disfunción en el sistema cerebral de recompensa. En ambos casos, el consumo reiterado puede provocar, con el transcurso del tiempo, un aumento gradual del umbral de recompensa, es decir requerir una mayor cantidad de comida sabrosa y rica en grasas, o una dosis mayor de droga, para obtener la misma satisfacción que al principio se lograba con cantidades menores de comida o droga. Los investigadores llevaron a cabo este estudio en tres grupos de ratas macho durante un período de 40 días. Los resultados apoyan la idea de que los receptores cerebrales de dopamina tipo 2 (D2DR), de los que se ha mostrado que intervienen de manera decisiva en la adicción, también desempeñan un papel clave en la mayor apetencia de las ratas por la comida sabrosa y rica en grasas. De hecho, a medida que las ratas se volvían obesas, los niveles de D2DR en el circuito cerebral de recompensa disminuían. Este descenso de D2DR es similar al visto previamente en humanos adictos a drogas como la cocaína o la heroína. Tal como señala Paul J. Kenny, uno de los autores del estudio, los resultados de éste podrían proporcionar datos sobre un aspecto de la obesidad que hasta ahora no se había tenido muy en cuenta. Es posible que las medicinas desarrolladas para tratar la drogadicción también puedan beneficiar a las personas que habitualmente comen en exceso. Los resultados del estudio también sugieren que factores externos, como un acceso mayor o ilimitado a alimentos ricos en grasas, pueden contribuir al problema de la obesidad. Al respecto, Paul Johnson, coautor del estudio, subraya que la mera disponibilidad de comida rica en grasa puede provocar el sobreconsumo y la obesidad. Scitech News |
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