Para el estudio, se reclutaron participantes cuyos cerebros fueron escaneados mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI, por sus siglas en inglés), una forma no invasiva de trazar el mapa del cerebro. Esta técnica fue utilizada en estos experimentos para determinar cómo el cerebro reconoce las diferentes características de instrumentos musicales, las palabras en las conversaciones, o los sonidos ambientales, y cómo reacciona ante cada clase de estímulo.
Resulta que el cerebro usa la misma estrategia para codificar los sonidos que para codificar las diferentes imágenes. Esto hace más fácil para las personas combinar sonidos e imágenes que pertenecen al mismo objeto.
El próximo paso para el psicólogo Marc Schoenwiesner y su equipo es determinar cómo exactamente el cerebro distingue entre los ritmos de percusión del Rock y los instrumentos de cuerda en una sinfonía clásica, o entre una conversación en francés y otra en inglés. La meta es desentrañar detalladamente cómo el cerebro procesa y clasifica estos diferentes tipos de sonidos. En el futuro, esta línea de investigación puede que permita reconstruir una canción que una persona ha oído, a partir tan sólo de los patrones de actividad en su cerebro.
A medida que los científicos avanzan en la descodificación de los modelos de activación del cerebro, cabe imaginar aplicaciones increíbles. Schoenwiesner cree que si, a partir de la lectura de un escaneo por fMRI, se logra reconstruir una canción que una persona ha oído, no estaremos entonces tan lejos de poder grabar patrones de actividad cerebral de una persona dormida, y luego reconstruir un sueño que ha tenido. "Eso sería realmente maravilloso, aunque esta posibilidad está lejos, a décadas de investigación", matiza.
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