Los 25 sonidos a los que fueron expuestos durante una siesta los participantes en una investigación influyeron en su grado de eficiencia al realizar una tarea en una etapa posterior del estudio, pese a no ser conscientes de los sonidos ya que dormían profundamente cuando los escucharon.
La investigación sugiere firmemente que no apagamos nuestras mentes cuando estamos profundamente dormidos, tal como señala John Rudoy (Universidad del Noroeste), uno de los autores de la investigación. "Más bien es un momento importante para consolidar los recuerdos". Y, algo que aún puede resultar más asombroso, la investigación mostró que los sonidos pueden penetrar en el sueño profundo y ser usados para promover la consolidación de los recuerdos de las personas en una dirección específica. En el experimento, mientras estaban dormidas, las personas podían procesar subconscientemente cualquier cosa vivida durante el día, como por ejemplo lo que comieron en el desayuno, programas de televisión que miraron, o cualquier otra experiencia. Pero los investigadores decidieron qué recuerdos activarían en los voluntarios, haciéndoles rememorar cosas especificas del día. El estudio de la Universidad del Noroeste corrobora la idea de que el cerebro está muy ocupado durante el sueño, repasando la información adquirida recientemente e integrándola con otros conocimientos en un misterioso proceso de consolidación del que depende en buena medida nuestra capacidad de recordar cosas cuando estamos despiertos. |
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