El estilo de vida arborícola del Suminia getmanovi, un animal paleozoico que vivió hace 260 millones de años, es particularmente importante debido a que permitió al pequeño herbívoro acceder a una despensa alimentaria fuera del alcance de otros competidores, y al mismo tiempo ocupar un hogar mucho más seguro que el suelo, gracias a que las copas de los árboles le dejaban fuera del alcance de los depredadores sin capacidad de trepar.
Las evidencias de que este animal tuvo un estilo de vida arborícola provienen de varios cráneos y de más de una docena de esqueletos completos hallados en la zona central de Rusia, así como coprolitos (excrementos fosilizados) que fueron encontrados en los mismos sedimentos donde se descubrieron los restos óseos.
Tal como señala Robert Reisz, catedrático de biología en la Universidad de Toronto en Mississauga, y uno de los autores del análisis, la capacidad prensil del animal debió permitirle trepar por los árboles con notable eficacia y asir cosas. Con esa capacidad prensil, habría sido capaz por ejemplo de agarrar la comida y llevársela a la boca.
El estudio también aporta la primera evidencia de una "división de recursos" entre herbívoros. Los que se convirtieron en arborícolas pasaron a usar como fuente preferente de alimentos las copas de los árboles y también pasaron a gozar de la seguridad proporcionada por éstas frente a los depredadores sin capacidad de trepar por los ellos. Por su parte, los herbívoros sin capacidad de subirse a los árboles tuvieron que alimentarse de la comida ubicada lo bastante abajo como para que pudieran alcanzarla, y lidiar con los depredadores del suelo.
Ésta división de recursos constituyó un cambio importante, cuyas consecuencias afectaron tanto a los herbívoros como a los carnívoros.
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