En el estudio, se ofreció a los participantes la versión abreviada de un método clásico. Esta versión modificada fue desarrollada en la Universidad de Ohio, y se diseñó de manera que los trabajadores de oficina pudieran seguir llevando su atuendo laboral cotidiano.
Los participantes asistían a los encuentros grupales semanales de una hora durante el almuerzo, y practicaban 20 minutos de meditación y yoga cada día ante su mesa de trabajo. Tras seis semanas, informaron que eran más conscientes de los factores estresantes externos, se sentían menos estresados por los sucesos en su vida y se dormían con mayor facilidad que los miembros de un grupo de control que no participó en el experimento.
“Se asocia el estrés crónico con las enfermedades crónicas. Por eso, me centro en cómo reducir el estrés antes de que se convierta en causa de enfermedad”, explica Maryanna Klatt, autora principal del estudio y profesora de la Universidad Estatal de Ohio. “Mi interés es comprobar si la gente llega a reducir su uso de asistencia médica al reducir su estrés. Pretendo desarrollar algo que cueste poco y sea aplicable en el propio lugar de trabajo, algo práctico y que pueda hacerse con regularidad”.
Klatt y sus colegas toman ahora como punto de partida estos resultados para ampliar su investigación a varios grupos poblacionales propensos al estrés y la ansiedad, como supervivientes de cáncer, enfermeras de cuidados intensivos, y niños en edad escolar de zonas urbanas deprimidas. Además de recoger los testimonios de los participantes, los científicos piensan tomar muestras biológicas para determinar si el tratamiento ayuda a reducir los niveles de hormonas del estrés.
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