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jueves, 3 de diciembre de 2009

Suiza no quiere minaretes islámicos

Un minarete y la aguja de una iglesia en Suiza

Algunos sostienen que prohibir los minaretes sería violar la libertad de expresión religiosa.

Según la agencia de noticias suiza ATS, los resultados oficiales de un referendo celebrado este fin de semana muestran una victoria clara de la propuesta de prohibir la construcción de nuevos minaretes islámicos en el país alpino.

La consulta fue iniciativa del Partido Popular Suizo (PPS), de derechas, y contaba con el respaldo de algunos grupos cristianos de corte conservador. Estos sectores argumentan que las torres construidas junto a las mezquitas, desde las que los almuédanos llaman a la oración a los musulmanes, son un símbolo de poder islámico y representarían la primera señal tangible de la islamización del país de los cantones.

De acuerdo a ATS, el Sí a la prohibición habría obtenido el 57% del apoyo, aunque todavía debe ser aprobada en cada cantón antes de convertirse en ley. Un representante de los grupos musulmanes en Suiza, Tamir Hadjipolu, declaró que teme un incremento en los ataques contra la comunidad y una mayor restricción de sus derechos.

El grupo de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional advierte que prohibir la erección de alminares viola la libertad de expresión religiosa.

El gobierno, por su parte, pidió a los ciudadanos rechazar la propuesta, pero los primeros resultados mostraron que a la hora de votar pesaron más los temores que despierta la inmigración, afirman los corresponsales.

En Suiza residen unos 400.000 musulmanes, la mayoría provenientes de los territorios de la antigua Yugoslavia.

¿Incompatibles?

La corresponsal de la BBC en Berna, Imogen Foulkes, explica que aunque el Islam constituye la segunda religión más extendida después del Cristianismo, permanece un tanto escondida en Suiza.

Existen espacios de oración clandestinos, pero sólo cuatro minaretes oficiales, ya que todo permiso para una nueva construcción es casi siempre rechazado por las autoridades, dice.

Según Foulkes, los promotores de la prohibición de nuevos minaretes argumentan que estos serían la muestra palpable del crecimiento de una ideología y un sistema jurídico -la ley Sharia- que son incompatibles con la democracia suiza.

Para los grupos musulmanes, sin embargo, se trata de un caso claro de discriminación contra el Islam. Esgrimen como argumento que el gobierno aprobó recientemente la construcción de templos Sij e iglesias serbo-ortodoxas.

Los resultados son muy mala noticia para Berna, que pedía el rechazo a la propuesta ya que teme que la prohibición cause descontento en la población musulmana o dañe los lazos con los países islámicos, afirma nuestra corresponsal.

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