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Es una situación común encontrarnos con que el rostro de una persona nos resulta familiar pero no logramos recordar su nombre o de qué la conocemos. Una nueva investigación indica que esa información no está borrada sino que tan sólo nos resulta inaccesible. Ya sabemos que eso es lo que sucede todas aquellas veces en las que finalmente acabamos recordando el nombre o el lugar. Pero el nuevo estudio va más allá, al identificar en la propia actividad cerebral la "sombra" del recuerdo olvidado. Si esos detalles aún siguen en el cerebro, puede haber un modo de acceder a ellos, aunque la persona siga sin poder recordarlos. Investigar las "sombras" de recuerdos olvidados en personas jóvenes y sanas podría conducir a un mejor conocimiento sobre cómo se produce el deterioro de la memoria en la vejez y bajo los efectos de ciertas enfermedades. El autor principal del estudio, Jeff Johnson, del Centro para la Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria, dependiente de la Universidad de California en Irvine, y Michael Rugg, director de dicho centro, colaboraron con expertos de la Universidad de Princeton, analizando mediante escaneos por fMRI la actividad cerebral de unos estudiantes. El equipo de investigación mostró palabras a los voluntarios, quienes permanecían dentro de un escáner de fMRI, y les pidió que realizasen varias tareas: imaginar cómo un artista dibujaría el objeto referido por la palabra, pensar sobre cómo se usa el objeto, o pronunciar mentalmente la palabra hacia atrás. El escáner produjo imágenes de su actividad cerebral durante estos ejercicios. Unos veinte minutos después, los estudiantes vieron las palabras por segunda vez, y se les pidió que intentasen recordar cualquier detalle relacionado con ellas. La actividad cerebral volvió a ser registrada. Utilizando un método de análisis matemático de pautas cerebrales, los científicos asociaron las distintas tareas con distintos patrones de actividad cerebral. Se comprobó que cuando un estudiante tenía un recuerdo claro de una palabra asociada a una tarea en particular, el patrón observado al recordarla era muy parecido al registrado cuando realizó la tarea. Cuando el sujeto sólo la recordaba vagamente, o incluso cuando no la recordaba en absoluto, el patrón percibido al confrontarle con esa palabra era menos marcado, pero todavía resultaba reconocible como tal, por su similitud con el patrón registrado cuando el individuo realizó la tarea en cuestión. El método analizador de patrones cerebrales lograba por tanto identificar con precisión las tareas, basándose en las pautas cerebrales generadas, sin importar si la persona recordaba o no detalles específicos. Esto parece demostrar que el cerebro de cada voluntario almacenaba información sobre lo que había sucedido, aunque el sujeto fuese incapaz de acceder a ella y por tanto no consiguiera recordar nada. |
lunes, 28 de septiembre de 2009
ALGUNOS RECUERDOS OLVIDADOS NO DESAPARECEN DEL CEREBRO
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