El caso de la atleta sudafricana Caster Semenya, cuyo género ha sido puesto en duda tras ganar el oro en el Mundial de Berlín, demuestra que en lo que a sexo se refiere las cosas no siempre son tan elementales.
La sudafricana deberá someterse a varias pruebas para determinar si realmente es una mujer.
Y es que una mujer puede verse, crecer y desarrollarse como mujer, pero genéticamente puede ser un hombre debido a su condición biológica.
"En ocasiones han surgido problemas con mujeres que tienen características muy masculinas", explicó a la BBC el profesor John Wass, especialista en endocrinología del Centro para Diabetes, Endocrinología y Metabolismo de Oxford, en Inglaterra.
"Y esto se debe a dos factores principales: los cromosomas (que definen el sexo que tendrá una persona) y el fenotipo sexual, que define la apariencia y rasgos físicos del individuo".
Cuando se nace con dos cromosomas (X) se es una mujer, y con un cromosoma (X) y uno (Y) se es un hombre.
"Pero muy ocasionalmente ocurre que los cromosomas no complementan el fenotipo del individuo, la llamada la discordancia fenotípica".
"Hay muchas razones por las cuales esto puede ocurrir pero la más común es un trastorno desafortunado llamado hiperplasia adrenal congénita que es hereditaria", afirma el experto.
Hiperplasia
En ocasiones han surgido problemas con mujeres que tienen características muy masculinas. Y esto se debe a dos factores principales: los cromosomas y el fenotipo sexual, que define la apariencia y ragos físicos del individuo
Profesor John Wass,
El trastorno que afecta tanto a niñas como niños (a alrededor de 1 de cada 10.000), está relacionado con las glándulas suprarrenales, ubicadas sobre los riñones.
Debido a un defecto bioquímico las personas que padecen la hiperplasia carecen de una enzima requerida para producir las hormonas cortisol y aldosterona.
Sin ellas el cuerpo produce más andrógenos, una hormona sexual masculina, y esto ocasiona la aparición de características masculinas.
Las que niñas que sufren hiperplasia tienen órganos internos reproductores femeninos normales pero pueden tener genitales de apariencia tanto femenina como masculina o rasgos físicos más masculinos que femeninos.
De la misma forma, pueden tener rasgos femeninos y parecer mujeres pero biológicamente pueden desarrollarse como hombres, con músculos y huesos más masculinos.
"Desafortunadamente cuando este trastorno no es controlado oportuna y adecuadamente las pacientes llegan a tener los mismos niveles de hormona masculina en su sangre que los hombres" explica el profesor Wass.
Las autoridades deportivas del Mundial de Atletismo informaron que someterán a Caster Semenya a pruebas para determinar su género.
Procedimiento complejo
Tal como señalan los expertos, estas pruebas son "extremadamente complejas y largas" y requieren de médicos ginecólogos, endocrinólogos y psicólogos.
"Puede ser muy difícil diagnosticar este trastorno y puede tomar mucho tiempo" dice el profesor Wass.
"Pero hoy en día, que sabemos mucho más de estos defectos congénitos, por lo general se detectan en la pubertad cuando la paciente comienza a desarrollar rasgos masculinos como voz más grave o crecimiento excesivo de vello", agrega el experto.
Las pruebas de género en una competición deportiva no son raras.
Fueron introducidas en el Campeonato Europeo de Pista y Campo de 1966 y utilizadas por primera vez durante las olimpiadas de 1968 llevadas a cabo en México.
La primera atleta desenmascarada con los análisis de cromosomas fue la velocista polaca Ewa Klobukowska, que ganó oro en la carrera de 4x100 metros y bronce en la de 100 metros en las olimpiadas de Tokio en 1964.
Y aunque las regulaciones del Comité Olímpico Internacional requieren que todos los atletas compitan con el género que se les dio al nacer, no siempre ha ocurrido así.
Uno de los casos más famosos es el de la atleta alemana Dora Ratjen que después de competir en categoría femenina en las olimpiadas de Berlín de 1936 y el Campeonato Europeo de 1938 se reveló que era un hombre llamado Hermann.
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